01.12.2012 Views

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

C o n v e r s a c i ó n e n l a c a t e d r a l M a r i o V a r g a s L l o s a<br />

señora le hacía bromas arrugaba apenas los cachetes y ésa era su risa. ¿Sería casado, qué vida<br />

tendría en <strong>la</strong> calle? Amalia se lo imaginaba viviendo con una vieja beata siempre vestida <strong>de</strong> luto.<br />

—¿ALó, aló? —repetía <strong>la</strong> voz <strong>de</strong>l general Espina Aló— ¿Alcibía<strong>de</strong>s?<br />

—¿Sí? —dijo, suavemente—. ¿Serrano?<br />

—¿Cayo? Vaya, por fin —<strong>la</strong> voz <strong>de</strong> Espina era ásperamente jovial—. Te estoy l<strong>la</strong>mando<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> anteayer y no hay forma. Ni en el Ministerio, ni en tu casa. Ni que te me estuvieras negando,<br />

Cayo.<br />

—¿Me has estado l<strong>la</strong>mando? —tenía un lápiz en su mano <strong>de</strong>recha, dibujaba un círculo—.<br />

Primera noticia, Serrano.<br />

—Diez veces, Cayo. Qué diez, lo menos quince veces.<br />

—Voy a averiguar por qué no me dan los encargos —un segundo círculo, paralelo al<br />

anterior—. Dime, Serrano, a tus ór<strong>de</strong>nes.<br />

Una pausa, una tos incómoda, <strong>la</strong> respiración entrecortada <strong>de</strong> Espina:<br />

—¿Qué significa ese soplón en <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> mi casa, Cayo? —disimu<strong>la</strong>ba su malhumor<br />

hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong>spacio, pero era peor—. ¿Es protección o vigi<strong>la</strong>ncia o qué mierda es ?<br />

—Como ex—Ministro te mereces siquiera un portero pagado por el Gobierno, Serrano —<br />

completó el tercer círculo, hizo una pausa, cambió <strong>de</strong> tono—. No sé nada, hombre. Se habrán<br />

olvidado que ya no necesitas protección. Si ese sujeto te molesta, haré que lo retiren.<br />

—No me molesta, me l<strong>la</strong>ma <strong>la</strong> atención —dijo Espina, con sequedad—. Las cosas c<strong>la</strong>ras,<br />

Cayo. ¿Ese sujeto ahí significa que el gobierno ya no confía en mí?<br />

—No digas disparates, Serrano. Si el gobierno no tiene confianza en ti, en quién entonces.<br />

—Por eso mismo, por eso mismo —<strong>la</strong> voz <strong>de</strong> Espina era lenta, se atropel<strong>la</strong>ba, volvía a ser<br />

lenta—. Cómo no me iba a sorpren<strong>de</strong>r, Cayo. Te imaginarás que ya estoy viejo para no reconocer a<br />

un soplón.<br />

—No te hagas ma<strong>la</strong> sangre por tonterías el quinto círculo: más pequeño que los otros,<br />

ligeramente abol<strong>la</strong>do—. ¿Se te ocurre que te vamos a poner un soplón? Debe ser un don juan que<br />

está enamorando a tu sirvienta.<br />

—Pues mejor se <strong>de</strong>saparece <strong>de</strong> aquí porque tengo ma<strong>la</strong>s pulgas, tú ya sabes —colérico ahora,<br />

respirando fuerte—. De repente me caliento y le meto ba<strong>la</strong>. Te lo quería advertir, por si acaso.<br />

—No gastes pólvora en gallinazo —corrigió el círculo, lo aumentó, lo redon<strong>de</strong>ó, ahora estaba<br />

igual a los otros—. Hoy mismo voy a averiguar. A lo mejor Lozano quiso quedar bien contigo<br />

poniéndote un agente para que te cui<strong>de</strong> <strong>la</strong> casa. Haré que lo retiren, Serrano.<br />

—Bueno, lo <strong>de</strong> meterle ba<strong>la</strong> no iba en serio —más tranquilo ahora, tratando <strong>de</strong> bromear. Pero<br />

ya compren<strong>de</strong>rás que este asunto me ha resentido, Cayo.<br />

—Eres un Serrano <strong>de</strong>sconfiado y ma<strong>la</strong>gra<strong>de</strong>cido —dijo él—. Qué más quieres que te cui<strong>de</strong>n<br />

<strong>la</strong> casa, con tanto pericote suelto. Bueno, olvídate <strong>de</strong> eso. ¿Cómo está <strong>la</strong> familia? A ver si<br />

almorzamos, un día <strong>de</strong> éstos.<br />

—Cuando tú quieras, yo tengo tiempo libre <strong>de</strong> sobra, ahora —un poco cortado, in<strong>de</strong>ciso,<br />

como avergonzado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>specho que <strong>de</strong>scubría en su propia voz—. Eres tú el que no <strong>de</strong>be tener<br />

mucho tiempo ¿no? Des<strong>de</strong> que salí <strong>de</strong>l Ministerio no me has buscado ni una vez. Y van a hacer tres<br />

meses ya.<br />

—Tienes razón, Serrano, pero tú ya sabes lo que es esto —ocho círculos: cinco en una línea,<br />

tres abajo; inició el noveno, cuidadosamente—. He estado por l<strong>la</strong>marte varias veces. La próxima<br />

semana, <strong>de</strong> todas maneras. Un abrazo, Serrano. .<br />

Colgó antes que Espina terminara <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse, contempló un instante los nueve círculos,<br />

rompió <strong>la</strong> hoja y arrojó los pedazos a <strong>la</strong> papelera.<br />

108

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!