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La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard

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Congreso no fuera semejante a los convocados por las autoridades emanadas de un<br />

partido político (o de una casta dominante), que sometían a los Congresos,<br />

diestramente trucados, resoluciones ya confeccionadas, destinadas a ser dócilmente<br />

adoptadas, tras una apariencia de discusión, e impuestas a los sedicentes delegados so<br />

amenaza de represión contra toda eventual oposición. De añadidura, los majnovistas<br />

se proponían someter al Congreso numerosas cuestiones concernientes al ejército<br />

insurreccional mismo, cuya suerte, y la de toda la obra emprendida, dependía de cómo<br />

fueran resueltas. Hasta en este dominio particular, los majnovistas se atenían a su<br />

propósito de evitar toda presión sobre los delegados.<br />

Para evitar todos los escollos, se decidió:<br />

1.º No se realizaría ninguna campaña electoral para la elección de los delegados.<br />

Había que limitarse a avisar a las poblaciones, las organizaciones, etc., que debían<br />

elegir un delegado, o delegados, al Congreso de los trabajadores convocado para el 20<br />

de octubre. De tal modo, la población podría designar y dar mandato a los delegados<br />

con toda libertad.<br />

2.º Al iniciarse el Congreso, un representante majnovista explicaría a los<br />

delegados que el Congreso era convocado, esta vez, por los majnovistas mismos,<br />

porque se trataba sobre todo de problemas concernientes al ejército insurreccional<br />

como tal; que el Congreso también resolvería, por cierto, problemas relativos a la vida<br />

de la población; que para unos y otros problemas sus deliberaciones y decisiones<br />

serían absolutamente libres, sin que los delegados corrieran riesgo alguno por su<br />

actitud; y, en fin, que este Congreso debía ser considerado como el primero o, más<br />

bien, como extraordinario, pues los trabajadores de la región habrían de convocar<br />

próximamente, por propia iniciativa, su Congreso, que realizarían como quisiesen, para<br />

resolver los problemas de su vida que creyesen del caso.<br />

3.º Tras de la apertura, los delegados deberán elegir por sí mismos la Mesa<br />

directiva del Congreso y modificar a su gusto el orden del día propuesto -no impuesto-<br />

por los majnovistas.<br />

Dos o tres días antes del Congreso, ocurrió un episodio muy curioso. Un<br />

atardecer, se presentó en mi domicilio un joven: Lubim, miembro del comité local del<br />

Partido Socialista <strong>Revolucion</strong>ario de Izquierda. Observé en seguida su estado de<br />

emoción. En efecto, muy excitado, entró en materia sin preámbulos.<br />

-Camarada <strong>Volin</strong> -exclamó, tranqueando en todos sentidos la pequeña habitación<br />

de hotel en que nos hallábamos-: usted excusará mi brutalidad. Es que se trata de un<br />

peligro grandísimo. Vosotros, ciertamente, no lo advertís. Y, sin embargo, no hay que<br />

perder un minuto. Sois anarquistas, lo sé, y en consecuencia utopistas e ingenuos.<br />

Pero, con todo, no llevaréis vuestra ingenuidad al extremo de la estupidez. Ni tenéis el<br />

derecho de hacerlo, porque no se trata sólo de vosotros, sino de muchos más y de toda<br />

una causa.<br />

Yo le confesé no haber entendido nada de su tirada.<br />

-¡Veamos, veamos! -continuó, cada vez más excitado-. Habéis convocado un<br />

Congreso de campesinos y de obreros, el que tiene enorme importancia. ¡Pero vosotros<br />

sois unos niños grandes! En vuestra inefable ingenuidad, ¿qué hacéis? Distribuís<br />

profusamente papelitos anunciando el Congreso. Punto, y nada más. ¡Es para<br />

espantarse! Ni explicaciones, ni propaganda, ni campaña electoral, ni lista de<br />

candidatos; ¡nada, nada! Yo le suplico, camarada <strong>Volin</strong>, que abra un poco los ojos. En<br />

vuestra situación, hay que ser algo realistas, ¡caramba! Haced algo en seguida,<br />

mientras es todavía tiempo. Enviad agitadores, presentad vuestros candidatos;<br />

dejadnos tiempos de hacer una pequeña campaña. Pues, ¿qué diréis vosotros si la<br />

población, la campesina sobre todo, os envía delegados .reaccionarios que reclamen la<br />

convocación de la Constituyente o aun el restablecimiento del régimen monárquico? El<br />

pueblo está hondamente trabajado por los contrarrevolucionarios. ¿Qué haréis si la<br />

mayoría del Congreso es contrarrevolucionaria y lo sabotea? ¡Obrad, pues, antes que<br />

sea demasiado tarde! ¡Diferid el Congreso por unos días, y tomad medidas!<br />

Comprendí. Miembro de un partido político, Lubim concebía las cosas con<br />

mentalidad condigna.<br />

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