La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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Alexandrovsk. El éxito coronó sus esfuerzos: se obtuvo paja suficiente y se organizó<br />
rápidamente un servicio médico de emergencia.<br />
Otro delegado pidió la palabra:<br />
-Camaradas: he de hablar de otro asunto igualmente ingrato. Hemos sabido de<br />
ciertas fricciones entre la población y los servicios del ejército insurreccional. Se nos ha<br />
referido, sobre todo, que en él existe un servicio de contraespionaje que se permite<br />
actos arbitrarios e incontrolables, algunos muy graves, un poco al modo de la Cheka<br />
bolchevique: requisiciones, arrestos, hasta torturas y ejecuciones. No sabemos qué hay<br />
de cierto en tales rumores. Pero nos han llegado quejas que parecen serias. Sería<br />
deshonroso y peligroso para nuestro ejército seguir ese camino; sería un grave<br />
perjuicio, aun un peligro, para toda nuestra causa. No queremos, absolutamente,<br />
meternos en asuntos de orden meramente militar. Pero tenemos el deber de<br />
oponernos a los abusos y los excesos, si realmente los hay. Porque ellos, sobre ser<br />
condenables, levantarían a la población contra nuestro movimiento. El Congreso, que<br />
goza de la confianza y la estima generales de la población, tiene el deber de investigar<br />
profundamente el punto, establecer la verdad, tomar medidas, si es del caso, y<br />
tranquilizar a las gentes. Nuestro Congreso, emanación viviente de los intereses del<br />
pueblo laborioso, es en este momento la institución suprema de la región. Está por<br />
encima de todo, pues representa al pueblo laborioso. Propongo, pues, que se nombre<br />
de inmediato una comisión encargada de aclarar las cosas y obrar en consecuencia.<br />
En seguida se constituyó, al efecto, una comisión. Observemos de paso que<br />
jamás una iniciativa semejante de delegados del pueblo laborioso hubiese sido posible<br />
bajo el régimen bolchevique, y que la entera actividad de este Congreso daba las<br />
primeras nociones de cómo la nueva sociedad naciente debiera funcionar desde sus<br />
primeros comienzos, para afirmarse en el cabal cumplimiento de los principios<br />
manumisores. Agreguemos que los hechos inmediatos no permitieron a esta comisión<br />
llevar a cabo su acción: los combates incesantes, los desplazamientos del ejército y las<br />
urgentes tareas que absorbían todos sus servicios, se lo impidieron.<br />
Y otro delegado más:<br />
-Camaradas: ya que el Congreso está en tren de reaccionar contra ciertas<br />
deficiencias y lagunas, permitidme señalar un hecho lamentable. Aunque no es muy<br />
importante, merece nuestra atención, a causa del estado de espíritu impertinente que<br />
demuestra. Habéis visto, ciertamente, camaradas, en los muros de la ciudad, el aviso<br />
firmado por el camarada Klein, comandante militar de Alexandrovsk, en que invita a la<br />
población a no abusar de las bebidas alcohólicas, ni mostrarse por las calles en estado<br />
de ebriedad. Es lo propio. Como lo es también la forma del aviso, ni grosero ni<br />
insultante, ni ultrajante ni autoritario. No habría sino que felicitar al camarada Klein.<br />
Bien; anteayer se realizó una popular velada musical, danzante y recreativa, en esta<br />
misma casa, en la sala contigua, en la que participaron buen número de insurgentes,<br />
ciudadanos y ciudadanas. Nada de censurable en ello, me adelanto a decirlo. <strong>La</strong><br />
juventud se aburre y procura distraerse. Es humano y natural. Pero he aquí que se ha<br />
bebido por demás en tal velada. Muchos se embriagaron lindamente. Basta ver la<br />
cantidad de botellas vacías amontonadas ahí no más, en el corredor. (Hilaridad.) El<br />
objeto principal de mi intervención no es ése. Ello no es tan grave. Lo grave es que uno<br />
de los que llegaron al extremo de embriagarse es... el camarada Klein, uno de los<br />
comandantes del ejército y comandante de la ciudad, firmante del excelente aviso<br />
contra la embriaguez. A tal punto estaba que no podía marchar ni tenerse en pie y<br />
hubo que cargarlo en un carruaje para llevarlo a su casa, al amanecer. Y en el trayecto<br />
ha escandalizado, gritando y debatiéndose. Entonces, camaradas: al redactar y firmar<br />
el aviso, ¿el camarada Klein se creía por encima de los ciudadanos, eximido de la<br />
buena conducta que predicaba a los demás? ¿No debería haber sido el primero, por el<br />
contrario, en dar el buen ejemplo? En mi opinión, ha incurrido en una grave falta que<br />
no habría que dejar pasar por alto.<br />
Aunque tal mala conducta fuera asaz anodina y los delegados tomaran más bien<br />
risueñamente la cosa, revelaron cierta emoción. Fue general la condenación de la<br />
conducta de Klein, porque ella podría ser, en efecto, expresión de un estado de espíritu<br />
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