La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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CONTINÚAN CALUMNIANDO<br />
Acabamos de enterarnos, según informaciones de radio Rosta, que hay todo un mundo<br />
en pie de lucha con nosotros: la Entente y los espías franceses, los guardias-blancos y los<br />
generales zaristas, los mencheviques, los socialistas revolucionarios, los banqueros de<br />
Finlandia, en pocas palabras, todo el mundo se precipita contra los pobres comunistas.<br />
¡Y nosotros, los de Kronstadt, somos justamente los únicos en no saber nada de ello!<br />
Este documento de la estupidez comunista es francamente cómico. Y lo reproducimos<br />
para procurar a los de Kronstadt algunos minutos de solaz.<br />
Por nuestra parte nos limitaremos a reproducir solamente, por su excesiva<br />
extensión, algunos pasajes característicos de tal radiotelegrama:<br />
El 2 de marzo el Consejo del Trabajo y la Defensa ordena: 1.º declarar al ex general<br />
Kozlovski y a sus partidarios fuera de la ley; 2.º promulgar el estado de guerra en la ciudad y<br />
la provincia de Petrogrado; 3.º confiar el poder supremo de todo el distrito de Petrogrado al<br />
Comité de Defensa.<br />
<strong>La</strong> guarnición entera de Krasnaya Gorka maldice a los rebeldes y arde en el deseo de<br />
combatirlos.<br />
Petrogrado está enteramente en calma y aun las pocas usinas y ciertos individuos que<br />
últimamente lanzaron acusaciones contra el gobierno soviético han comprendido la provocación<br />
y adónde los arrastraban los agentes de la Entente y de la contrarrevolución.<br />
(…) En el momento en que el Partido Republicano de América acaba de asumir el Poder y<br />
se muestra dispuesto a reanudar las relaciones comerciales con la Rusia soviética, se organiza<br />
la difusión de falsos rumores y el fomento de desórdenes en Kronstadt para impresionar al<br />
nuevo presidente americano e impedir un cambio en la política americana respecto a Rusia. <strong>La</strong><br />
Conferencia de Londres se ha realizado en los mismos momentos. <strong>La</strong> difusión de semejantes<br />
rumores procura influir sobre la delegación turca para tornarla dócil a las exigencias de la<br />
Entente. <strong>La</strong> revuelta de la tripulación del Petropavlovsk es, sin duda alguna, una etapa de la<br />
gran conspiración destinada a crear dificultades en el interior de la Rusia soviética y<br />
conmocionar la situación internacional. Este plan ha sido puesto en obra en Rusia por un<br />
general zarista y por ex oficiales con el apoyo de mencheviques y socialistas revolucionarios.<br />
En todos esos documentos se reitera constantemente un nombre, el de cierto<br />
general Kozlovski, pretendido jefe verdadero del movimiento, su amo absoluto.<br />
Se hallaba en Kronstadt, en efecto, un ex general zarista así llamado. Fue<br />
precisamente Trotski, este gran restaurador de ex generales del Zar en tanto<br />
especialistas, quien lo ubicó allí como experto artillero. Mientras este personaje estuvo<br />
adscrito al servicio de los comunistas, éstos cerraron los ojos respecto a su pasado.<br />
Pero desde que Kronstadt se rebeló, ellos trataron de aprovechar la presencia de su<br />
especialista para hacer de él un espantajo.<br />
El tal Kozlovski no desempeñó papel alguno en los acontecimientos de Kronstadt,<br />
ni tampoco sus ayudantes, citados por los bolcheviques: Borkser, Kostromitinov y<br />
Shirmanovski, uno de los cuales era simple dibujante. Pero los bolcheviques explotaron<br />
con habilidad sus nombres para denunciar a los marinos como enemigos de la<br />
República y presentar su movimiento como contrarrevolucionario. Los agitadores<br />
comunistas fueron enviados por centrales eléctricas y talleres de Petrogrado a incitar al<br />
proletariado a levantarse contra Kronstadt, «nido de la conspiración blanca, dirigida por<br />
el general Kozlovski», y «asociarse al sostenimiento y la defensa del gobierno de los<br />
obreros y campesinos contra la rebelión de los guardias blancos de Kronstadt».<br />
Kozlovski mismo no pudo menos que encogerse de hombros cuando se enteró del<br />
papel que los bolcheviques le atribuían en los acontecimientos. Refirió, más tarde, que<br />
el comandante bolchevique de la fortaleza de Kronstadt había huido apenas constituido<br />
el Comité <strong>Revolucion</strong>ario Provisional, y que, conforme a los reglamentos bolcheviques,<br />
el jefe de la artillería –dicho Kozlovski en el trance- era quién debía reemplazarlo. Pero<br />
como estos reglamentos no tenían ya valor alguno, al ser sustituido el poder comunista<br />
por el del Comité <strong>Revolucion</strong>ario, Kozlovski se rehusó a ocupar el cargo. El Comité<br />
<strong>Revolucion</strong>ario designo entonces a otro experto, un tal Solovianov, comandante de la<br />
fortaleza. Y Kozlovski fue encargado de dirigir los servicios técnicos de la artillería. Sus<br />
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