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La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

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¿Cuál seria la actitud de los petliuristas frente a los majnovistas? ¿Cuál debía ser<br />

la de éstos con aquéllos? ¿Habría que atacarlos? ¿Habría que pedirles libre paso por su<br />

territorio y la ciudad, sin lo cual era imposible proseguir la retirada? ¿Habría que<br />

proponerles la unión para combatir juntamente a los denikistas? ¿O, simplemente,<br />

proponerles una neutralidad, para obtener de ella las mayores ventajas luego? Todo<br />

sopesado, esta solución parecía ser la más indicada.<br />

Observemos que en ese momento el ejército insurreccional tenía cerca de 8.000<br />

heridos, privados, en las condiciones creadas, de todo auxilio médico. Además,<br />

constituían una impedimenta enorme, que dificultaba grandemente los movimientos y<br />

las operaciones militares. El estado mayor tenía intención de solicitar a las autoridades<br />

de la ciudad que recogieran y cuidaran en los hospitales locales por lo menos a los<br />

heridos graves. Por feliz coincidencia, en el momento mismo que se trataban estos<br />

problemas llegó una delegación de Petliura para declarar que, hallándose en guerra con<br />

Denikin, se deseaba evitar la formación de un nuevo frente contra los majnovistas,<br />

coincidiendo con los deseos de éstos. Así se concertó un pacto, por el que ambas partes<br />

se comprometían a observar recíprocamente una estricta neutralidad militar. Y, de<br />

añadidura, los petliuristas consintieron en recibir en sus hospitales a los heridos<br />

majnovistas.<br />

El pacto estipulaba que esta neutralidad estrictamente militar y sólo concerniente<br />

a la situación del momento no imponía a los pactantes obligación ni restricción alguna<br />

de orden político o ideológico. Habiendo intervenido en las tratativas, yo hube de<br />

subrayar expresamente la importancia de tal cláusula. Los majnovistas sabían que la<br />

masa petliurista sentía hacia ellos mucha simpatía y daba oídos a su propaganda. Se<br />

trataba, pues, de tener margen para ejercer sin inconvenientes influencia entre esa<br />

masa, lo que eventualmente podría serles de gran ayuda. Así se apresuraron a imprimir<br />

un manifiesto, titulado «¿Quién es Petliura?», que lo desenmascaraba como defensor de<br />

las clases acomodadas, como enemigo de los trabajadores.<br />

<strong>La</strong>s autoridades petliuristas, aun siendo decididas enemigas de los majnovistas,<br />

tenían múltiples razones para observar ante éstos una actitud de extrema prudencia.<br />

Su neutralidad era más ficticia que real -los majnovistas lo sabían-, y era de tener en<br />

cuenta la posibilidad de un entendimiento con los denikistas para aplastar a los<br />

insurgentes. Para éstos se trataba sobre todo de ganar unos días, desembarazarse de<br />

los heridos y de evitar un inmediato ataque por la espalda, para no verse de improviso<br />

en un callejón sin salida. Objetivos que fueron logrados. Pero, por otra parte, las<br />

sospechas de los majnovistas se confirmaron plenamente.<br />

Según el pacto, el ejército insurreccional tenía derecho a ocupar un territorio de<br />

diez kilómetros cuadrados, cerca de la aldea Tekuche, próxima a Uman. <strong>La</strong>s fuerzas de<br />

Petliura se hallaban dispersas al Norte y al Oeste; las de Denikin se hallaban al Este y al<br />

Sur, del lado de Golta.<br />

Ahora bien: a los pocos días de la concertación del pacto los majnovistas<br />

recibieron informes de que se andaba en tratos entre ambos campos adversarios para<br />

convenir un plan conjunto tendente a cercar las tropas de Majno y exterminarlas. Y días<br />

más tarde, justamente la noche del 24 al 25 de septiembre, los exploradores<br />

majnovistas advirtieron que cuatro o cinco regimientos denikistas estaban a retaguardia<br />

de los insurgentes, al Oeste, donde no podían haber llegado sino a través del territorio<br />

ocupado por los petliuristas; con la ayuda, pues, o por lo menos el consentimiento de<br />

éstos.<br />

Al atardecer del 25 de septiembre, los majnovistas estaban completamente<br />

cercados por las tropas de Denikin, cuya mayor parte permanecía concentrada al Este,<br />

pero una fuerte barrera de ellas estaba tendida a espalda de los insurgentes, con Uman<br />

en poder de los denikistas, que estaban ya en tren de buscar y acabar con los heridos<br />

majnovistas, distribuidos en hospitales y casas privadas.<br />

Una orden lanzada por el mando denikista, algunos de cuyos ejemplares llegaron<br />

al estado mayor majnovista, decía: «<strong>La</strong>s bandas de Majno están cercadas. Están<br />

completamente desmoralizadas, desorganizadas, hambreadas y sin municiones. Ordeno<br />

atacarlas y aniquilarlas en un plazo de tres días.» <strong>La</strong> firmaba el general Slaschov,<br />

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