You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
C o n v e r s a c i ó n e n l a c a t e d r a l M a r i o V a r g a s L l o s a<br />
cuando supiera que el viejo era odrista?, <strong>la</strong> batal<strong>la</strong> <strong>de</strong>l Marne, a lo mejor no querría juntarse más<br />
contigo, Zavalita: te odio, papá. Nos hacíamos preguntas pero no nos <strong>la</strong>s hacíamos, piensa. Piensa:<br />
nos estábamos haciendo amigos. ¿Habría estudiado en un Colegio Nacional? Sí, en una Unidad<br />
Esco<strong>la</strong>r, ¿y él?, en el Santa María, ah en un colegio <strong>de</strong> niñitos bien. Había <strong>de</strong> todo, era un colegio<br />
malísimo, él no tenía <strong>la</strong> culpa que sus viejos lo hubieran metido ahí, hubiera preferido el Guadalupe<br />
y Aída se echó a reír: no te pongas colorado, no tenía prejuicios, qué había pasado en Verdún.<br />
Piensa: esperábamos cosas formidables <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad.<br />
Estaban en el Partido, iban a <strong>la</strong> imprenta juntos, se escondían en un sindicato juntos, los<br />
metían a <strong>la</strong> cárcel juntos y los exi<strong>la</strong>ban juntos: era una batal<strong>la</strong> y no un tratado, sonso, y él c<strong>la</strong>ro, qué<br />
sonso, y ahora el<strong>la</strong> quién había sido Cronwell. Esperábamos cosas formidables <strong>de</strong> nosotros, piensa.<br />
—Cuando entró a San Marcos y le cortaron el pelo a coco, <strong>la</strong> niña Teté y el niño Chispas le<br />
gritaban cabeza <strong>de</strong> zapallo —dice Ambrosio—. Lo contento que se puso su papá por lo que usted<br />
aprobó el examen, niño.<br />
Hab<strong>la</strong>ba <strong>de</strong> libros y tenía faldas, sabía <strong>de</strong> política y no era hombre, <strong>la</strong> Mascota, <strong>la</strong> Pollo, <strong>la</strong><br />
Ardil<strong>la</strong> se <strong>de</strong>spintaban, Zavalita, <strong>la</strong>s lindas idiotas <strong>de</strong> Miraflores se <strong>de</strong>rretían, <strong>de</strong>saparecían.<br />
Descubrir que por lo menos una podía servir para algo más, piensa. No sólo para tirárse<strong>la</strong>, no sólo<br />
para corrérse<strong>la</strong> pensando en el<strong>la</strong>, no sólo para enamorarse. Piensa: para algo más. Iba a seguir<br />
Derecho y también Pedagogía, tú ibas a seguir Derecho y también Letras.<br />
—¿Te <strong>la</strong>s das <strong>de</strong> vampiresa, <strong>de</strong> payasa o <strong>de</strong> qué? —dijo Santiago—. ¿Dón<strong>de</strong> tan arreg<strong>la</strong>dita,<br />
tan pintadita ?<br />
—¿Y en Letras qué especialidad? —dijo Aída—. ¿Filosofía?<br />
—Don<strong>de</strong> me da <strong>la</strong> gana y a ti qué —dijo <strong>la</strong> Teté—. Y quién te hab<strong>la</strong> a ti, y con qué <strong>de</strong>recho<br />
me hab<strong>la</strong>s a mí.<br />
—Creo que Literatura —dijo Santiago—. Pero todavía no sé.<br />
—Todos los que siguen Literatura quieren ser poetas —dijo Aída—. ¿Tú también?<br />
—Déjense <strong>de</strong> estar peleando —dijo <strong>la</strong> señora Zoi<strong>la</strong>—. Parecen perro y gato, ya basta.<br />
—Tenía un cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> versos escritos a escondidas —dice Santiago—. Que nadie lo viera,<br />
que nadie supiera. ¿Ves? Era un puro.<br />
—No te pongas colorado porque te pregunto si quieres ser poeta —se rió Aída—. No seas<br />
burgués.<br />
—También lo volvían loco diciéndole supersabio —dice Ambrosio—. Qué peleas se<br />
agarraban entre uste<strong>de</strong>s, niño.<br />
—Ya te pue<strong>de</strong>s ir a cambiar ese vestido y a <strong>la</strong>varte <strong>la</strong> cara —dijo Santiago—. No vas a salir,<br />
Teté.<br />
—¿Y qué tiene <strong>de</strong> malo que <strong>la</strong> Teté vaya al cine? —dijo <strong>la</strong> señora Zoi<strong>la</strong>—. De cuándo acá tan<br />
estricto con tu hermana, tú, el liberal, el comecuras.<br />
—No está yendo al cine, sino a bai<strong>la</strong>r al "Sunset" con el forajido <strong>de</strong>l Pepe Yáñez —dijo<br />
Santiago—. Esta mañana <strong>la</strong> pesqué haciendo su p<strong>la</strong>n por teléfono.<br />
—¿Al "Sunset?, con el Pepe Yáñez? —dijo el Chispas—. Con el huachafo ése?<br />
—No es que quiera ser poeta pero me gusta mucho <strong>la</strong> Literatura —dijo Santiago.<br />
—¿Te has vuelto loca, Teté? —dijo don Fermín—. ¿Es cierto eso, Teté?<br />
—Mentira, mentira —temb<strong>la</strong>ba, fulminaba a Santiago con los ojos <strong>la</strong> Teté—. Maldito,<br />
imbécil, te odio, muérete.<br />
—Y a mí también —dijo Aída—. En Pedagogía voy a escoger Literatura y Castel<strong>la</strong>no.<br />
—¿Crees que vas a engañar así a tus padres, pedazo <strong>de</strong>? —dijo <strong>la</strong> señora Zoi<strong>la</strong>—. Y cómo se<br />
te ocurre <strong>de</strong>cirle maldito a tu hermano, loca.<br />
36