La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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sesenta autos blindados, varias divisiones de caballería y una nube de infantes. <strong>La</strong> lucha contra<br />
estas tropas duró semanas.<br />
Un mes después, el camarada Schuss fue muerto en batalla, en la región de Poltava.<br />
Estaba de jefe del estado mayor del grupo de Zabudko, cumpliendo bravamente su deber,<br />
como siempre.<br />
Un mes más tarde le llegó la vez a Kurilenko. Estaba cubriendo el cruce de las vías<br />
férreas, ocupado personalmente en emplazar los destacamentos y al frente de la vanguardia<br />
siempre. Un día fue sorprendido por los jinetes de Budienny y pereció en la refriega.<br />
El 18 de mayo la caballería de Budienny marchaba de la región de Yekaterinoslav hacia el<br />
Don para dominar una revuelta de campesinos, a cuyo frente se encontraban nuestros<br />
camaradas Brova y Maslak (el jefe de la primera brigada del ejército de Budienny, que se había<br />
plegado a nuestras tropas con todos sus hombres).<br />
Nuestro grupo estaba formado por varios destacamentos reunidos a las órdenes de<br />
Petrenko-Platonov, del que formábamos parte también nuestro Estado Mayor principal y yo.<br />
Ese día, el grupo se encontraba a quince o veinte verstas del camino seguido por el ejército de<br />
Budienny. Sabiendo éste que yo me hallaba con tal grupo de fuerzas, se dejó seducir por la<br />
escasa distancia que nos separaba y ordenó al jefe del destacamento de autos blindados (el<br />
número 1) -que habría de participar en el aplastamiento de los campesinos del Don- que<br />
bloqueara, con 16 autos blindados, el acceso a la aldea Novogrigorievka, mientras él mismo<br />
marchaba, campo a través, al frente de una parte de la XIX División de caballería<br />
(anteriormente división del servicio interior), en dirección a esa aldea. Llegó a ella antes que<br />
los autos blindados, que debían evitar los barrancos, buscar vados para el cruce de las<br />
corrientes de agua, disponer centinelas, etcétera. Al corriente de todos estos movimientos por<br />
la vigilancia de nuestros exploradores, pudimos tomar precauciones. Y cuando Budienny<br />
apareció a la vista de nuestro campamento nos lanzamos a su encuentro.<br />
En un abrir y cerrar de ojos, Budienny, que galopaba fieramente en primera fila, volvió<br />
grupas y huyó, infame cobarde, abandonando a sus compañeros. El combate que se entabló<br />
fue una pesadilla. Los soldados rojos lanzados contra nosotros habían permanecido hasta<br />
entonces en la Rusia Central, para «asegurar el orden interior». No habían combatido a nuestro<br />
lado en Crimea; no nos conocían, pues. Se les había engañado, diciéndoles que éramos<br />
vulgares bandidos, y fue para ellos punto de honor no retroceder ante malhechores. En cuanto<br />
a los insurgentes, se sentían en su derecho y estaban firmemente decididos a vencer y<br />
desarmar al enemigo. Este combate fue el más encarnizado de cuantos sostuvimos, antes y<br />
después. Terminó con la completa derrota de las tropas de Budienny, lo que provocó la<br />
descomposición de su ejército y la deserción de muchos soldados.<br />
Formé en seguida un destacamento de hombres originarios de Siberia y lo envié allí,<br />
provisto de lo necesario, a las órdenes del camarada Glasunov. A principios de agosto de 1921<br />
supimos por los diarios bolcheviques que este destacamento había hecho su aparición en la<br />
región de Samara. Luego no oí hablar más de él.<br />
No cesamos de combatir durante todo el verano de 1921.<br />
<strong>La</strong> excesiva sequía de ese verano y la mala cosecha resultante en las gobernaciones de<br />
Yekaterinoslav, Taurída y, particularmente, en las de Jerson y Poltava, como asimismo en la<br />
región del Don, nos forzaron a dirigirnos, por una parte, hacia el Kuban, el bajo Tzaritzin y<br />
Saratov, y, por otra, hacia Kiev y Chernigov. Por este lado, la lucha era dirigida por el<br />
camarada Kozhin. Cuando nos reencontramos me entregó unos paquetes de papeles, en que se<br />
consignaban las decisiones adoptadas por los campesinos de la gobernación de Chernigov,<br />
expresando su voluntad de sostenernos enteramente en nuestra lucha.<br />
Yo hice una expedición hacia el Volga, con los destacamentos de los camaradas Zabudko<br />
y Petrenko; luego me replegué hacia el Don, hallando en el trayecto a varias de nuestras<br />
unidades, cuya conjunción realicé y las uní con el grupo de Azov (el antiguo grupo de<br />
Vdovichenko).<br />
A principios de agosto de 1921, se decidió, a causa de la gravedad de mis heridas, mi<br />
partida al extranjero, con algunos de mis comandantes, para seguir un tratamiento serio. Por<br />
esa misma época también resultaron heridos gravemente nuestros mejores comandantes:<br />
Kozhin, Petrenko y Zabudko. El 13 de agosto, acompañado de unos cien jinetes, me dirigí hacia<br />
el Dnieper, que cruzamos en la mañana del 16, entre Orlik y Krementchug, con ayuda de 17<br />
barcas de pescadores. Ese día fui herido seis veces, aunque ligeramente. En el trayecto<br />
encontramos varios de nuestros destacamentos, a los que explicamos las razones de nuestra<br />
partida al extranjero. Y todos nos expresaron lo mismo: «Vaya y cuídese bien, Batko, y luego<br />
vuelva en nuestro auxilio.»<br />
El 19 de agosto, a 12 verstas de Bobrinetz, nos topamos con la 7ª División de caballería<br />
del Ejército Rojo, acampado a lo largo del río Ingulets. Volver sobre nuestros pasos significaba<br />
correr a nuestra perdición, pues habíamos sido avistados por un regimiento de caballería, a<br />
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