08.05.2013 Views

La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

olcheviques. ¡Al quinto mes de una formidable revolución no había ningún periódico,<br />

ninguna voz anarquista en la capital del país! Y esto frente a una actividad<br />

desenfrenada del partido bolchevique. Ya en agosto, y con grandes dificultades, el<br />

pequeño grupo anarcosindicalista, compuesto sobre todo por camaradas llegados del<br />

extranjero, logró publicar el semanario Golos Truda (<strong>La</strong> Voz del Trabajo). <strong>La</strong><br />

propaganda oral apenas contaba en Petrogrado con tres o cuatro compañeros capaces.<br />

<strong>La</strong> situación en Moscú era más favorable, pues ya existía un cotidiano, publicado por<br />

una importante federación: <strong>La</strong> Anarquía. En la provincia, las fuerzas y la propaganda<br />

anarquistas eran insignificantes.<br />

Es de asombrarse que, a pesar de estas deficiencias y de tan desfavorable<br />

situación, los anarquistas llegaron a ganar un poco más tarde, y un poco por doquiera,<br />

cierta influencia, obligando a los bolcheviques a combatirlos con las armas, y en<br />

algunos lugares durante mucho tiempo, para aplastarlos. Este éxito rápido y<br />

espontáneo de la idea anarquista es muy significativo. (Más adelante veremos cómo<br />

todos estos hechos se encadenan y se explican.)<br />

Apenas llegado, les dije a los camaradas que quisieron conocer mis primeras<br />

impresiones: «Nuestro atraso es irreparable. Es como si debiésemos alcanzar a pie un<br />

tren expreso, en manos bolcheviques, que se encuentra a cien kilómetros y marcha a<br />

otros tantos por hora. Y no sólo debemos alcanzarlo, sino treparnos a él en plena<br />

marcha, penetrar, combatir y desalojar a los bolcheviques para, finalmente, no<br />

apoderarnos del tren, sino –lo que es mucho más delicado- ponerlo a disposición de las<br />

masas, ayudándolas a hacerlo marchar. Es preciso un milagro para que todo ello<br />

resulte. Nuestro deber es creer en tal milagro y trabajar por su realización.»<br />

Agrego que ese milagro estuvo a punto de cumplirse dos veces por lo menos en el<br />

curso de la revolución: la primera, en Kronstadt, con el levantamiento de marzo de<br />

1921; la segunda, en Ucrania, con el movimiento majnovista.<br />

Estos dos acontecimientos son, ya lo hemos dicho, pasados por alto o<br />

desfigurados en las obras de autores ignorantes o interesados. Permanecen,<br />

generalmente, desconocidos para el público. De ellos nos ocuparemos en la última<br />

parte de esta obra.<br />

4.- Ciertos acontecimientos de la revolución (ver más adelante) nos prueban que,<br />

a pesar de las circunstancias desfavorables y de la insuficiencia de los cuadros<br />

anarquistas, la idea habría podido abrirse camino y aun triunfar si las masas obreras<br />

rusas hubieran tenido a su disposición, en el mismo de la revolución, organismos de<br />

clase experimentados y aguerridos, prestos a obrar por propia iniciativa y a llevar esa<br />

idea a la práctica. Pero la realidad era bien otra. <strong>La</strong>s organizaciones obreras surgieron<br />

durante la revolución. Cierto que pronto tomaron, numéricamente, prodigioso impulso y<br />

que todo el país se cubrió rápidamente de una vasta red de sindicatos, comités de<br />

fabricas, soviets, etc. Pero estos organismos nacían sin preparación ni ejercitación<br />

previas, sin experiencia adquirida, sin ideología clara, sin iniciativa independiente.<br />

Nunca, hasta entonces, habían vivido luchas de ideas u otras. No tenían tradición<br />

histórica, ni competencia, ni noción de su papel, de su tarea, de su verdadera misión.<br />

<strong>La</strong> idea libertaria les era desconocida. En tales condiciones debían ir a remolque de los<br />

partidos políticos. (Los bolcheviques no dejaron tiempo a las débiles fuerzas anarquistas<br />

de esclarecerlos en la medida necesaria.)<br />

<strong>La</strong>s agrupaciones libertarias no son más que puestos emisores de ideas, y para<br />

que éstas sean aplicadas a la vida son necesarios puestos receptores: organismos<br />

obreros dispuestos a capturarlas y ponerlas en ejecución. (Si tales organismos existen,<br />

los anarquistas de cada uno de ellos aportan su ayuda esclarecedora, sus consejos, su<br />

ejemplo, etc.) Estos puestos receptores faltaban en Rusia y las organizaciones surgidas<br />

durante la revolución no podían suplirlos de inmediato en esa función. <strong>La</strong>s ideas<br />

anarquistas, aunque lanzadas muy enérgicamente por algunos puestos emisores, poco<br />

numerosos por otra parte, se perdían en el aire sin ser útilmente captadas; por tanto,<br />

sin resultados prácticos, casi sin resonancia efectiva. En estas condiciones, para que la<br />

idea anarquista pudiera abrirse camino y triunfar, habría sido necesario o bien que el<br />

bolchevismo no existiese (o que los bolcheviques actuaran como anarquistas), o bien<br />

que la revolución hubiese permitido a los libertarios y al pueblo el tiempo necesario<br />

69

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!