La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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ayudantes, personajes absolutamente insignificantes, permanecieron totalmente al<br />
margen del movimiento.<br />
Ironía histórica: fue precisamente un importante ex jefe zarista, el famoso<br />
Tujachevski (recientemente fusilado por orden de Stalin, en 1937) quien asumió, por<br />
mandato de Trotski, el cargo de comandar el conjunto de las fuerzas destinadas a<br />
atacar a Kronstadt. Y hay más: todos los especialistas, todas las prominencias del<br />
zarismo pasadas al servicio de los bolcheviques, participaron en la elaboración del plan<br />
de asedio y ataque contra Kronstadt. En cuanto a los hombres de Kronstadt,<br />
calumniados por sus cínicos adversarios, no tenían a su disposición, como especialistas<br />
técnicos o militares, sino a la pálida persona de Kozlovski y tres o cuatro personajes<br />
más absolutamente nulos desde el punto de vista político.<br />
El movimiento de Kronstadt estalló espontáneamente. Si este movimiento hubiese<br />
sido consecuencia de un plan concebido y preparado con tiempo, ciertamente no se<br />
habría desencadenado a principios de marzo, momento el menos favorable. En efecto,<br />
algunas semanas más y Kronstadt, liberada de los hielos, se habría convertido en una<br />
fortaleza casi inexpugnable, teniendo a su disposición una potente flota, terrible<br />
amenaza para Petrogrado. Kronstadt habría podido entonces, no sólo resistir<br />
largamente, sino aún vencer. <strong>La</strong> gran suerte del gobierno bolchevique fue, justamente,<br />
la espontaneidad del movimiento y la ausencia de toda premeditación, de todo cálculo<br />
en la acción de los marinos.<br />
No hubo revuelta en Kronstadt, en el propio sentido del vocablo. Hubo un<br />
movimiento espontáneo y pacífico, absolutamente natural y legítimo en las<br />
circunstancias dadas, que mancomunó rápidamente por completo a la ciudad, la<br />
guarnición y la flota. Temblando por su poder, sus puestos y sus privilegios, los<br />
bolcheviques forzaron los acontecimientos y obligaron a Kronstadt a aceptar la lucha<br />
armada.<br />
<strong>La</strong> respuesta de Kronstadt:<br />
Naturalmente, Kronstadt hizo cuanto pudo para responder a las insinuaciones y<br />
las calumnias bolcheviques. Mediante su diario y sus radios, el Comité <strong>Revolucion</strong>ario<br />
hizo conocer a las masas laboriosas de Rusia y del mundo los verdaderos fines y las<br />
aspiraciones del movimiento, refutando al par las mentiras del gobierno comunista.<br />
Así, el número 4 de Izvestia, del 6 de marzo, reprodujo el siguiente llamamiento<br />
radiodifundido del Comité <strong>Revolucion</strong>ario Provisional:<br />
¡A TODOS!... ¡A TODOS!... ¡A TODOS!...<br />
¡Camaradas obreros, soldados rojos y marinos!<br />
Sabemos aquí, en Kronstadt, cuánto sufrís –vosotros, vuestras mujeres y vuestros hijos<br />
hambrientos- bajo el yugo de la dictadura de los comunistas.<br />
Nosotros hemos derribado el soviet comunista. En pocos días, nuestro Comité<br />
<strong>Revolucion</strong>ario Provisional procederá a la elección del nuevo soviet, el cual, libremente elegido,<br />
reflejará fielmente la voluntad de toda la población laboriosa y de la guarnición y no la de un<br />
puñado de desorbitados comunistas.<br />
Nuestra causa es justa. Estamos por el poder de los soviets y no de los partidos. Estamos<br />
por la libre elección de los representantes de las masas laboriosas. Los soviets falsificados,<br />
acaparados y manipulados por el Partido Comunista han sido siempre sordos a nuestras<br />
necesidades y nuestras demandas; la sola respuesta que hemos recibido fue la bala asesina.<br />
Actualmente colmada la paciencia de los trabajadores, se pretende taparnos la boca con<br />
limosnas: por orden de Zinoviev se han suprimido las barreras en la provincia de Petrogrado, y<br />
Moscú asigna 10 millones de rublos de oro para la adquisición en el extranjero de víveres y<br />
artículos de primera necesidad. Pero nosotros sabemos que el proletariado de Petrogrado no se<br />
dejará sobornar por tales limosnas. Por encima de los comunistas, Kronstadt revolucionaria os<br />
tiende la mano y os ofrece su ayuda fraternal.<br />
Camaradas: No sólo se os engaña; sino se desnaturaliza impúdicamente la verdad,<br />
rebajándose hasta la disimulación más vil. ¡No os dejéis sorprender!<br />
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