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vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

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C o n v e r s a c i ó n e n l a c a t e d r a l M a r i o V a r g a s L l o s a<br />

apenada. ¿Qué quieres hacer ahora?, dijo Ambrosio. Ir don<strong>de</strong> su tía, a Limoncillo. ¿Qué habría<br />

hecho él, todos estos años? Irás otro día, dijo Ambrosio, vámonos al cine más bien.<br />

Fueron a uno <strong>de</strong>l Rímac a ver una <strong>de</strong> piratas, y en <strong>la</strong> oscuridad el<strong>la</strong> sintió que se le llenaban<br />

los ojos <strong>de</strong> lágrimas. ¿Te estabas acordando <strong>de</strong> cuando ibas al cine con Trinidad, bruta? ¿De cuando<br />

vivías en Mirones y te pasabas los días, los meses sin hacer nada, sin hab<strong>la</strong>r, casi sin pensar? No, se<br />

estaba acordando <strong>de</strong> antes, <strong>de</strong> los domingos que se veían en Surquillo, y <strong>la</strong>s noches que se juntaban<br />

a escondidas en el cuartito junto al garaje y <strong>de</strong> lo que pasó. Sintió rabia otra vez, si me toca lo<br />

rasguñaba, lo mataba. Pero Ambrosio no trató siquiera, y al salir le invitó un lonche. Fueron<br />

andando hasta <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za <strong>de</strong> Armas, conversando <strong>de</strong> todo menos <strong>de</strong> antes. Sólo cuando estaban<br />

esperando el tranvía él <strong>la</strong> cogió <strong>de</strong>l brazo: yo no soy lo que tú crees, Amalia. Ni tampoco eres lo que<br />

tú crees, dijo Queta, tú eres lo que haces, esa pobre Amalia me da compasión. Suéltame o grito, dijo<br />

Amalia, y Ambrosio <strong>la</strong> soltó. Si no estaban peleando, Amalia, si sólo te estoy pidiendo que te<br />

olvi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lo que pasó. Hacía tanto tiempo ya, Amalia. Llegó el tranvía, viajaron mudos hasta San<br />

Miguel. Bajaron en el para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l Colegio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Canonesas y había oscurecido. Tú tuviste otro<br />

hombre, el textil ése, dijo Ambrosio, yo no he tenido ninguna mujer. Y un poco <strong>de</strong>spués, ya<br />

llegando a <strong>la</strong> esquina <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, con <strong>la</strong> voz resentida: me has hecho sufrir mucho, Amalia. No le<br />

respondió, se echó a correr. En <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, se volvió a mirar: se había quedado en <strong>la</strong><br />

esquina, medio oculto entre <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong> los arbolitos sin ramas. Entró a <strong>la</strong> casa luchando por no<br />

<strong>de</strong>jarse conmover, furiosa por sentirse conmovida.<br />

—¿Qué hay <strong>de</strong> esa logia <strong>de</strong> oficiales en el Cuzco? —dijo él.<br />

—Ahora que se presenten los ascensos al Congreso, van a ascen<strong>de</strong>r al coronel Idiáquez —dijo<br />

el mayor Pare<strong>de</strong>s—. De General ya no pue<strong>de</strong> seguir en el Cuzco, y sin él <strong>la</strong> argollita se va a<br />

<strong>de</strong>shacer. No hacen nada todavía; se reúnen, hab<strong>la</strong>n.<br />

—No basta con que salga <strong>de</strong> ahí Idiáquez —dijo él—. ¿Y el Comandante, y los capitancitos?<br />

No entiendo por qué no los han separado ya. El Ministro <strong>de</strong> Guerra aseguró que esta semana<br />

comenzarían los tras<strong>la</strong>dos.<br />

—He hab<strong>la</strong>do diez veces con él, le he mostrado diez veces los informes —dijo el mayor<br />

Pare<strong>de</strong>s—. Como se trata <strong>de</strong> oficiales <strong>de</strong> prestigio, quiere ir con pies <strong>de</strong> plomo.<br />

—Tiene que intervenir el Presi<strong>de</strong>nte, entonces —dijo él—. Después <strong>de</strong>l viaje a Cajamarca, lo<br />

primero es romper esa argollita. ¿Están bien vigi<strong>la</strong>dos?<br />

—Te imaginas —dijo el mayor Pare<strong>de</strong>s—. Sé hasta lo que comen.<br />

—El día menos pensado les ponen un millón <strong>de</strong> soles sobre <strong>la</strong> mesa y tenemos revolución a <strong>la</strong><br />

vista —dijo él—. Hay que <strong>de</strong>sbandarlos a guarniciones bien alejadas cuanto antes.<br />

—Idiáquez <strong>de</strong>be muchos favores al régimen —dijo el mayor Pare<strong>de</strong>s—. El Presi<strong>de</strong>nte se está<br />

llevando a cada rato <strong>de</strong>cepciones tremendas con <strong>la</strong> gente. Le va a doler cuando sepa que Idiáquez<br />

anda amotinando oficiales contra él.<br />

—Le dolería más saber que se ha levantado —dijo él; se puso <strong>de</strong> pie, sacó unos papeles <strong>de</strong> su<br />

maletín y se los entregó al mayor Pare<strong>de</strong>s—. échales una ojeada, a ver si esta gente tiene ficha aquí.<br />

Pare<strong>de</strong>s lo acompañó hasta <strong>la</strong> puerta, lo retuvo <strong>de</strong>l brazo cuando él iba a salir:<br />

—¿Y esa noticia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Argentina, esta mañana? ¿Cómo se te pasó?<br />

—No se me pasó —dijo él—: Los apristas apedreando una embajada peruana es una buena<br />

noticia. Le consulté al Presi<strong>de</strong>nte y estuvo <strong>de</strong> acuerdo en que se publicara:<br />

—Bueno, sí —dijo el mayor Pare<strong>de</strong>s—. Los oficiales que <strong>la</strong> leyeron aquí, estaban indignados.<br />

—Ya ves que pienso en todo —dijo él—. Hasta mañana.<br />

PERO al poco rato se les había acercado Hipólito, <strong>la</strong> cara tristísima, don: ahí estaban, con sus<br />

cartelones y todo. Habían entrado por una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s esquinas <strong>de</strong> <strong>la</strong> P<strong>la</strong>za, y ellos se les arrimaron, como<br />

curiosos. Cuatro llevaban un cartel con letras rojas, <strong>de</strong>trás venía un grupito, <strong>la</strong>s cabecil<strong>la</strong>s había<br />

dicho Ludovico, que hacían gritar a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más y <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más serían media cuadra. La gente <strong>de</strong> <strong>la</strong> Feria<br />

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