08.05.2013 Views

La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Una represión feroz se descargó en seguida sobre «el orgullo y la gloria de la<br />

Revolución». Los bolcheviques habían dejado realizar las reuniones para tener un<br />

pretexto. Sin pérdida de momento, disolvieron el soviet y lo reemplazaron por otro más<br />

dócil, sometieron las reuniones, la prensa y la palabra, como por doquiera, al riguroso<br />

control estatal; se instaló en la ciudad una sección de la Cheka y se crearon células<br />

comunistas en los talleres, los regimientos y los navíos. Todo estaba vigilado. A la<br />

menor crítica de los actos bolcheviques, los culpables eran detenidos y trasladados a<br />

Petrogrado, y ya no se sabía más de ellos.<br />

Una sola vez Kronstadt se soliviantó resueltamente y salió con la suya. El navío de<br />

línea Petropavlovsk se negó rotundamente a entregar a las autoridades a un marinero<br />

anarquista (un tal Skurijin), y los bolcheviques no insistieron. Sería imprudente<br />

provocar una sublevación por un individuo, al que podrían echarle mano más tarde por<br />

otros medios.<br />

Salvo este desagradable caso, bien jubiloso podía mostrarse el gobierno<br />

bolchevique: Kronstadt, vanguardia de la verdadera Revolución, se doblegaba, en la<br />

impotencia, bajo el puño de hierro del poder comunista. Sin embargo, esto sólo era<br />

cierto a medias.<br />

Durante meses y meses Kronstadt asistió impotente a la impostura, la ignominia y<br />

los crímenes de los enterradores de la Revolución.<br />

Al volver de sus permisos, los marineros relataban de qué modo el poder de los<br />

trabajadores trataba a éstos. A los campesinos se les requisaba, sin distinción, el último<br />

trigo, el poco ganado que les quedaba y hasta los utensilios domésticos, condenándolos<br />

así a una vida de hambre, y no se vacilaba en recurrir a arrestos y fusilamientos en<br />

masa de los recalcitrantes. Puestos armados controlaban el acceso a las ciudades y<br />

confiscaban los sacos de harina que, por caso general, los campesinos enviaban a sus<br />

parientes hambrientos, y metían entre rejas a los que se resistían. Pero se hacía la vista<br />

gorda con los que hacían pasar en mayor cantidad productos destinados a la<br />

especulación, pues éstos sabían untar las manos.<br />

«El pueblo trabajador está desarmado», señalaban los marinos. «Se ve ahora que<br />

el armamento general de los trabajadores, la libertad de palabra y de acción no sólo<br />

meten miedo a los contrarrevolucionarios conocidos, sino también a los que abandonan<br />

el verdadero camino de la Revolución. Se ha creado el Ejército Rojo, que, como todos<br />

los ejércitos, acabará por ser una fuerza ciega en manos del partido gobernante.<br />

Desligados de sus bases, separados del taller, de sus camaradas de trabajo, los<br />

soldados, sugestionados y arrastrados por consignas engañosas, sometidos a<br />

embrutecedora disciplina y privados de medios de actuar en forma organizada, podrán<br />

ser fácilmente manejados como lo desean los dirigentes, cualesquiera sean.»<br />

Kronstadt escuchaba, observaba y bullía. En cuanto al pueblo, estaba cada vez<br />

más atado, amordazado, enyugado y aplastado.<br />

Los obreros de Petrogrado se rebelan contra el gobierno:<br />

Pero, a pesar de todo, estalló la tempestad. Comenzó a rugir no en Kronstadt,<br />

sino en Petrogrado.<br />

A fines de febrero de 1921, la situación de las masas en las ciudades se había<br />

hecho insostenible. Todo se disgregaba. Escaseaban los artículos de primera necesidad.<br />

Hasta el pan estaba racionado y era difícil obtenerlo. <strong>La</strong>s viviendas carecían de<br />

calefacción, por falta de combustible; los ferrocarriles habían suspendido la mayor parte<br />

de los servicios, y numerosas fábricas cerraban, lo que agravaba la situación. <strong>La</strong>s<br />

llamadas peticiones y reclamaciones de los obreros eran vanas.<br />

El gobierno percibía claramente la gravedad de la situación y aun confesaba su<br />

impotencia para remediarla, pero se negaba a modificar en lo más mínimo su línea. Ni<br />

siquiera admitía discutir con los obreros descontentos. Rechazaba por anticipado toda<br />

sugerencia, toda colaboración, toda iniciativa. Y por todo remedio acudía de más en<br />

más a requisiciones, expediciones militares, medidas de represión y de violencia<br />

extremas. Serios tumultos estallaron entonces en Petrogrado.<br />

202

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!