La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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Poco antes de la marcha de Kornilov hacia Petrogrado, cuando la reacción, en sus<br />
esfuerzos por dominar los acontecimientos, restableció en algunos puntos la disciplina<br />
del Ejército, impuso la pena de muerte en el frente y trató de destruir los comités de<br />
soldados, Kronstadt reanudó sus preparativos de insurrección armada.<br />
Cuando, por la misma época, el gobierno de Kerenski, so pretexto de reforzar el<br />
frente de Riga, decidió sacar de Kronstadt y de todos los fuertes las piezas de artillería<br />
pesada, la indignación de los marinos llegó al colmo. Advertían perfectamente que esa<br />
artillería no podría ser de eficacia en el frente y sabían que la flota alemana se<br />
aprestaba a atacar a Kronstadt, por lo que se prepararon para cerrarle el paso, cosa<br />
imposible sin la artillería. Inadmisible en los miembros del gobierno la ignorancia de los<br />
hechos, ellos veían en el intento de desarmar Kronstadt en vísperas del ataque una<br />
traición directa a la Revolución. Estaban, pues, definitivamente convencidos de que el<br />
gobierno de Kerenski había decidido sofocar la Revolución por no importa qué medio,<br />
sin excluir la rendición a los alemanes de Kronstadt y Petrogrado.<br />
Entonces Kronstadt no vaciló más. En los navíos y los cuarteles de las<br />
tripulaciones, en los fuertes y los talleres, reuniones secretas se dedicaron a elaborar<br />
un plan de resistencia y de revuelta. Al par, todos los días, decenas de marineros se<br />
dirigían a Petrogrado para recorrer fábricas, canteras y cuarteles, predicando<br />
abiertamente la insurrección.<br />
Ante esta encarnizada oposición, el gobierno cedió. Negociado un compromiso, un<br />
pequeño destacamento de marinos hacia el frente, solución que regocijó a los marinos,<br />
pues les permitía llevar el llamado «contagio de Kronstadt» al único lugar al que no<br />
había conseguido penetrar, por la vigilancia de los comités de los oficiales.<br />
Después de la expedición del general Kornilov, en agosto de 1917, de la que ya<br />
hemos hablado, y en cuyo fracaso se habían particularmente distinguido los marinos de<br />
Kronstadt, se desvaneció la última desconfianza de las masas a su respecto. Al par, la<br />
popularidad de Kerenski decrecía continuamente. Se comenzó a comprender por<br />
doquiera que Kronstadt tenía razón en desconfiar del gobierno, desenmascarar las<br />
maquinaciones de la reacción y de no dejarse llevar por delante.<br />
<strong>La</strong> victoria moral de Kronstadt fue completa.<br />
A partir de entonces, múltiples delegaciones obreras y campesinas llegaban a<br />
Kronstadt. Venían a informarse de la verdadera situación, a pedir consejos e<br />
indicaciones para el porvenir. El papel revolucionario de Kronstadt se perfilaba cada vez<br />
más.<br />
Al emprender el regreso, todas las delegaciones solicitaban a los marinos el envío<br />
a sus regiones de propagandistas y de literatura para esclarecer los espíritus. No<br />
deseaba nada mejor Kronstadt. Puede decirse sin exageración que bien pronto no hubo<br />
un solo departamento, un solo distrito en que los emisarios de Kronstadt no hubiesen<br />
pasado algunos días por lo menos, aconsejando posesionarse decididamente de las<br />
tierras, desobedecer al gobierno, reeligir y consolidar los soviets y luchar a ultranza por<br />
la paz y por la prosecución de la Revolución.<br />
Lenin estaba al corriente de toda la situación y esperaba, también él, su hora.<br />
Por su incansable actividad, los de Kronstadt habían infundido así un espíritu<br />
revolucionario en las organizaciones obreras y campesinas y en el Ejército.<br />
Observemos que, al mismo tiempo, se oponían vigorosamente contra toda medida<br />
no organizada, contra todo acto de odio o de desesperación individual. Y agreguemos<br />
que al par la flota del Báltico hubo de sostener algunos duros combates con la escuadra<br />
alemana por defender el acceso a Petrogrado en nombre de la Revolución en marcha.<br />
El lector está enterado ya de la importante participación de Kronstadt en la lucha<br />
contra el general Kornilov y en la Revolución de octubre. Donde quiera la Revolución se<br />
batía contra la vieja sociedad se hallaban entre los combatientes los hombres de<br />
Kronstadt.<br />
Para terminar con el periodo prebolchevique sólo nos falta poner al corriente al<br />
lector del inmenso trabajo positivo realizado en Kronstadt a pesar de las luchas<br />
armadas y otras tareas.<br />
El soviet de Kronstadt creó dos organizaciones importantes: la Comisión Técnica y<br />
Militar y la Comisión de Propaganda.<br />
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