29.06.2013 Views

JC en la historia y en la fe - Biblioteca Católica Digital

JC en la historia y en la fe - Biblioteca Católica Digital

JC en la historia y en la fe - Biblioteca Católica Digital

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

m<strong>en</strong>te sobre <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra histórica de Jesús confiada a <strong>la</strong> iglesia.<br />

«La iglesia visible y el Espíritu invisible son <strong>la</strong>s dos dim<strong>en</strong>siones<br />

del don de Jesús a <strong>la</strong> <strong>historia</strong> humana. A el<strong>la</strong>s hay que re<strong>fe</strong>rirse<br />

cuando tratemos de <strong>en</strong>contrar al Jesús auténtico» 3 .<br />

¿Qué Dios buscamos <strong>en</strong> Jesús?<br />

En Jesús no buscamos ideas sobre Dios. Las ideas de Jesús<br />

sobre Dios <strong>la</strong>s podemos interpretar <strong>en</strong> nuestra c<strong>la</strong>ve y a nuestra<br />

medida. Las ideas sobre Dios se repit<strong>en</strong>. Tanto <strong>la</strong>s negativas como<br />

<strong>la</strong>s positivas. Ninguna idea sobre Dios se id<strong>en</strong>tifica con <strong>la</strong> realidad<br />

personal y misteriosa de Dios. El l<strong>en</strong>guaje de Jesús de Nazaret<br />

es también analógico por ser humano. Nos deja muy distantes<br />

de <strong>la</strong> realidad, <strong>en</strong> más di<strong>fe</strong>r<strong>en</strong>cia que semejanza con el<strong>la</strong>.<br />

No se trata tampoco de aprovechar <strong>la</strong> bu<strong>en</strong>a pr<strong>en</strong>sa del nombre<br />

de Jesús para hacer más «aceptable», «más lógico» a Dios.<br />

No se trata de aceptar a Dios como precio de <strong>la</strong> fascinación de<br />

Jesús, de su figura comprometida con <strong>la</strong>s aspiraciones comunes<br />

de los hombres de justicia y fraternidad. No se trata de colocarle<br />

a Jesús nuestro Dios, ese «Dios g<strong>en</strong>eral» que hemos concebido<br />

nosotros de antemano y ahora aceptamos —no obstante, sus interrogantes—<br />

<strong>en</strong> virtud del liderazgo impon<strong>en</strong>te de Jesús.<br />

Jesús no es un maestro gnóstico que vi<strong>en</strong>e a reve<strong>la</strong>r al hombre<br />

su orig<strong>en</strong> divino. Vi<strong>en</strong>e a que experim<strong>en</strong>temos el señorío o reino<br />

del amor de Dios <strong>en</strong> nosotros. Nos reve<strong>la</strong> ciertam<strong>en</strong>te el nombre<br />

de Dios (Jn 17, 14), pero con el poder del Espíritu. Vi<strong>en</strong>e a reve<strong>la</strong>rnos<br />

nuestra limitación y nuestro pecado con el mismo poder<br />

del Espíritu. Pero vi<strong>en</strong>e, sobre todo, a pres<strong>en</strong>tarnos una alternativa<br />

imposible para los hombres pero posible para Dios y realizable<br />

con el poder del mismo Espíritu.<br />

C<strong>la</strong>ro está que hay que distinguir <strong>en</strong>tre lo imposible y lo absurdo.<br />

Jesús no merma con este poder del Espíritu nuestra condición<br />

de hombres, sustituyéndonos. No vi<strong>en</strong>e a darnos con este<br />

poder facilidades para llegar a Dios sin t<strong>en</strong>er que pasar por el<br />

riesgo, por <strong>la</strong> oscuridad, por el drama de <strong>la</strong> libertad. No vi<strong>en</strong>e<br />

a darnos un Dios domesticado, fácil de conocer, mermándole su<br />

interioridad para que sea «posible», «razonable», «dominable»<br />

por nosotros. Sustituir al hombre o mermar a Dios es absurdo.<br />

El Espíritu que nos comunica Jesús, acreci<strong>en</strong>ta nuestras posibilidades<br />

pero sin evitar ninguna de el<strong>la</strong>s; pasando por el<strong>la</strong>s;<br />

3. O. González de Cardedal, Jesús de Nazaret, Madrid 1975, 555.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!