La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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ompieron aun con los socialistas revolucionarios de izquierda y proclamaron la<br />
necesidad de luchar inmediatamente por la realización total del programa máximo, es<br />
decir, el socialismo integral, sobre base apolítica.<br />
Los maximalistas no formaban, pues, un partido político. Crearon la Unión de<br />
Socialistas <strong>Revolucion</strong>arios Maximalistas, que editó algunos folletos explicativos y<br />
publicó algunos periódicos de breve duración. Sus adeptos fueron pocos numerosos y<br />
su influencia casa nula. Desarrolló, sobre todo, una fuerte actividad terrorista y<br />
participó en todas las luchas revolucionarias, muchos de sus miembros murieron como<br />
verdaderos héroes.<br />
Por el conjunto de sus ideas, los maximalistas se aproximaron mucho al<br />
anarquismo. En efecto, el maximalismo no seguía ciegamente a los marxistas, negaba<br />
la utilidad de los partidos políticos, criticaba vigorosamente al Estado, la actividad<br />
política. No obstante, no osaba renunciar a él inmediata y totalmente. Estimaba<br />
imposible pasar inmediatamente a una sociedad integralmente anarquista. Hacía, pues,<br />
una distinción necesaria entre el socialismo integral y el anarquismo. En tanto,<br />
propugnaba una república de trabajadores, en la que los elementos del Estado y de la<br />
autoridad serían «reducidos al mínimo», lo que «permitiría su rápida extinción». El<br />
mantenimiento provisorio del Estado y de la autoridad separaba al maximalismo del<br />
anarquismo.<br />
Como todas las corrientes de ideas desacordes con el bolchevismo, el<br />
maximalismo fue sofocado por aquél durante la Revolución de 1917.<br />
<strong>La</strong>s concepciones anarquistas y sindicalistas, de las que volveremos a ocuparnos<br />
más adelante, eran por entonces casi desconocidas en Rusia.<br />
Fuera de Rusia, mucha gente cree que, por ser Bakunin y Kropotkin rusos y<br />
grandes teóricos del anarquismo, Rusia era desde hacía tiempo un país de ideas y<br />
movimientos anarquistas. Tanto Bakunin (1814-1876) como Kropotkin (1842-1921) se<br />
hicieron anarquistas en el extranjero. Ni uno ni otro militaron jamás como anarquistas<br />
en Rusia, y sus obras aparecieron también en el extranjero, hasta la revolución de<br />
1917, a menudo en idiomas extranjeros. Sólo algunos extractos de sus escritos,<br />
traducidos, adaptados o editados especialmente para Rusia, fueron introducidos<br />
clandestinamente y en cantidades muy restringidas, y su difusión en el país resultaba<br />
casi imposible. Toda la educación social, socialista y revolucionaria de los rusos no tenía<br />
nada de anarquista y, salvo excepciones, nadie se interesaba por esas ideas.<br />
Antes de la revolución de 1917, el sindicalismo, exceptuando algunos intelectuales<br />
eruditos, era totalmente desconocido. Se puede admitir que el soviet, forma rusa de<br />
organización obrera, fue prematuramente iniciado en 1905 y reconstituido en 1917,<br />
precisamente a causa de la ausencia de la idea y del movimiento sindicalistas. Si el<br />
mecanismo sindical hubiese existido, de él se habría valido el movimiento obrero.<br />
Algunos grupos anarquistas existían en San Petersburgo y Moscú, en el Oeste y en<br />
el Centro. Eso era todo. Los anarquistas de Moscú participaron activamente en los<br />
acontecimientos de 1905 y se hicieron notar durante la insurrección armada de<br />
diciembre.<br />
(Después de 1917, los bolcheviques destruyeron el movimiento anarquista, como<br />
todo otro que no coincidiera con el suyo. No lo consiguieron fácilmente. <strong>La</strong> lucha entre<br />
bolchevismo y anarquismo durante la Revolución de 1917 fue tenaz, encarnizada y casi<br />
desconocida en el extranjero. Duró tres años, y el episodio majnovista fue el más<br />
saliente de ella.)<br />
Pasemos a las consecuencias morales, a los efectos psicológicos de la epopeya de<br />
1905, cuya importancia para el porvenir sobrepasó a la de algunas realizaciones<br />
concretas inmediatas.<br />
Ante todo, se desvaneció la leyenda del Zar. Se hizo en la multitud la comprensión<br />
de la verdadera naturaleza del régimen y sobre la necesidad vital que tenía el país de<br />
desembarazarse de él. El absolutismo y el zarismo fueron moralmente destronados.<br />
Eso no es todo. <strong>La</strong>s masas populares se volvieron hacia los elementos que desde<br />
hacía tiempo combatían al régimen: los ambientes intelectuales de vanguardia, los<br />
partidos políticos avanzados, los revolucionarios en general. Así se estableció un<br />
contacto sólido y bastante amplio entre los sectores avanzados y la masa del pueblo y<br />
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