La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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Ocho días más tarde estalló la tempestad. El comandante del ejército<br />
insurreccional -Majno- recibió orden del Consejo <strong>Revolucion</strong>ario Militar del XIV Cuerpo<br />
del Ejército Rojo de dirigirse, con su ejército insurreccional, al frente polaco. Se trataba,<br />
tal fue la general comprensión, del primer paso hacia un nuevo ataque contra los<br />
majnovistas. Esa orden era, por múltiples razones, un contrasentido. Ante todo, el<br />
ejército insurreccional no estaba subordinado al XIV Cuerpo ni a ninguna otra unidad<br />
militar roja. El mando rojo carecía de facultades para dar órdenes al ejército<br />
insurreccional, que había soportado solo todo el peso de la lucha contra la reacción en<br />
Ucrania. Luego, aunque tal desplazamiento hubiese sido fraternalmente encarado, era<br />
materialmente imposible realizarlo, por estar enfermos la mitad de sus combatientes,<br />
casi todos los comandantes, los integrantes del estado mayor y Majno mismo. Y,<br />
finalmente, la combatividad y la eficacia revolucionaria del ejército majnovista serían<br />
por mucho mayores en Ucrania que en el frente polaco, donde se hallaría en un<br />
ambiente extraño, luchando por fines no conocidos por él.<br />
En tal sentido respondieron los majnovistas a la orden del mando rojo,<br />
rehusándose a ejecutarla. Para unos y otros, tanto la proposición como la respuesta<br />
eran pura diplomacia, y sabían a qué atenerse en realidad. Enviar al ejército<br />
insurreccional al frente polaco significaba cortar limpiamente el nervio principal del<br />
movimiento revolucionario en la región, justamente lo que los bolcheviques procuraban<br />
para ser amos absolutos también en ella. Si el ejército insurreccional se sometía, se<br />
lograba el fin. En caso contrario, prepararían la respuesta para llegar al mismo<br />
resultado. Los majnovistas lo sabían y se disponían a parar el golpe. Lo demás no era<br />
sino literatura.<br />
<strong>La</strong> respuesta a la negativa no se hizo esperar. Pero los majnovistas se adelantaron<br />
previsoramente, evitando así hechos sangrientos inmediatos. Al mismo tiempo que la<br />
respuesta al mando rojo, los majnovistas dirigieron un llamamiento a los soldados del<br />
Ejército Rojo, poniéndoles sobre aviso para que evitaran ser engañados por las<br />
maniobras provocadoras de sus jefes. Hecho lo cual, levantaron campamento y se<br />
pusieron en marcha hacia Guliai-Polie, que acababa de ser evacuada por los blancos,<br />
llegando a ella sin dificultades ni encuentro. El Ejército Rojo no se opuso a esa marcha,<br />
de momento, aunque algunos destacamentos de poca monta y algunos personajes<br />
aislados que se retrasaron en la retaguardia del grueso de las tropas fueron hechos<br />
prisioneros por los bolcheviques.<br />
Quince días más tarde, hacia mediados de enero de 1920, los bolcheviques<br />
declararon a Majno y a los combatientes de su ejército guerrillero fuera de la ley por no<br />
haber cumplido la orden de marchar al frente polaco.<br />
El segundo ataque bolchevique contra los majnovistas:<br />
Comienza en este punto el tercer acto del drama, prolongado durante nueve<br />
meses y caracterizado por la encarnizada lucha entre los majnovistas y las autoridades<br />
bolcheviques. No nos ocuparemos de las múltiples peripecias de esta lucha sin cuartel.<br />
Para evitar una posible confraternización de los soldados del Ejército Rojo con los<br />
majnovistas se lanzaron contra éstos la división de fusileros letones y destacamentos<br />
chinos, cuyos integrantes no advertían la verdadera esencia de la Revolución rusa y se<br />
limitaban a obedecer ciegamente las órdenes de sus jefes.<br />
Los bolcheviques condujeron la lucha con picardía y salvajismo inauditos.<br />
Aunque las tropas rojas decuplicasen en número a las majnovistas, éstas<br />
maniobraban tan hábilmente, ayudadas eficazmente por la población, que se mantenían<br />
constantemente fuera de alcance. Por lo demás, el alto mando bolchevique evitaba<br />
deliberadamente la lucha franca y abierta contra Majno y su ejército, prefiriendo otro<br />
género de guerra.<br />
El Ejército Rojo señalaba metódicamente, mediante numerosos reconocimientos y<br />
exploraciones, las aldeas y poblaciones con escasas fuerzas majnovistas o enteramente<br />
desguarnecidas, y caía sobre ellas, ocupándolas casi sin combate. Así lograron<br />
establecerse sólidamente en varios lugares y paralizar el libre desenvolvimiento de la<br />
región, esbozado en 1919. Y donde se instalaban desencadenaban la guerra no contra<br />
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