La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
un volumen para hacerlo debidamente. El futuro historiador se quedaría horrorizado<br />
ante los archivos que podrían darle esta horrible documentación, de la que ya se hallan<br />
detalles edificantes en algunas obras.<br />
No existían ni tribunales ni procesos públicos por asuntos políticos, y aún ahora<br />
tales procesos son excepcionales. Sólo la Cheka intervenía en ellos.<br />
<strong>La</strong>s sentencias no se publicaban, y más tarde se solía dar, en algunas líneas,<br />
extractos de procesos verbales de una sesión policial, que señalaban únicamente que<br />
tal caso era llevado a la orden del día y que tal sentencia había sido pronunciada. Los<br />
motivos no se mencionaban.<br />
Como regla, la detención no admitía apelación. <strong>La</strong> Cheka misma ejecutaba las<br />
sentencias. Si eran de muerte, se sacaba al preso de su celda y generalmente era<br />
ejecutado a tiro de revólver al descender los últimos escalones hacia el sótano. Era<br />
inhumado clandestinamente y nunca se entregaba el cuerpo a la familia.<br />
Frecuentemente, ésta no conocía la ejecución sino indirectamente, cuando la<br />
administración de la cárcel rehusaba los víveres destinados al desaparecido. <strong>La</strong> frase<br />
clásica era de una simplicidad lapidaria: «Ese nombre ya no figura en el registro de la<br />
prisión», lo que podía significar el traslado a otra o el exilio, pero la fórmula era la<br />
misma para la muerte. No se admitía otra explicación y los parientes debían informarse<br />
por otro conducto para saber la verdad.<br />
El exilio, siempre administrativo, significaba la deportación a los lugares más<br />
alejados e inhóspitos del inmenso país, bien en las regiones cálidas y pantanosas,<br />
malsanas al extremo, del Turkestán, o bien en el extremo norte, en los confines de las<br />
terribles regiones de Naryme y de Turujansk.<br />
A menudo, el gobierno se divertía enviando prisioneros al Turkestán y<br />
trasladándolos enseguida bruscamente al Norte, o a la inversa. Era un medio indirecto,<br />
pero seguro, de expedirlos al otro mundo.<br />
<strong>La</strong> correspondencia cambiada entre el Comité de Secours y los libertarios exilados<br />
en el Norte, revela todo el horror de la vida de estas víctimas, aisladas del mundo. En<br />
varios lugares olvidados, cuyos habitantes vivían de la caza u de la pesca, el correo no<br />
llegaba sino dos veces o una sola por año. Varias de estas aldehuelas sólo tenían cuatro<br />
o cinco chozas perdidas en un desierto de nieve y de hielo.<br />
Los exilados sufrían todas las enfermedades de la insuficiente alimentación, del<br />
frío, de la inacción; escorbuto, tuberculosis, del corazón y del estómago. <strong>La</strong> existencia<br />
era una lenta tortura y la muerte aparecía como la verdadera liberación.<br />
<strong>La</strong>s prisiones en que se debatían los libertarios, los sindicalistas, los oposicionistas,<br />
los simples obreros, campesinos, u otros ciudadanos rebeldes o únicamente<br />
sospechosos de no estar de acuerdo con las autoridades, jamás fueron visitadas por las<br />
delegaciones extranjeras. Estas eran conducidas generalmente a Sokolniki, a Lefortovo,<br />
a ciertas dependencias de Butyrki, en Moscú, en donde se retenían a<br />
contrarrevolucionarios especuladores y de derecho común. A veces obligaba a éstos a<br />
decirse prisioneros políticos y a alabar el régimen carcelario, con promesa de reducción<br />
de pena. Algunas delegaciones pudieron visitar la prisión de los socialdemócratas en<br />
Tiflis, en el Cáucaso. Pero jamás han sido visitadas por delegados o viajeros extranjeros<br />
las siguientes prisiones: campo de Solovki, mencionado con frecuencia en la prensa<br />
extranjera, pero siempre en el misterio; Suzdal, antiguo monasterio transformado; el<br />
aislador político de Verjne-Uralsk, el de Tobolsk, el de Yaroslav. Se podrían citar<br />
numerosas cárceles y campos de concentración en todo el país, pero todos fueron<br />
desconocidos totalmente por los cándidos o los interesados que osaban hacer, a la<br />
vuelta de un viaje de estudio en el primer país socialista, informes favorables sobre el<br />
nuevo régimen penitenciario creado por la U.R.S.S.<br />
¡Decir que un Romain Rolland afirmó no haber podido establecer la existencia de<br />
una justicia administrativa en Rusia!...<br />
<strong>La</strong> violencia contra el pueblo, la represión desencadenada, el terror, tal fue el<br />
coronamiento de la obra de los bolcheviques, de su régimen llamado soviético.<br />
Para justificar este horror, invocan los intereses de la Revolución. Nada puede ser<br />
más falso, más hipócrita que esta tentativa de justificación.<br />
147