29.06.2013 Views

JC en la historia y en la fe - Biblioteca Católica Digital

JC en la historia y en la fe - Biblioteca Católica Digital

JC en la historia y en la fe - Biblioteca Católica Digital

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Singu<strong>la</strong>ridad y universalidad de Cristo<br />

Las últimas páginas de <strong>la</strong> cristología de Duquoc tratan de explicar<br />

el otro gran problema cristológico: por qué <strong>la</strong> <strong>historia</strong><br />

<strong>en</strong>tera y por qué el mismo Dios han de quedar para siempre definidos<br />

desde el hombre Jesús. ¿Por qué todo gira <strong>en</strong> torno a este<br />

hombre que nació de María y fue crucificado bajo el poder de<br />

Poncio Pi<strong>la</strong>to ? Este es y será el gran escándalo, para ateos y teístas,<br />

de <strong>la</strong> predicación cristiana.<br />

Casi pidi<strong>en</strong>do excusas vuelve Duquoc, al afrontar este tema, a<br />

acogerse al antimesianismo de Jesús. Precisam<strong>en</strong>te porque no quiso<br />

fijar autoritativam<strong>en</strong>te ni nuestra conducta ni <strong>la</strong> <strong>historia</strong>, sino<br />

liberar<strong>la</strong>s para sí mismas, re<strong>la</strong>tivizándo<strong>la</strong>s al mismo tiempo, es<br />

por lo que su singu<strong>la</strong>ridad ti<strong>en</strong>e un valor universal. Jesús fue una<br />

exist<strong>en</strong>cia particu<strong>la</strong>r, no una es<strong>en</strong>cia humana intemporal que no<br />

t<strong>en</strong>dríamos más remedio que copiar y que nos robaría nuestra<br />

responsabilidad histórica. Es precisam<strong>en</strong>te esa particu<strong>la</strong>ridad suya<br />

<strong>la</strong> que nos libra y nos hace creativos.<br />

Si tal particu<strong>la</strong>ridad nos escandaliza es porque siempre deseamos<br />

que el Cristo corresponda a nuestras ideas mesiánicas<br />

sobre él y <strong>en</strong>cauce <strong>la</strong> <strong>historia</strong> <strong>en</strong> esa dirección que le marcamos.<br />

Así hoy t<strong>en</strong>deríamos a erigirlo <strong>en</strong> un líder político. Pero con ello<br />

no haríamos sino absolutizar <strong>la</strong> política cuando ésta «no es el<br />

lugar del absoluto, sino <strong>la</strong> razón de lo provisional» (II, 466).<br />

Jesús, al no sustituirnos «es más Dios que <strong>en</strong> su señorío político»<br />

(Ibid.). Al haber vivido <strong>en</strong> una provisionalidad am<strong>en</strong>azada<br />

por <strong>la</strong> muerte, se convierte <strong>en</strong> nuestro hermano y libertador.<br />

Eso lo hace universal: promete «un porv<strong>en</strong>ir del que <strong>en</strong> definitiva<br />

somos nosotros los creadores. Dios nos ha amado tanto que no<br />

ha querido para nosotros otra cosa que nuestra libertad» (II,<br />

467).<br />

ALGUNAS PREGUNTAS AL PROFESOR DUQUOC<br />

Duquoc reconoció abiertam<strong>en</strong>te desde el principio que su<br />

obra, si<strong>en</strong>do un <strong>en</strong>sayo dogmático, y por ello con pret<strong>en</strong>siones<br />

de universalidad (I, 12), era sólo un <strong>en</strong>sayo, por fuerza inconcluso,<br />

y hasta deseoso de suscitar otros nuevos, si su punto de vista<br />

se reve<strong>la</strong>ba estrecho (I, 24).<br />

Esta modestia desarma algunas críticas a <strong>la</strong> totalidad de ese<br />

proyecto; se conviert<strong>en</strong>, más bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> a<strong>la</strong>banzas. Nos hal<strong>la</strong>mos<br />

ante una síntesis poderosa <strong>en</strong> <strong>la</strong> que cada misterio de Cristo, a <strong>la</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!