La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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infame comedia, utilizando el acuerdo como un gran engaño, una maniobra traicionera,<br />
una celada para que los majnovistas, consagrados a fondo en el empeño de vencer a<br />
Wrangel, se expusieran, confiados y debilitados, al alevoso ataque bolchevique.<br />
Pero lo notable es que, bajo su aparente franqueza, o ingenuidad, algo brutal, la<br />
orden de Frunze estaba destinada, también, a servir de maniobra. En efecto:<br />
1.º Junto con la orden número 00149, el IV Ejército de Crimea recibió la orden de<br />
reaccionar contra los majnovistas con todos los medios disponibles y emplear todas sus<br />
fuerzas militares en caso de desobediencia de los insurgentes.<br />
2.º Ni el estado mayor del ejército insurreccional, con sede en Guliai-Polie, ni la<br />
delegación majnovista en Jarkov recibieron comunicación de esa orden. Los<br />
majnovistas no se enteraron de ella sino tres o cuatro semanas después del ataque, y<br />
eso por algunos diarios caídos fortuitamente en sus manos. El hecho se explica<br />
fácilmente. Los bolcheviques, que preparaban secretamente su brusco ataque contra<br />
los majnovistas, no podían ponerlos en guardia con el envío oportuno de esa orden, lo<br />
que hubiese frustrado su plan. Sobre aviso los majnovistas, el premeditado ataque<br />
bolchevique habría sido infaliblemente rechazado. Sabedoras de ello, las autoridades<br />
bolcheviques guardaron secreto hasta último momento.<br />
3.º Pero era preciso, por otra parte, ante cualquier posible evento, poder ofrecer<br />
una justificación del ataque. He ahí por qué la orden de Frunze no fue publicada en los<br />
diarios sino después de la agresión y la ruptura. Apareció por primera vez, el 15 de<br />
diciembre de 1920, en el diario de Jarkov El Comunista, cuyo número fue antefechado.<br />
Todas esas maquinaciones tenían por finalidad sorprender a los majnovistas para<br />
poder aplastarlos y explicar posteriormente la agresión, documentos en mano, como<br />
perfectamente legítima.<br />
El ataque contra los majnovistas fue acompañado, ya lo dijimos, de arrestos en<br />
masa de anarquistas en toda Ucrania, con la mira, no sólo de aplastar, una vez más,<br />
toda propaganda y toda actividad anarquistas, sino también sofocar toda veleidad de<br />
protesta, de matar en germen toda tentativa de explicar al pueblo el verdadero sentido<br />
de los acontecimientos. Y no sólo fueron apresados los anarquistas como tales, sino<br />
también quienes se contaban entre sus amigos y relaciones o se interesaban por su<br />
literatura.<br />
En Yelizabetgrad fueron metidos en la cárcel quince muchachos de quince a<br />
dieciocho años. Cierto es que las autoridades superiores de Nicolayev, cabecera de<br />
departamento, se mostraron poco satisfechas de tal captura, pues querían «verdaderos<br />
anarquistas», y no niños; pero no es menos cierto que ninguno de ellos fue puesto en<br />
libertad en el acto.<br />
En Jarkov, las persecuciones contra los anarquistas asumieron proporciones hasta<br />
entonces desconocidas. Se tendieron asechanzas y emboscadas contra todos los<br />
militantes de la ciudad. Una de ellas fue montada en la librería «<strong>La</strong> Libre Fraternidad»,<br />
y todo el que entraba a adquirir un libro era apresado y enviado a la Cheka. Y hasta se<br />
encarceló a personas que se detenían a leer Nabat, aparecido legalmente antes de la<br />
ruptura, pegado como de costumbre en el frente de la librería.<br />
Uno de los anarquistas de Jarkov, Grigory Tsernik, pudo eludir el arresto y por ello<br />
los bolcheviques arrestaron a su esposa, extraña en absoluto a toda actividad política.<br />
Ella declaró la huelga de hambre, exigiendo libertad inmediata, y las autoridades le<br />
expresaron que se la darían a condición de presentarse su esposo a la Cheka. Y Tsernik,<br />
aunque seriamente enfermo, se presentó y quedó encarcelado.<br />
Hemos adelantado igualmente que el estado mayor y el comandante del ejército<br />
majnovista en Crimea, Simón Karetnik, fueron traicioneramente apresados y fusilados<br />
en el acto. Pero Marchenko, comandante de la caballería, aunque cercado y<br />
furiosamente atacado por numerosos destacamentos del IV Ejército Rojo, logró zafarse<br />
y abrirse un paso a través de los obstáculos naturales y las barreras del istmo<br />
fortificado de Perekop. Con lo que le quedaba de sus hombres, en marchas forzadas de<br />
día y de noche, consiguió reunirse a Majno (quien, como lo veremos enseguida,<br />
consiguió escapar de nuevo de los bolcheviques), en la pequeña aldea de Kermenchik,<br />
donde ya se tenía barruntos de la heroica escapada del ejército majnovista de Crimea y<br />
se esperaba con impaciencia su llegada. Al fin, el 7 de diciembre, llegó un jinete a gran<br />
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