La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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para que los organismos obreros captasen la idea y se hicieran capaces de realizarla<br />
antes de ser acaparados y subyugados por el Estado bolchevique. Esta eventualidad no<br />
se produjo. Los bolcheviques acapararon las organizaciones obreras antes de que<br />
hubiesen podido familiarizarse con la idea anarquista, oponerse a aquella tutela y<br />
orientar la revolución en sentido libertario.<br />
<strong>La</strong> falta de puestos receptores, esto es, organismos obreros socialmente<br />
dispuestos a compenetrarse de la idea anarquista y a realizarla, desde el comienzo (y,<br />
luego, la falta de tiempo necesario para que tales puestos receptores se formaran) fue<br />
una de las razones principales de la falta de éxito de los anarquistas en la Revolución<br />
rusa de 1917.<br />
5.- Otro factor, de no menor importancia a pesar de su carácter subjetivo, se<br />
agregó a lo precedente, lo agravó y lo tornó definitivamente fatal para la revolución.<br />
Había un medio sencillo y rápido de eliminar los efectos del retardo del pueblo, de<br />
recuperar el tiempo perdido, de llenar las lagunas, y era dejar el campo libre a la<br />
propaganda y al movimiento libertarios, ya que, caído el gobierno de Kerenski, la<br />
libertad de palabra, de organización y de acción sería definitivamente conquistada por<br />
la revolución.<br />
<strong>La</strong> ausencia de organización de clase, de vasta propaganda libertaria y de<br />
conocimientos anarquistas antes de la revolución explica por qué el pueblo confió su<br />
suerte a un partido político y a un Poder, reeditando así el error fundamental de las<br />
revoluciones anteriores. En las condiciones dadas, este comienzo fue objetivamente<br />
inevitable. Pero su secuencia no lo era.<br />
Me explicaré. <strong>La</strong> verdadera revolución no puede tomar impulso, evolucionar,<br />
alcanzar sus fines, sino en un clima de libre circulación de las ideas revolucionarias<br />
sobre el rumbo a seguir y los problemas a resolver. Libertad indispensable a la<br />
revolución, como el aire lo es a la respiración 12 . Razón por la cual, entre otras, la<br />
dictadura de un partido, que conduce fatalmente a la supresión de toda libertad de<br />
palabra, de prensa, de organización y de acción (excepto para el partido en el poder),<br />
es mortal para la verdadera revolución. En lo social, nadie puede pretender poseer toda<br />
la verdad, no errar el camino. Los que lo pretenden, llámense socialistas, comunistas,<br />
anarquistas o como quieran, y que al hacerse poderosos aplastan, firmes en esa<br />
pretensión, otras ideas, establecen fatalmente una especie de Inquisición social que,<br />
como toda Inquisición, ahoga toda libertad, toda justicia, todo progreso, la vida, el<br />
hombre, el aliento mismo de la revolución. Solamente la libre discusión de las ideas<br />
revolucionarias, el multiforme pensamiento colectivo, con su ley natural de selección,<br />
pueden evitar errores y extravíos. Estas verdades son ahora tan claras, naturales –aun<br />
evidentes, diría-, que es realmente fastidioso insistir en ellas. Es preciso ser sordo y<br />
ciego, o de mala fe, para desconocerlas. Y, sin embargo, Lenin y otros como él,<br />
indudablemente sinceros, las abjuraron. ¡Falibilidad del pensamiento humano! En<br />
cuanto a los que siguieron ciegamente a los jefes, comprendieron el error demasiado<br />
tarde: la Inquisición funcionaba en toda su potencia, en posesión de su aparato y sus<br />
fuerzas coercitivas, el pueblo, habituado a obedecer, era de nuevo impotente para<br />
cambiar la situación. <strong>La</strong> revolución estaba viciada, desviada de su camino. «Todo me<br />
disgusta a tal punto que, a pesar de mi enfermedad, quisiera dejarlo todo y huir»,<br />
confesaba Lenin un día a sus camaradas, viendo lo que ocurría. ¿Había comprendido?<br />
Si, una vez en el poder, el partido bolchevique hubiese no digamos estimulado<br />
(sería pedirle demasiado), sino solamente admitido la palabra y el movimiento<br />
anarquistas, se habría descontado el retardo y llenado las lagunas. Los hechos, como<br />
veremos, lo prueban irrefutablemente. Nada como la lucha larga y difícil que los<br />
bolcheviques debieron sostener contra el anarquismo, a pesar de su debilidad, permite<br />
entrever los éxitos que éste habría alcanzado de haber tenido libertad de palabra y de<br />
acción.<br />
12 Algunos pretenden que la libertad de ideas es un peligro para la revolución. Pero, puesto que desde el<br />
principio la fuerza armada está con el pueblo revolucionario (de otro modo la revolución no habría podido<br />
ser), y controlada por el pueblo mismo, ¿qué peligro podría representar una opinión? Y luego, si los mismos<br />
trabajadores velan por la revolución, sabrán para cualquier peligro real mejor que cualquier apagador.<br />
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