La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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y la camarilla, tanto en el grupo de los comandantes como en la masa de los<br />
insurgentes. En varias ocasiones se afrontó a Majno y se le hizo comprender<br />
derechamente la gravedad de su conducta. Hay que decir en su honor que,<br />
generalmente, él convenía en ello y se esforzaba en perfeccionarse. «No hay que<br />
olvidar -dice Arshinov con razón- las condiciones desfavorables en que vivió Majno<br />
desde la infancia, los defectos del medio en que se desenvolvieron sus primeros años:<br />
la casi completa falta de instrucción de quienes le rodeaban y luego la carencia<br />
completa de ayuda esclarecedora y de experiencia en su lucha social y revolucionaria.»<br />
El punto más importante lo constituyó la atmósfera general del movimiento. Al fin<br />
y al cabo, no eran Majno ni los comandantes quienes contaban: era la masa. Ella<br />
conservaba toda su independencia, toda su libertad de opinión y de acción. Puédase<br />
estar seguro que, en este ambiente general de un pueblo libre, la actividad de la masa<br />
habría acabado con los desvíos de los jefes. ¡Cuántas veces, en mi estancia en Ucrania,<br />
pude observar, frente a la reprobable actitud de ciertos jefes, la sencilla y sana reacción<br />
de las masas, tanto más cuanto que ellas eran libres! ¡Y cuántas veces reflexioné: «No<br />
es el jefe, ni el comandante, ni el revolucionario profesional, ni la élite, que cuentan en<br />
una verdadera revolución; es la masa revolucionaria! En ella se alberga la Verdad... y la<br />
Salvación. El papel de animador, del jefe, del verdadero revolucionario, de la élite, es el<br />
de ayudar a la masa y mantenerse ala altura de la tarea.»<br />
¡Que los revolucionarios reflexionen!<br />
No hay lugar, pues, para hinchar las debilidades del movimiento majnovista hasta<br />
las proporciones que asumieron bajo la pluma de los bolcheviques. A sabiendas, éstos<br />
exageraron y desfiguraron los fallos de algunos con la mira de desacreditar al<br />
movimiento entero. Y, por lo demás, los jefes bolcheviques no tenían sino que mirarse<br />
a sí mismos. Pero, innegablemente, ciertas de esos fallos e insuficiencias debilitaron<br />
momentáneamente el movimiento. ¿Quién sabe cuál habría sido el giro de los<br />
acontecimientos -a pesar de todos los obstáculos y dificultades-, si este movimiento<br />
hubiese sido guiado desde el principio de modo más clarividente, más consecuente,<br />
más vasto en una palabra: de modo más digno de su gran misión?<br />
Los esfuerzos de los majnovistas en su lucha contra Denikin fueron enormes. El heroísmo<br />
desplegado en los últimos meses suscitó la admiración de todos. En toda la imponente<br />
extensión de las regiones liberadas fueron los únicos que hicieron resonar el rodar del trueno<br />
revolucionario y prepararon la fosa para la contrarrevolución denikista. Y fue así que las masas<br />
del pueblo, tanto en las ciudades como en el campo, supieron de los acontecimientos.<br />
Pero esta misma circunstancia contribuyó a mantener en muchos majnovistas la firme<br />
certidumbre de estar ya garantizados contra toda provocación de parte de los bolcheviques;<br />
que el Ejército Rojo, que en esos momentos bajaba del Norte, comprendería cuán infundadas<br />
eran las calumnias del Partido Comunista contra los majnovistas; que no daría oídos a una<br />
nueva superchería, a una nueva provocación, y haría, por lo contrario, causa común con ellos,<br />
al encontrarse. El optimismo de ciertos majnovistas llegaba hasta a creer inconcebible que el<br />
Partido Comunista osase organizar un nuevo atentado contra el pueblo libre, por haber sido<br />
admitidas las tendencias majnovistas por las vastas masas del país.<br />
<strong>La</strong> actividad militar y revolucionaria de los majnovistas corría pareja con este estado de<br />
espíritu. Se limitaron a ocupar una parte de la región del Dnieper y del Donetz y no intentaron<br />
avanzar hacia el Norte y consolidarse en él. Pensaban que cuando se operara el encuentro de<br />
ambos ejércitos, la táctica que convendría adoptar se precisaría por sí misma. Este optimismo<br />
no correspondía a la situación tal como se iba perfilando en Ucrania. Y es por ello que los<br />
resultados no fueron los esperados.<br />
[…]<br />
El aniquilamiento de la contrarrevolución de Denikin constituyó, por cierto, en el otoño de<br />
1919, una de las tareas principales de la majnovschina y de toda la Revolución rusa. Los<br />
majnovistas la cumplieron cabalmente. Mas ella no constituyó toda la misión que le<br />
correspondió a los majnovistas, en cuanto obra revolucionaria, en este trágico período. En<br />
revolución el país, liberado de las tropas de Denikin, exigía imperiosamente una organización<br />
de defensa inmediata sobre toda su extensión. Sin ella, el país y todas las posibilidades<br />
revolucionarias que se abrían ante él tras de la liquidación de los deníkistas, arriesgaban<br />
diariamente ser aplastados por los ejércitos estatistas de los bolcheviques, que se habían<br />
lanzado hacia Ucrania en pos de las tropas de Deníkin en retirada.<br />
[…]<br />
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