01.12.2012 Views

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

vargas_llosa,_mario-conversacion_de_la_catedral

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

C o n v e r s a c i ó n e n l a c a t e d r a l M a r i o V a r g a s L l o s a<br />

sirvienta, un triple motivo <strong>de</strong> regocijo para los cajamarquinos <strong>de</strong>cía el senador, no aquí sino en <strong>la</strong><br />

casa—hacienda que el<strong>la</strong> tendría en Cajamarca, por el honor que significa que visite nuestra tierra<br />

<strong>de</strong>cía el senador, una casa—hacienda llena <strong>de</strong> viejos muebles y <strong>la</strong>rgos corredores y cuartos con<br />

mullidas alfombras <strong>de</strong> vicuña don<strong>de</strong> el<strong>la</strong> se aburriría mientras el marido atendía <strong>la</strong> senaduría en <strong>la</strong><br />

capital, y porque va a inaugurar el nuevo puente y el primer tramo <strong>de</strong> <strong>la</strong> carretera <strong>de</strong>cía el senador,<br />

una casa llena <strong>de</strong> cuadros y sirvientes pero <strong>la</strong> sirvienta que el<strong>la</strong> preferiría sería Quetita, su Quetita.<br />

El senador Heredia se puso <strong>de</strong> pie: sobre todo, una ocasión para que los cajamarquinos <strong>de</strong>mostraran<br />

su gratitud al Presi<strong>de</strong>nte por <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> tanta trascen<strong>de</strong>ncia para el <strong>de</strong>partamento y el país.<br />

Movimiento <strong>de</strong> sil<strong>la</strong>s, <strong>de</strong> manos, como si fueran a ap<strong>la</strong>udir, pero el senador ya estaba hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong><br />

nuevo, Quetita <strong>la</strong> que le serviría el <strong>de</strong>sayuno en <strong>la</strong> cama y <strong>la</strong> que le escucharía sus confi<strong>de</strong>ncias y le<br />

guardaría los secretos: por eso se había nombrado este Comité <strong>de</strong> Recepción integrado por, y él<br />

entrevió que al oír sus nombres los mencionados sonreían o se ruborizaban. Esta reunión tenía por<br />

objeto coordinar el programa preparado por el Comité <strong>de</strong> Recepción con el programa e<strong>la</strong>borado por<br />

el propio gobierno para <strong>la</strong> visita presi<strong>de</strong>ncial, y el senador se volvió a mirarlo: Cajamarca era una<br />

tierra hospita<strong>la</strong>ria y agra<strong>de</strong>cida, don Cayo, Odría recibiría una acogida digna <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor que cumple<br />

al frente <strong>de</strong> los altos <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong>l país. No se puso <strong>de</strong> pie; sonriendo apenas, agra<strong>de</strong>ció al distinguido<br />

senador Heredia, a <strong>la</strong> representación par<strong>la</strong>mentaria cajamarquina su <strong>de</strong>sinteresado esfuerzo para que<br />

<strong>la</strong> visita fuera un éxito, al fondo <strong>de</strong>l salón tras unos tules ondu<strong>la</strong>ntes <strong>la</strong>s dos sombras cálidamente se<br />

<strong>de</strong>jaban caer una junto a <strong>la</strong> otra sobre un colchón <strong>de</strong> plumas que <strong>la</strong>s recibía sin ruido; a los<br />

miembros <strong>de</strong>l Comité <strong>de</strong> Recepción por haber tenido <strong>la</strong> amabilidad <strong>de</strong> venir a Lima a cambiar i<strong>de</strong>as,<br />

e instantáneamente brotaban ahogadas risitas atrevidas y <strong>la</strong>s sombras ya se habían estrechado y<br />

rodado y eran una so<strong>la</strong> forma sobre <strong>la</strong>s sábanas b<strong>la</strong>ncas, bajo los tules: él también estaba<br />

convencido que <strong>la</strong> visita sería un éxito, señores.<br />

—Perdone que lo interrumpa —dijo el diputado Saravia—. Sólo quiero advertirle que<br />

Cajamarca va a echar <strong>la</strong> casa por <strong>la</strong> ventana para recibir al General Odría.<br />

Sonrió, asintió, seguro que sería así, pero había un <strong>de</strong>talle sobre el que le gustaría conocer <strong>la</strong><br />

opinión <strong>de</strong> los presentes, ingeniero Saravia: <strong>la</strong> manifestación <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za <strong>de</strong> Armas, en <strong>la</strong> que<br />

hab<strong>la</strong>ría el Presi<strong>de</strong>nte.<br />

Porque lo i<strong>de</strong>al sería, tosió, suavizó <strong>la</strong> voz, que <strong>la</strong> manifestación se llevara a cabo <strong>de</strong> manera<br />

que, buscó <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras, el Presi<strong>de</strong>nte no fuera a sentirse <strong>de</strong>cepcionado. La manifestación sería un<br />

éxito sin prece<strong>de</strong>ntes, don Cayo, lo interrumpió el senador, y hubo murmullos confirmatorios y<br />

cabezas que asentían, y <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los tules todo eran rumores, roces y suaves ja<strong>de</strong>os, una agitación<br />

<strong>de</strong> sábanas y manos y bocas y pieles que se buscaban y juntaban.<br />

SEÑOR Santiago, volvieron a sonar los golpecitos en <strong>la</strong> puerta, señor Santiago y él abrió los<br />

ojos, se pasó una mano torpe por <strong>la</strong> cara y fue a abrir, aturdido <strong>de</strong> sueño: <strong>la</strong> señora Lucía.<br />

—¿Lo <strong>de</strong>sperté? Perdóneme pero ¿ha oído <strong>la</strong> radio, vio lo que está pasando? —<strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras se<br />

le atropel<strong>la</strong>ban, tenía <strong>la</strong> cara excitada, los ojos a<strong>la</strong>rmados—. Huelga general en Arequipa, dicen que<br />

Odría pue<strong>de</strong> nombrar un gabinete militar. ¿Qué va a pasar, señor Santiago?<br />

—Nada, señora Lucía —dijo Santiago—. La huelga durará un par <strong>de</strong> días y se acabará y los<br />

señores <strong>de</strong> <strong>la</strong> Coalición volverán a Lima y todo seguirá lo mismo. No se preocupe.<br />

—Pero ha habido varios muertos, varios heridos —sus ojitos centel<strong>la</strong>ban como si hubieran<br />

contado los muertos, piensa, visto los heridos—. En el teatro <strong>de</strong> Arequipa. La Coalición estaba<br />

haciendo un mitin y los odriístas se metieron y hubo una pelea y <strong>la</strong> policía tiró bombas. Salió en "La<br />

Prensa", señor Santiago. Muertos, heridos. ¿Va a haber revolución, señor Santiago?<br />

—No, señora —dijo Santiago—. A<strong>de</strong>más, por qué se asusta. Incluso si hay revolución a usted<br />

no le va a pasar nada.<br />

—Pero yo no quiero que vuelvan los apristas —dijo <strong>la</strong> señora Lucía, asustada—. ¿Usted cree<br />

que van a sacar a Odría?<br />

155

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!