La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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CAPITULO IV<br />
REBELION DE KRONSTADT CONTRA LA IMPOSTURA<br />
BOLCHEVIQUE.<br />
Primeros disentimientos entre Kronstadt y el gobierno bolchevique:<br />
Abordamos el punto de la epopeya de Kronstadt: su lucha desesperada y heroica,<br />
en marzo de 1921, contra la nueva impostura bolchevique, y el fin de su independencia.<br />
Los primeros disentimientos con el nuevo gobierno aparecieron casi al día<br />
siguiente de la Revolución de octubre.<br />
El lema «Todo el poder para los soviets» significaba para Kronstadt la<br />
independencia de cada localidad, de cada soviet, de cada organismo social en sus<br />
respectivos asuntos, en relación al centro político: el derecho a adoptar iniciativas y<br />
decisiones y tomar medidas, sin permiso del Centro, el cual, según esta interpretación,<br />
no podía dictar ni imponer su voluntad a los soviets locales, dueños de sí mismos, como<br />
cada soviet u organismo obrero o campesino, todos los cuales, necesariamente, habían<br />
de coordinar su actividad con las de las otras organizaciones, sobre base federativa.<br />
Igualmente los asuntos concernientes al país entero debían ser concertados por un<br />
centro federativo general.<br />
Kronstadt suponía, pues, que, con la protección de un gobierno proletario y amigo,<br />
una Federación libre de los soviets y una Federación libre de los comités de fábrica,<br />
crearían progresivamente una fuerza organizada, capaz de defender las conquistas de<br />
la Revolución social y de impulsar su desarrollo.<br />
El gobierno, naturalmente, se ocupaba de todo menos del problema primordial: el<br />
de ayudar a las organizaciones obreras y campesinas a su definitiva emancipación. El<br />
gobierno se preocupaba de la Constituyente, de su instalación y de sus propias<br />
prerrogativas, de sus relaciones con los diversos partidos políticos, de la elaboración de<br />
planes de colaboración con los restos de la burguesía (control obrero de la producción),<br />
etc. Bien poco cuidadoso de la independencia de las organizaciones obreras, ni pensaba<br />
en ello.<br />
Eso no era todo. Manifiestamente, él entendía «el poder para los soviets» de modo<br />
extraño. En lugar de prestar apoyo a las masas obreras para permitirlas conquistar y<br />
ampliar su actividad autónoma, comenzó por quitarles todo poder y por tratarlas como<br />
sometidas. Por su solo arbitrio cerró fábricas y despidió al personal contra la voluntad<br />
de éstos, y tomó otras medidas arbitrarias y coercitivas, sin consultar siquiera la<br />
opinión de los interesados, haciendo caso omiso de las reclamaciones de los organismos<br />
obreros. Y, sobre todo, y cada día mayormente, restringía con diversos pretextos la<br />
libertad de acción de los soviets y de otros organismos de trabajadores, imponiéndose<br />
por doquiera arbitrariamente, y aun por la violencia.<br />
Completemos los ejemplos citados anteriormente con otros casos más reveladores<br />
de la impostura del gobierno bolchevique y de su incapacidad frente a los problemas<br />
reales.<br />
A principios de 1918, la población laboriosa de Kronstadt, tras debates en<br />
múltiples reuniones, decidió proceder a la socialización de locales y viviendas. Se<br />
trataba, primero de obtener el consentimiento y el concurso del soviet local; luego, de<br />
crear un organismo competente, encargado de la recepción y examen de los inmuebles,<br />
de la equitativa distribución de los alojamientos, de su reparación y cuidado, y de las<br />
nuevas construcciones. En el grandioso último mitin se encargó a algunos miembros del<br />
soviet (socialistas revolucionarios de izquierda y anarcosindicalistas) el planteamiento<br />
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