La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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CAPITULO III<br />
KRONSTADT, VANGUARDIA DE LA REVOLUCION.<br />
SUS LUCHAS. SU ACCION POSITIVA. SU INFLUENCIA.<br />
Desde febrero de 1917, en todo el curso de la Revolución, un poco por todas<br />
partes y mucho en la zona de San Petersburgo, los de Kronstadt estuvieron en la<br />
brecha. No se limitaban a una actividad local, por enérgica que fuera. Pletóricos de<br />
entusiasmo revolucionario y combativo ardor, ricos en fuerza y en audacia, conscientes<br />
de su papel, prodigaban a la Revolución cuanto podían, cuanto ella necesitaba: su<br />
entusiasmo y su fe, su conciencia y su fuerza, militantes abnegados hasta el sacrificio<br />
de la vida y propagandistas populares, difusores de la literatura revolucionaria por todo<br />
el país, toda clase de técnicos y, sobre todo, incomparables combatientes.<br />
Va sin decir que en febrero de 1917 Kronstadt inmediatamente se entregó de lleno<br />
a la Revolución.<br />
Al sublevarse y tomar posesión de la ciudad, los marinos se vieron en la necesidad<br />
de proceder a una acción penosa, que ellos consideraban indispensable: la ejecución de<br />
200 oficiales superiores, notorios reaccionarios feroces, realizada la noche del 27 al 28<br />
de febrero. El rencor y el odio, acumulados en tantos años, tuvieron así desahogo.<br />
Entre los ejecutados se hallaban los que, en 1910, a raíz de un intento de revuelta,<br />
hicieron fusilar a centenares de marinos y ordenaron al fuerte Totleben el famoso<br />
hundimiento de varios barcos llenos de marineros prisioneros. Esa ejecución fue el<br />
único episodio sangriento.<br />
Observemos que los marinos protegieron, como mejor pudieron, no sólo a los<br />
graduados a quienes estimaban, sino también a aquellos que no se habían distinguido<br />
por su ferocidad en las represiones. Durante varias horas, grupos de marinos buscaban<br />
por todas a sus oficiales desaparecidos en el tumulto. Y al encontrarlos, arrestados por<br />
otras tripulaciones u otros sectores de la población, obtenían su libertad y los ponían en<br />
seguridad en sus naves o sus cuarteles.<br />
Los marinos organizaron de inmediato el primer soviet de Kronstadt. Aunque muy<br />
moderado (la mayoría de sus miembros eran socialistas revolucionarios de derecha y<br />
mencheviques), este soviet tuvo bien pronto, a impulso de las masas revolucionarias,<br />
agudos conflictos con el gobierno provisional, cuyo motivo inmediato era insignificante,<br />
pero cuyo fondo era serio y bien comprendido por la masa. El gobierno no podía tolerar<br />
el espíritu de independencia ni la actividad incesante de los de Kronstadt y trataba a<br />
toda costa de domar aquél y paralizar éste para dominar a los reacios y someter<br />
enteramente a la población.<br />
Los primeros conflictos se solucionaron amigablemente. Después de varios mítines<br />
y deliberaciones, Kronstadt creyó prudente ceder por el instante. Descontento, sin<br />
embargo, de la actitud floja de su soviet, el pueblo de Kronstadt procedió, el primero de<br />
todos, a nueva elección de delegados.<br />
Mientras, nuevos conflictos se suscitaron con el gobierno provisional. En varias<br />
ocasiones, colmada la paciencia, Kronstadt estuvo a punto de insurreccionarse contra el<br />
gobierno. Sólo la convicción de ser aún prematuro para que el país comprendiera este<br />
acto contuvo a los marinos.<br />
Es entonces que aparecen las primeras leyendas y calumnias respecto a<br />
Kronstadt, profusamente difundidas por la prensa burguesa rusa y extranjera.<br />
«Kronstadt acuña moneda propia». «Kronstadt se dispone a tratar la paz con los<br />
enemigos de la patria». «Kronstadt está en vísperas de concertar una paz separada con<br />
los alemanes». Eran ciertamente insensateces, con el fin de desacreditar a Kronstadt<br />
ante la opinión del país y de aplastarla luego sin dificultad. Pero el primer gobierno<br />
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