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Año 38, nº 124 (1929) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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•494 Anales de la Universiáad<br />

tratado en Alemania, por nuestra Legación. Y poco desp'U'és,<br />

iMegiró la segunda comisión con los ingenieros Adolfo Gnerard<br />

(francés) y Ernesto Kümmer (alemán), ambos recomendados<br />

por sus resipectivos gobiernos a nuestras legaciones. Vale la pena<br />

(ÍR recordar, que cuando «El Siglo» lanzó la idea de la contratación<br />

de técnicos extranjeros en esa forma, que asesoraran a. las<br />

comisiones nacionales, hubo fuertes protestas entre los que juzg&feaa<br />

erróneamente que el procedimiento era vejatorio para la<br />

digüidaid nacional. Pero las prote&tas se tornaron en aplausos,<br />

una vez conocidos los excelentes nombramieatos hechos por el<br />

Gohierno.<br />

La empresa Luther inició los estuidios a inediados de 1895,<br />

soí.,re la base de un contrato en que se estahlecía como precio<br />

de sus trabajos la stima de 110,000 pesos, incluidos los honorarios<br />

<strong>del</strong> técnico extranjero a coatratarae.<br />

Y, al finalizar el mismo año, los inigenieros Kümtíier y GuerarJ<br />

presentaban el anteproyecto <strong>del</strong> pian de obras <strong>del</strong> puerto,<br />

aütepneitü y canal de entrada, con tm cálculo de gastos que<br />

snbía a 16.600,000 pesos en el caso de realizarse todo el plan y<br />

ü 12.700,000 en el caso fie aplazarse la coiastr.icción de un dique<br />

y de varias obras. El puerto, antepuerto y canal de entrada,<br />

dcbeacían tener la profundidad de 7 metros; pero las obras «de<br />

mamiposterfa., se construirían de tal manera, que en cualquier<br />

momento pudiera darse a las aguas una profundidad de 8 metros.<br />

«El Siglo», invocando que en esos misancs momentos se construía<br />

en los astilleros europeos buques de 25 pies de calado,<br />

insistía en la necesidad de ir de inmediato a los 8 metros. Y,<br />

combatiendo a la vez un reportaje de «La Nación» de Buenos<br />

Aires al Ministro de Fomento, don Juan José Castro, en que ese<br />

ilustrado funcionario sostenía que las obra» debían pagarse con<br />

sus propios proventos, sostenía «El Siglo» que no debía recargarse<br />

la navegación, qiie el régimen admini-strativo <strong>del</strong> ¡puerto<br />

debía orientarse en el sentido de facilitar la entrada de los<br />

bttques con franquicias, en vez de alejarlos con gabelas.<br />

Establecían en su informe los señores Küimmer y Guerard que<br />

e! lodo de la rada imipedía el acceso d-e bu.iites de mts de 5<br />

metros de calado y que por esa círcun'Sta-ftcia los grandes bancos<br />

tenían que fondear fuera de la bahía, sobre foaidos de 7 metros<br />

en feaíTo b-lanídfO. Y agregatban, que loe gastos de lanchaje a que<br />

ello dliba liosaa*, subían a $ 1,50 por tonelada de 40 pies eúbi-

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