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Año 38, nº 124 (1929) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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Anales de la Universidad 571<br />

La Comisión Permanente a.dvirtió en la víspera de los comicios<br />

que el Jefe Político de Rivera (uno de los departamentos<br />

regidos por naciómalistas), intervenía abusivamente en los actos<br />

í^lectorales. El Senado pidió a su turno explicaciones al Ministro<br />

<strong>del</strong> Interior, sobre abusois cometidos por e'l Jefe Político de Rocha,<br />

en el período de inscripción. Y comprobada la culpabilidad<br />

de dos agentes subalternois, fueron estos susipendidos y sometidos<br />

a raspo nsabi lid ad.<br />

El día de los comiciois corrió sereniamente, sin un solo incidente<br />

er.L todo e] país, a pesar de la efervescencia a qne daba origen<br />

la casi iguald;ad de fuerzas de los colorados y de los blancos<br />

en dos de los departamentos, uno de ellos Río Negro, donde el<br />

desequilibrio era simplemente de 14 votos.<br />

Seis meses ta;rdó el Senado en resolver el problema de Río<br />

Ts^egro. La Cámara tuvo que hacer un nuevo escrutinio y cuando<br />

llegó ei momento <strong>del</strong> fallo hubo empate*, pero luego mayoría en<br />

favor <strong>del</strong> triunfo de los nacionalistas.<br />

Los comicios de 1900 mantenían la tradición de los gobiernos<br />

constitucionales, rota por el motín militar de 1875: eleccicees<br />

libres dentro de una política de tolerancia cívica entre los<br />

partidos y de honradez administrativa.<br />

«En esos comicios — dijo desde su banca de senador el<br />

doctor Alfredo Vásquez Acevedo — se han encontrado por<br />

priimena vez, después de medio siglo, frente a frente los dos<br />

partidos tradicionales, y en vez de producirse una lucha gangrienta,<br />

como muchos temían, todo ha pasado tranquilo y de-<br />

•nwcráticamente, haciénjdosie evidente la posibilidiad de que se<br />

diluciden en la grande y única vía <strong>del</strong> sufragio las cuestiones<br />

partidarias, en vez de hacerlo en los campos de batalla.»<br />

Todo el año había corrido, sin embargo, en medio de rumcreri<br />

de invasión, que más de una vez dieron lugar a represiones<br />

gubernativas, como la prisión <strong>del</strong> general Simón Martínez y algunos<br />

otros supuestos autores de trabajos revolucionarios en i-l<br />

Departaimento <strong>del</strong> Salto. No todo era fantasía de los pesquisaníes<br />

oficiales. A veces emanaban los rumores, de grupos de hombres<br />

sospechosos que acampaban en la costa argentina, contando<br />

íomo siempre con la vista gord,a o la complicidad de las autoridades<br />

policiales de Entre Ríos. Años más tarde, en 1905, una<br />

fuerte casa importadora de la plaza, de Buencs Aires, entabló<br />

demanda judicial contra el doctor Julio Herrera y Obe?, por

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