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vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

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C o n v e r s a c i ó n e n l a c a t e d r a l M a r i o V a r g a s L l o s a<br />

—No fue horror al dogma, fue un reflejo <strong>de</strong> niñito anarquista que no quiere recibir ór<strong>de</strong>nes—<br />

dijo Carlitos—. Fue que en el fondo tenías miedo <strong>de</strong> romper con <strong>la</strong> gente que come y se viste y<br />

huele bien.<br />

—Pero si yo <strong>de</strong>testaba esa gente, si <strong>la</strong> sigo <strong>de</strong>testando —dijo Santiago—. Si eso es <strong>de</strong> lo único<br />

que estoy seguro, Carlitos.<br />

—Entonces fue espíritu <strong>de</strong> contradicción, afán <strong>de</strong> buscarle tres pies al gato sabiendo que tiene<br />

cuatro —dijo Carlitos—. Debiste <strong>de</strong>dicarte a <strong>la</strong> literatura y no a <strong>la</strong> revolución, Zavalita.<br />

—Yo sabía que si todos se <strong>de</strong>dicaran a ser inteligentes y a dudar, el Perú andaría siempre<br />

jodido —dijo Santiago—. Yo sabía que hacían falta dogmáticos, Carlitos.<br />

—Con dogmáticos o con inteligentes, el Perú estará siempre jodido —dijo Carlitos—. Este<br />

país empezó mal y acabará mal. Como nosotros, Zavalita.<br />

—¿Nosotros los capitalistas? —dijo Santiago.<br />

—Nosotros los cacógrafos —dijo Carlitos—. Todos reventaremos echando espuma, como<br />

Becerrita. A tu salud, Zavalita.<br />

—Meses, años soñando con inscribirme en el Partido, y cuando se presenta <strong>la</strong> ocasión me<br />

echo atrás —dijo Santiago—. No lo voy a enten<strong>de</strong>r nunca, Carlitos.<br />

—Doctor, doctor, tengo algo que se me sube y se me baja y no sé lo que es —dijo Carlitos—<br />

Es un pedito loco, señora, usted tiene carita <strong>de</strong> poto y el pobre pedito no sabe por don<strong>de</strong> salir. Lo<br />

que te friega <strong>la</strong> vida es un pedito loco, Zavalita.<br />

¿Juran consagrar su vida a <strong>la</strong> causa <strong>de</strong>l socialismo y <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera?, había preguntado<br />

L<strong>la</strong>que, y Aída y Jacobo sí juro, mientras Santiago observaba; <strong>de</strong>spués eligieron sus seudónimos.<br />

—No te sientas disminuido —le dijo L<strong>la</strong>que a Santiago—. En <strong>la</strong> Fracción Universitaria,<br />

simpatizantes y militantes son iguales.<br />

Les dio <strong>la</strong> mano, adiós camaradas, que salieran diez minutos <strong>de</strong>spués que él. La mañana<br />

estaba nub<strong>la</strong>da y húmeda cuando <strong>de</strong>jaron atrás <strong>la</strong> librería <strong>de</strong> Matías y entraron al "Bransa" <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

Colmena y pidieron cafés con leche.<br />

—¿Te puedo hacer una pregunta? —dijo Aída—. ¿Por qué no te inscribiste? ¿Qué dudas<br />

tienes?<br />

—Ya te hablé una vez —dijo Santiago—. Todavía no estoy convencido <strong>de</strong> algunas cosas.<br />

Quisiera ...<br />

—¿Todavía no estás convencido <strong>de</strong> que Dios no existe? —se rió Aída.<br />

—Nadie tiene por qué discutir su <strong>de</strong>cisión —dijo Jacobo—. Déjalo que se tome su tiempo.<br />

—No se <strong>la</strong> discuto, pero te voy a <strong>de</strong>cir una cosa —dijo Aída, riéndose—. Nunca te inscribirás,<br />

y cuando termines San Marcos te olvidarás <strong>de</strong> <strong>la</strong> revolución, y serás abogado <strong>de</strong> <strong>la</strong> International<br />

Petroleum y socio <strong>de</strong>l Club Nacional.<br />

Jacobo levantó <strong>la</strong> mano.<br />

—En <strong>la</strong> Fracción preparábamos esas reuniones como un ballet —dijo Santiago—. Turnarse,<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r cada uno un argumento distinto, no <strong>de</strong>jar sin rebatir ninguna opinión contraria.<br />

Estaba con <strong>la</strong> corbata caída, <strong>de</strong>speinado, hab<strong>la</strong>ba en voz baja: <strong>la</strong> huelga era una ocasión<br />

magnífica para provocar una toma <strong>de</strong> conciencia política en el estudiantado. Las manos caídas a lo<br />

<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong>l cuerpo para <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r <strong>la</strong> alianza obrero—estudiantil. Mirando a Saldívar muy serio:<br />

iniciar un movimiento que podía exten<strong>de</strong>rse a reivindicaciones como liberación <strong>de</strong> estudiantes<br />

presos y amnistía política. Calló y Huamán levantó <strong>la</strong> mano.<br />

—Yo había estado contra <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>la</strong> huelga por <strong>la</strong>s mismas razones que expuso Huamán, un<br />

aprista —dijo Santiago—. Pero como <strong>la</strong> Fracción había acordado <strong>la</strong> huelga, me tocó <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<strong>la</strong><br />

contra Huamán. Eso es el centralismo <strong>de</strong>mocrático, Carlitos.<br />

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