La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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Llevamos a público conocimiento el texto de una proclama lanzada sobre Kronstadt desde<br />
un avión comunista. Los camaradas no experimentarán sino desprecio por semejante calumnia<br />
provocadora.<br />
Los de Kronstadt saben cómo y por quién se ha echado abajo el odioso Poder de los<br />
comunistas. Ellos saben que al frente del Comité <strong>Revolucion</strong>ario Provisional se encuentran<br />
abnegados militantes, entre los mejores hijos del pueblo, soldados rojos, marinos y obreros.<br />
Ellos no se dejarán poner la rienda al cuello por nadie, y menos aún por generales zaristas o<br />
blancos.<br />
«Pocas horas más, y os veréis obligados a rendiros», nos amenazan los comunistas.<br />
Hipócritas infames, ¿a quiénes queréis engañar?<br />
<strong>La</strong> guarnición de Kronstadt jamás se ha rendido a los almirantes zaristas; no se rendirá<br />
tampoco a los generales bolcheviques.<br />
¡Cobardes! Conocéis nuestra fuerza y nuestra voluntad de vencer o morir dignamente, y<br />
no huir como vosotros, comisarios, llenos los bolsillos de billetes de banco zaristas y de oro,<br />
producto de la labor y la sangre obreras.<br />
En el mismo número 4 se reproduce lo irradiado por Radio Moscú:<br />
¡A los engañados de Kronstadt!<br />
¿Veis ahora a qué os han conducido los pillos? ¡Ved a qué habéis llegado! Los insaciables<br />
colmillos de los viejos generales zaristas ya aparecen tras los socialistas revolucionarios y los<br />
mencheviques. Todos esos Petrichenko y otros Tukin son manejados como títeres por el<br />
general zarista Kozlovski, los capitanes Borkser, Kostromitinov, Shirmanovski y otros blancos<br />
de marca. ¡Se os engaña! Se os decía que lucháis por la democracia. Apenas han pasado dos<br />
días y veis que en realidad lucháis, no por la democracia, sino por los generales zaristas.<br />
Habéis permitido que un nuevo Wiren 68 os ponga la rienda al cuello.<br />
Se os hace creer embustes: que Petrogrado está con vosotros, que la Siberia y la Ucrania<br />
os sostiene. ¡Cínicas memorias! El último de los marinos de Petrogrado os ha vuelto la espalda<br />
al enterarse que generales zaristas, como Kozlovski, actúan entre vosotros. <strong>La</strong> Siberia y la<br />
Ucrania defienden firmemente al poder soviético. Petrogrado, la ciudad roja, se burla de las<br />
tristes pretensiones de un puñado de socialistas revolucionarios y guardias blancos.<br />
Estáis rodeados por completo. Unas horas más, y os veréis obligados a rendiros,<br />
Kronstadt no tiene pan ni combustible. Si persistís, se os acribillará como perdices.<br />
Naturalmente, todos esos generales –los Kozlovski y los Borkser-, todos esos pillos –los<br />
Petrichenko y los Tukin- huirán a último momento con los blancos, en Finlandia. Pero vosotros,<br />
simples marinos y soldados rojos, ¿adónde iréis? Si os prometen manteneros en Finlandia, os<br />
engañan aún. ¿No sabéis que los soldados del general Wrangel, llevados a Constantinopla,<br />
mueren allí a millares, como moscas, de hambre y enfermedades? <strong>La</strong> misma suerte os espera<br />
si no entráis inmediatamente en razón.<br />
¡Rendíos sin perder un minuto!<br />
¡Deponed las armas y pasad a nuestro lado!<br />
¡Desarmad y arrestad a los jefes criminales, sobre todo los generales zaristas!<br />
Los que se rindan inmediatamente serán perdonados. ¡Rendíos inmediatamente!<br />
Comité de Defensa de Petrogrado.<br />
Iguales insinuaciones contiene el radiotelegrama lanzado por el soviet de<br />
Petrogrado, cuyo texto se reprodujo en el mismo número de Izvestia, con esta breve<br />
introducción:<br />
<strong>La</strong> estación de T.S.F. del Petropavlovsk ha captado el siguiente radiotelegrama, que<br />
confirma que los comunistas continúan engañando, no sólo a los obreros y los soldados rojos,<br />
sino también a los miembros del soviet de Petrogrado. Pero no lograran engañar a la guarnición<br />
de Kronstadt ni sus obreros.<br />
El número 5, del 7 de marzo, da noticia de un nuevo y muy largo radiotelegrama<br />
de Moscú, cuya reproducción hace preceder de la siguiente nota, refutando las<br />
invenciones bolcheviques:<br />
68 Se trata del famoso almirante Wiren, comandante de la plaza de Kronstadt en el momento de la<br />
Revolución, uno de los más feroces jefes zaristas, fusilado por los marinos de Kronstadt el 28 de febrero de<br />
1917.<br />
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