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La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

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primas, y cuyos propietarios han huido. Los ferrocarriles se hallan en lamentable estado. <strong>La</strong><br />

economía del país está enteramente arruinada.<br />

Y continúa:<br />

Se ha creado una situación paradójica:<br />

Arriba, el gobierno obrero y campesino, centro investido de todos los poderes y con<br />

fuerzas para ejercerlos, del que las masas esperan soluciones. Y el gobierno publica decretos<br />

en los que dice bien cuáles deben ser las mejoras (y de añadidura lo que preconiza está muy<br />

por debajo de las necesidades), pero, en cuanto a lo esencial: ¿cómo lograrlo?, responde: «¡<strong>La</strong><br />

asamblea Constituyente! ¡Ella resolverá!»<br />

Abajo, todo permanece igual que antes. <strong>La</strong>s masas mueren de hambre, pero la<br />

especulación, el lucro y el repugnante comercio prosperan bajo mano. <strong>La</strong>s masas están en la<br />

miseria, pero los negocios, hasta en sus escaparates, están colmados de ropas, carnes,<br />

legumbres, frutas y conservas, y no dudamos de que haya en la ciudad gran cantidad de<br />

artículos de primera necesidad. <strong>La</strong>s masas son pobres, pero los bancos están ricos. <strong>La</strong>s masas<br />

están privadas de alojamiento, por modestos que sean, pero las casas habitables pertenecen<br />

aún a los propietarios. <strong>La</strong>s masas son arrojadas a la calle, las usinas cierran y es imposible<br />

reactivar las empresas abandonadas, faltas de capital, de combustible y de materias primas.<br />

El campo tiene necesidad de los productos de la ciudad, y ésta de los productos del<br />

campo, pero es tal la situación que resulta casi imposible el intercambio.<br />

Al par que comprobaba este desastre y criticaba la molicie del gobierno<br />

bolchevique, la prensa anarquista proponía los medios que juzgaba más rápidos,<br />

sencillos y eficaces para salir de él.<br />

Así, en varios artículos («¿Qué hacer?», «Advertencia», etc.), el diario sometía a<br />

la atención de los trabajadores todo un programa concreto y detallado de medidas<br />

urgentes, inmediatas, tales como: requisición por los organismos obreros de los<br />

productos de primera necesidad y organización de reservas y depósitos de distribución<br />

(para remediar el hambre); creación de restaurantes populares; organización metódica<br />

de comités de casas (de locatarios), por calles y por barrios (para remediar la<br />

insuficiencia de alojamientos e iniciar al par el reemplazo de los propietarios por<br />

colectividades de vecinos), lo que entraña la requisición inmediata y progresiva, por los<br />

organismos obreros, de las empresas abandonadas por sus propietarios; organización<br />

inmediata de los trabajos públicos (para las reparaciones que urgen ciudades, vías<br />

férreas, etc.); confiscación inmediata de una parte de los fondos bancarios para<br />

permitir el desenvolvimiento de la nueva producción colectiva; reanudación de<br />

relaciones regulares entre las ciudades y el campo, con el cambio de productos entre<br />

las organizaciones obreras y los cultivadores; socialización de los ferrocarriles y de<br />

todos los medios de comunicación; requisición y socialización de las minas tan<br />

rápidamente como sea posible, para atender al aprovisionamiento inmediato, a cargo<br />

de las organizaciones obreras, de usinas, ferrocarriles, viviendas, etc.<br />

El gobierno bolchevique estaba bien lejos de considerar tales medidas, que<br />

disminuirían necesariamente su papel, relegándolo a segundo plano y demostrando<br />

rápidamente su inutilidad, con lo que se llegaría finalmente a pasarse sin él. No podía,<br />

pues, admitirlas. No queriendo confiar por nada en las masas, pero no sintiéndose aún<br />

lo bastante fuerte para emprender por sí mismo algo efectivo por la vía de la acción<br />

política, dejaba ir las cosas, limitándose mientras a intentar remedios económicos<br />

tímidos e ineficaces. Trataba sobre todo de remediar las necesidades más apremiantes<br />

por procedimientos político-policiales y militares: requisiciones desordenadas,<br />

arbitrarias y brutales, mediante tropas excitadas por los jefes (lo que, entre otras<br />

consecuencias, levantaba a los campesinos contra las ciudades y los apartaba de todo<br />

interés por la Revolución), represiones, violencias, etc.<br />

Sin dejar de protestar enérgicamente contra el falso rumbo en que comprometían<br />

a la Revolución los bolcheviques y criticar su sistema, los anarquistas fueron los únicos<br />

que preconizaron medidas verdaderamente populares y socialistas y, al par, concretas,<br />

las que orientarían desde ya, sana y rectamente, hacia la Revolución social. Los<br />

bolcheviques, naturalmente, no los escucharon. Y las masas, totalmente acaparadas y<br />

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