01.12.2012 Views

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

C o n v e r s a c i ó n e n l a c a t e d r a l M a r i o V a r g a s L l o s a<br />

Se rió otra vez, tomó el último traguito <strong>de</strong> café, se limpió <strong>la</strong> boca: si tú supieras <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong><br />

anónimos canal<strong>la</strong>s que ha recibido tu padre en su vida, f<strong>la</strong>co.<br />

Miró a Santiago con ternura y se inclinó para cogerlo <strong>de</strong>l brazo.<br />

—Pero hay algo que no me gusta nada, f<strong>la</strong>co. ¿Te hacen trabajar en eso, en “La Crónica”?<br />

¿Tú tienes que ocuparte <strong>de</strong> los crímenes?<br />

—No, papá, yo no tengo nada que ver con eso. Estoy en <strong>la</strong> sección <strong>de</strong> noticias locales.<br />

—Pero el trabajo <strong>de</strong> noche no te sienta, si sigues enf<strong>la</strong>queciendo así te pue<strong>de</strong>s enfermar <strong>de</strong>l<br />

pulmón. Basta ya <strong>de</strong> periodismo, f<strong>la</strong>co. Busquemos algo que te convenga más. Algún trabajo <strong>de</strong> día.<br />

—El trabajo <strong>de</strong> "La Crónica" no es casi nada, papá, unas pocas horas al día. Menos que en<br />

cualquier otro puesto. Y me queda el día libre para <strong>la</strong> Universidad.<br />

—¿Estás yendo a c<strong>la</strong>ses, <strong>de</strong> veras estás yendo? Clodomiro me cuenta que vas, que pasas los<br />

exámenes, pero yo nunca sé si creerle. ¿Es verdad, f<strong>la</strong>co?<br />

—C<strong>la</strong>ro que sí, papá —sin enrojecer, sin vaci<strong>la</strong>r, a lo mejor heredé eso <strong>de</strong> ti papá—. Te puedo<br />

enseñar <strong>la</strong>s notas. Estoy en tercero <strong>de</strong> Derecho ya. Voy a recibirme, ya verás.<br />

—¿No has dado tu brazo a torcer todavía? —dijo don Fermín, <strong>de</strong>spacio.<br />

—Ahora va a ser distinto, el domingo voy a ir a <strong>la</strong> casa a almorzar, papá. Pregúntale al<br />

Chispas, le dije que avisara a <strong>la</strong> mamá. Voy a ir a verlos seguido, te prometo.<br />

Ahí <strong>la</strong> sombra que empañó sus ojos, Zavalita. Se en<strong>de</strong>rezó en el asiento, soltó el brazo <strong>de</strong><br />

Santiago y trató <strong>de</strong> sonreír pero su cara siguió abatida, su boca apenada.<br />

—No te exijo nada, pero al menos piénsalo y no digas que no antes <strong>de</strong> oírme —murmuró—.<br />

Sigue en "La Crónica" si tanto te gusta. Tendrás l<strong>la</strong>ve <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, te arreg<strong>la</strong>remos el cuartito junto al<br />

escritorio. Estarás completamente in<strong>de</strong>pendiente ahí, tanto como ahora. Pero así tu madre se sentirá<br />

más tranqui<strong>la</strong>.<br />

—Tu madre sufre, tu madre llora, tu madre reza —dijo Santiago—. Pero el<strong>la</strong> se acostumbró<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día, Carlitos, yo <strong>la</strong> conozco. Es él quien vive contando los días, él quien no se<br />

acostumbra.<br />

—Ya te has <strong>de</strong>mostrado que pue<strong>de</strong>s vivir solo y mantenerte —insistía don Fermín—. Ya es<br />

hora <strong>de</strong> que vuelvas a tu casa, f<strong>la</strong>co.<br />

—Déjame un tiempo más así, papá. Voy a ir a <strong>la</strong> casa todas <strong>la</strong>s semanas, se lo he dicho al<br />

Chispas ya, pregúntale. Te lo prometo, papá.<br />

—No sólo estás f<strong>la</strong>co, tampoco tienes ni qué ponerte, estás pasando apuros. ¿Porqué eres tan<br />

orgulloso, Santiago? Para qué está tu padre si no es para ayudarte.<br />

—No necesito p<strong>la</strong>ta, papá. Con lo que gano me alcanza <strong>de</strong> sobra.<br />

—Ganas mil quinientos soles y te estás muriendo <strong>de</strong> hambre —bajando los ojos, Zavalita,<br />

avergonzándose <strong>de</strong> que supieras que él sabía—. No te estoy riñendo, f<strong>la</strong>co. Pero no entiendo, que no<br />

quieras que te ayu<strong>de</strong> no lo entiendo.<br />

—Si necesitara p<strong>la</strong>ta te hubiera pedido, papá. Pero me alcanza, yo no soy gastador. La<br />

pensión es muy barata. No paso apuros, te juro que no.<br />

—Ya no tienes que avergonzarte <strong>de</strong> que tu padre sea un capitalista —sonrió don Fermín, sin<br />

ánimos—. El canallita <strong>de</strong> Bermú<strong>de</strong>z nos puso al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> quiebra. Nos canceló los libramientos,<br />

varios contratos, nos mandó auditores para que nos expulgaran los libros con lupa y nos arruinaran<br />

con impuestos. Y ahora, con Prado, el gobierno se ha vuelto una mafia terrible. Los contratos que<br />

recuperamos cuando salió Bermú<strong>de</strong>z nos los volvieron a quitar para dárselos a pradistas. A este<br />

paso voy a volverme un comunista, como tú.<br />

—Y todavía quieres darme p<strong>la</strong>ta —trató <strong>de</strong> bromear Santiago—. De repente el que te va a<br />

ayudar soy yo, papá.<br />

195

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!