La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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Los obreros y los campesinos avanzan irresistiblemente; dejan atrás la Constituyente con<br />
su régimen burgués, y la dictadura del Partido Comunista con su Cheka y su capitalismo de<br />
Estado, que aprieta el nudo en el cuello de los trabajadores, amenazando estrangularlos.<br />
El cambio que acaba de operarse ofrece la seguridad de asegurar soviets libremente<br />
elegidos y no sujetos en sus funciones a ninguna presión violenta de partido, y permitirá<br />
organizar los sindicatos estatalizados en libres asociaciones de obreros, campesinos y<br />
trabajadores intelectuales.<br />
<strong>La</strong> máquina policial de la autocracia comunista está, al fin, destruida.<br />
Del número 7, del 9 de marzo, reproduciremos dos breves artículos. Uno de ellos,<br />
de polémica, se titula:<br />
ESCUCHA, TROTSKI<br />
Los comunistas han volcado, por sus radios, toneladas de inmundicias sobre los<br />
animadores de la tercera Revolución, que defienden el verdadero poder de los soviets contra la<br />
usurpación y la arbitrariedad de los comisarios. Nada de ello hemos ocultado a la población de<br />
Kronstadt; en nuestras Izvestia hemos publicado vez a vez sus ataques calumniadores. Nada<br />
tenemos que temer. Saben los ciudadanos cómo se ha producido la revuelta y por quiénes.<br />
Saben los obreros y los soldados rojos que no hay en la guarnición generales ni guardias<br />
blancos.<br />
Por su parte, el Comité <strong>Revolucion</strong>ario Provisional ha dirigido un radiotelegrama a<br />
Petrogrado exigiendo la liberación de los rehenes retenidos por los comunistas en las<br />
superpobladas prisiones: obreros, marinos y sus familiares, como asimismo la de los presos<br />
políticos. Y en una segunda transmisión ha invitado a que se envíe a Kronstadt delegados sin<br />
partido para que se comprueben sobre el terreno la verdad de los hechos y la transmitan a los<br />
trabajadores de Petrogrado.<br />
Y ellos, los comunistas, ¿qué han hecho?<br />
Han ocultado a los trabajadores y los soldados rojos esta invitación y aquella exigencia.<br />
En los diarios de Petrogrado, que trajeron consigo algunas unidades del mariscal Trotski que se<br />
han pasado a nuestro lado, no se dice ni una palabra de ello. Y, sin embargo, hasta no hace<br />
mucho estos tahúres, habituados al juego sucio, gritaban que no había que tener secretos para<br />
el pueblo, ni siquiera secretos diplomáticos.<br />
Escucha, Trotski: mientras logres escapar al juicio del pueblo podrás fusilar inocentes a<br />
montones; pero a la verdad, imposible fusilarla. Ella acabará por abrirse camino. Y entonces tú<br />
y tus cosacos deberán rendir cuentas.<br />
El otro artículo, constructivo, abre la discusión sobre:<br />
LA REORGANIZACIÓN DE LOS SINDICATOS<br />
Bajo la dictadura de los comunistas, las tareas de los sindicatos y de sus comisiones<br />
administrativas están reducidas al mínimo. Durante los cuatro años del movimiento sindical<br />
revolucionario en Rusia socialista, nuestros sindicatos no tuvieron posibilidad alguna de ser<br />
organismos de clase, cosa que de modo alguno les es imputable. Fue la consecuencia de la<br />
política del partido dirigente, que procuraba educar a las masas por el método centralista,<br />
comunista.<br />
El trabajo de los sindicatos se reducía, en suma, a escritos y correspondencia,<br />
absolutamente inútiles, para establecer el número de los miembros de cada uno de ellos, la<br />
especialidad de cada adherente, su situación ante el partido, etc. No se hable de actividad<br />
económica en sentido cooperador ni de educación cultural de los sindicatos, pues nada se<br />
emprendió al respecto.<br />
Cosa natural. Porque, de haberse permitido a los sindicatos una vasta actividad<br />
independiente, todo el sistema centralista de la construcción emprendida por los comunistas se<br />
habría venido al suelo, en cabal demostración de la inutilidad de los comisarios y de las<br />
secciones políticas.<br />
Estos defectos apartaron de los sindicatos a las masas, por lo que finalmente aquéllos se<br />
transformaron en núcleos de gendarmería obstructores de toda actividad realmente sindical de<br />
las clases laboriosas.<br />
Una vez derrocada la dictadura del Partido Comunista, deberá cambiar radicalmente el<br />
papel de los sindicatos, para emprender la urgente tarea de educar a las masas con miras a la<br />
renovación económica y cultural del país. Y su actividad ha de animarse de nuevo aliento<br />
purificador para ser realmente emanación de los intereses del pueblo.<br />
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