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Año 38, nº 124 (1929) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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Anales de la Universidad 735<br />

lo que la mayoría concedía a la minoría, era la reglamentación,<br />

de la pica con toros embolados, a fin ,de evitar el espectáculo,<br />

lárbaro de la matanza de caballos.<br />

En la Cámara de Senadores, también tenía entusiastas partidarios<br />

el restablecimiento de las corridas. La Comisión de Legislación<br />

aconsejó la sanción <strong>del</strong> proyecto. Pero allí había menos<br />

desequilibrio que en la Cámara de Diputados. Los partidarios de<br />

las corridas contaban con un solo voto de ventaja, y esa ventaja<br />

desapareció gracias al voto negativo <strong>del</strong> presidente <strong>del</strong> Senado<br />

don José Batlle y Ordóñez, que produjo empate, y como el empate<br />

se repitiera después de reabierto el debate, quedó el proyecto<br />

desechado, de conformidad a los reglamentos parlamentarios<br />

vigentes.<br />

Los partidarios de las corridas, lejos de darse por vencidos,,<br />

resolvieron iniciar en 1900 una nueva y ardorosa campaña a<br />

favor <strong>del</strong> proyecto rechazado.<br />

En la Cámara de Diputados volvió a triunfar el proyecto por<br />

26 votos contra 13 y en la Cámara de Senadores volvió a producirse<br />

el empate en la primera votación gracias al voto negativa<br />

<strong>del</strong> señor Batlle y Ordóñez. «Van envueltos serios principios morales<br />

en la cuestión — decía el señor Batlle y Ordóñez. El que<br />

concurre a las corridas de toros se habitúa a ver derramar sau~<br />

fre y se habitúa además a encontrar un placer en ver derramarla<br />

sangre de los animales». Pero reabierta la discusión, obtuvieron<br />

mayoría de votos los partidarios de la derogación de la ley<br />

de 1888, mediante la presentación de una fórmula transaccioral,<br />

según la cual los toros estarían embolados en todas las<br />

suertes y &e decretaría un im,puesto destinado al saneamiento do<br />

la Villa de la Unión. El señor Batlle y Ordóñez, una vez perdida<br />

la votación, trató también, aunque sin éxito, de suprimir las<br />

banderillas de fuego y la espada de muerte.<br />

El proyecto, así modificado, volvió a la Cámara de Diputados.<br />

La Comisión de Legislación, compuesta de partidarios entusiastas<br />

de los toros, aceptó la fórmula transaccional, en la esperanza<br />

de que una vez restablecidas las corridas, no tardarían<br />

en aparecer los toros de punta; pero hizo observacioneis de<br />

fondo a la creación de impuestos por el Senado. Después de un.<br />

largo debate, la Cámara rechazó la ,ley emanada <strong>del</strong> Senado, con<br />

el propósito de que la disidencia fuera resuelta por la Asamblea<br />

General. Se reunió, finalmente, la Asamblea General a m-:-^<br />

diados de 1902, y entonces, sin deoate alguno, fueron rechaza-

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