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Año 38, nº 124 (1929) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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Anales de la Universidad 377<br />

palabra no tiene sentido para un ciudadano que habiendo tenido<br />

en sus manos el insigne poder de salvar la suerte <strong>del</strong> país, ha<br />

preferido entregiarlo a los azotes de la miseria, a las amargura ?;<br />

de la desesperación y a los horroreis de la guerra civil.»<br />

El señor Ros leyó la nota de renuncia de su banca, que ya<br />

tenía escrita y que presentaría el día en que se produjera el<br />

alzamiento de Saravia.<br />

Líuego de trazar en ella el cuadro paivoroso de la guerra civil,<br />

decía que el Cuerpo Legislativo era el llamado a promover la<br />

salvación <strong>del</strong> país, realizando un acto desinteresado y patriótico,<br />

dictando una ley que anulara los registros cívicos existente¿ y<br />

abriera otros nuevos en el mes de noviembre, en cuya fecha<br />

renunciarían todos los leigisladores que no resultairan confirmados<br />

en sus harneas por la voluntad popular.<br />

La Asamblea escuchó en silencio ambos discursos. Nadie replicó<br />

a los oradores, a pesar de que todos estaiban obligados moralmente<br />

a decir algo de sus diplomas y algo <strong>del</strong> Presidente que<br />

los había expedido en ausencia <strong>del</strong> pueblo elector!<br />

Trabajos de paz.<br />

En mayo de 1897, después de los primeros combates, volvieron<br />

a reanudarse los trabajos de pacificación. Varios ciudadanos<br />

se reunieron ccn ese objeto, y algunos legisladores hablaron cíe<br />

fórmulas basadas en la reforma electoral y en el restablecimientr:<br />

de la libertad de la prensa. Esos trabajos encontraron repercusión<br />

simpática en Montevideo, y entre los numerosos orientales<br />

radicados en Buenos Aires. Hasta el Senado argentino dirigió<br />

una minuta de comunicación al Presidente Uriburu, haciéndole<br />

saber la satisfacción que experimentaría ese Cuerpo si el Poder<br />

Ejecutivo interpusiera sus buenos oficios a fin de que la guerra<br />

civil <strong>del</strong> país hermano llegara a una solución pacífica y digna.<br />

Pero recién en el mes de julio, terminado el primer ciclo de<br />

combates y durante el paréntesis en que ambos ejércitos se aprestaban<br />

para concurrir de nuevo a los campos de batalla, se intensificaron<br />

los trabajos. La Comisión Permanente pidió informes<br />

al Ministro de Gobierno, acerca <strong>del</strong> estado de las gestiones<br />

de paz y entonces se supo lo siguiente:<br />

Que el doctor Aureliano Rodríguez Larreta, emigrado en Buenos<br />

Aires, había pedido a don Manuel Lessa que le gestionara un

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