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La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

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El genio de Majno iba a ser sometido a la gran prueba. Parecía absolutamente imposible<br />

escapar a la red de tropas tendida en torno al pequeño grupo de insurgentes: 3.000 militantes<br />

revolucionarios se hallaban cercados por todas partes por un ejército de no menos de 150.000<br />

soldados. Pero ni por un instante Majno perdió el ánimo y la sangre fría, entablando un duelo<br />

heroico con esas tropas. Rodeado por el círculo infernal de las tropas rojas, avanzaba, tal un<br />

legendario titán, librando batalla tras batalla, a la derecha y a la izquierda, adelante y atrás.<br />

Después de haber puesto en derrota a varias unidades rojas y hecho más de 20.000<br />

prisioneros, Majno -como obrando desorientado, a ciegas- se puso al principio en marcha hacia<br />

el Este, en dirección a Yuzovska, aunque los obreros de esta región minera le advirtieran que<br />

encontraría una ininterrumpida barrera militar; luego se volvió bruscamente hacia el Oeste,<br />

atajando por fantásticos caminos, cuyo secreto sólo él conocía. Desde entonces, los caminos<br />

comunes fueron abandonados. El movimiento del ejército continuó, por centenares de<br />

kilómetros, a través de campos y mesetas cubiertas de nieve y hielo, para lo cual era preciso<br />

estar dotado de un sentido del espacio y de una facultad de orientación rayanos en lo<br />

prodigioso. Ningún mapa ni brújula hubiesen sido de utilidad en semejantes movimientos.<br />

Mapa y movimientos pueden indicar la dirección, mas no pueden evitar la caída al fondo de un<br />

barranco o al lecho de un torrente, cosa que ni una sola vez le ocurrió al ejército majnovista.<br />

Tal marcha por zonas accidentadas y privadas de caminos sólo fue posible por el perfecto<br />

conocimiento de su configuración. <strong>La</strong> prolongada maniobra permitió al ejército majnovista<br />

evitar los centenares de cañones y ametralladoras enemigas y hasta vencer en Petrovo<br />

(gobernación de Jerson) a dos brigadas del I Ejército de caballería roja, que se dejó<br />

sorprender, creyendo a Majno distante cien kilómetros.<br />

Esta lucha desigual se prolongó por varios meses, con incesantes batallas de día y de<br />

noche.<br />

Llegado a la gobernación de Kiev, el ejército majnovista se encontró en una comarca<br />

accidentada y rocosa y, de añadidura, en pleno período de grandes heladas, a tal punto que<br />

hubo de abandonar toda la artillería, municiones y hasta víveres, como asimismo casi todos los<br />

vehículos del convoy 102 . Por entonces, dos divisiones enemigas de caballería -llamadas<br />

divisiones de cosacos rojos-, acantonadas en la frontera occidental, se agregaron a las fuerzas<br />

lanzadas por los bolcheviques contra Majno.<br />

Toda posibilidad de escapar parecía haberse desvanecido ya.<br />

<strong>La</strong> comarca ofrecía tan escasos recursos como un cementerio: rocas y escarpados<br />

barrancos, todo cubierto de nieve. No se podía avanzar sino con extrema lentitud. Y de un lado<br />

y otro, incesantes cortinas de fuego de: cañones y ametralladoras. Nadie confiaba en hallar una<br />

salida salvadora. Pero nadie tampoco pensaba en una dispersión, en una vergonzosa fuga.<br />

Habían decidido morir juntos, hombro con hombro.<br />

Indecible tristeza la de ver a este denodado puñado de hombres debatiéndose entre las<br />

rocas, bajo el inclemente cielo y el continuado fuego enemigo, dispuestos a batirse hasta lo<br />

último, ya consagrados a la muerte. Desgarrador dolor, mortal angustia se apoderaba de uno,<br />

impulsándolo a gritar desesperado; sí, a gritar, ante todo el mundo, que un crimen espantoso<br />

iba a consumarse y que lo más grande de un pueblo, lo que ha producido de más noble y<br />

suprime en las épocas heroicas de su historia, iba a ser aniquilado, a perecer para siempre.<br />

Majno y sus hombres salieron con honor de la dura prueba.<br />

Avanzaron hasta los confines de Galitzia, llegaron hasta Kiev, en cuyas proximidades<br />

volviese a cruzar el Dnieper; entraron en la gobernación de Poltava y en seguida en la de<br />

Jarkov; volvieron de nuevo al Norte, hacia Kursk, y, atravesando la vía férrea entre esta ciudad<br />

y Belgorod, se encontraron fuera del círculo enemigo, en situación mucho más favorable,<br />

dejando atrás a las numerosas divisiones bolcheviques lanzadas en su persecución (P.<br />

Arshinov, ibídem).<br />

<strong>La</strong> tentativa de captura fracasó.<br />

Pero el desigual duelo entre el puñado de majnovistas y los ejércitos del Estado<br />

bolchevique no estaba aún cerca de su fin.<br />

El mando bolchevique persistía en su propósito: apoderarse del núcleo principal de<br />

la majnovschina y destruirla. <strong>La</strong>s divisiones rojas de toda Ucrania fueron movilizadas<br />

para encontrar y cercar a Majno. Y pronto el cerco de fuego se fue cerrando<br />

nuevamente sobre el heroico puñado de revolucionarios y la lucha a muerte recomenzó.<br />

102 No olvidemos que este ejército aspiraba a permanecer como tal, esperanzado de seguir siendo útil a la<br />

causa. Tal la razón que lo incitaba a persistir en sus denodados esfuerzos (<strong>Volin</strong>).<br />

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