12.01.2015 Views

150644581-cohen-la-teoria-de-la-historia-de-karl-marx-una-defensa-ocr

150644581-cohen-la-teoria-de-la-historia-de-karl-marx-una-defensa-ocr

150644581-cohen-la-teoria-de-la-historia-de-karl-marx-una-defensa-ocr

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

2 Gerald A. Cohen<br />

Pero también experimenta con <strong>una</strong> sustancia <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n diferente.<br />

Está en contacto y en diálogo consigo mismo. Hay un<br />

contraste entre su confrontación con el mundo exterior y su<br />

encuentro con <strong>la</strong> parte <strong>de</strong>l mundo que él mismo es. En el primer<br />

ejercicio, él es distinto <strong>de</strong> lo que examina; en el segundo<br />

no lo es, y su estudio tiene que ser parte <strong>de</strong> lo que estudia.<br />

Pue<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r acerca <strong>de</strong> lo que le ro<strong>de</strong>a sin cambiarlo, pero<br />

su autoexploración es siempre también <strong>una</strong> transformación.<br />

No le <strong>de</strong>ja como era; le confiere <strong>una</strong> nueva personalidad, más<br />

consciente <strong>de</strong> sí misma. Y si se aferrara a su naturaleza, <strong>de</strong>bería<br />

examinar<strong>la</strong> <strong>de</strong> nuevo: <strong>una</strong> nueva naturaleza se ha superpuesto<br />

a aquel<strong>la</strong> en <strong>la</strong> que él había penetrado, por el hecho <strong>de</strong> haber<br />

penetrado en el<strong>la</strong>. Su proyecto <strong>de</strong> autoconocimiento es un<br />

esfuerzo continuo que produce logros continuos, <strong>una</strong> carrera<br />

cuya meta se aleja cada vez que se llega al final. Sólo es poseído<br />

al ser constantemente adquirido y sólo es adquirido al ser<br />

constantemente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

Lo que un hombre sabe acerca <strong>de</strong> sí mismo no <strong>de</strong>ja tampoco<br />

<strong>de</strong> verse afectado por lo que cree acerca <strong>de</strong> sí, o por <strong>la</strong>s conjeturas<br />

que acompañan a su empeño en compren<strong>de</strong>r. Si se cree<br />

seguro, está a mitad <strong>de</strong> camino <strong>de</strong> estarlo. Si se cree <strong>de</strong>spreciable,<br />

suscita <strong>de</strong>sprecio. Suponiéndose frágil, <strong>la</strong> menor adversidad<br />

le conmociona. Se hace a sí mismo, guiado por <strong>una</strong><br />

imagen <strong>de</strong> lo que es, y <strong>de</strong> ese modo lo que cree ser contribuye<br />

a lo que es <strong>de</strong> hecho.<br />

Llegar a conocerse implica recompensas, pero también sufrimientos,<br />

tanto el proceso como en el resultado. Pues en el<br />

cambio <strong>de</strong> personalidad se eliminan penosamente antiguas costumbres,<br />

hábitos que procuran bienestar, un residuo <strong>de</strong> <strong>la</strong>rga<br />

vida, y nace un personaje in<strong>de</strong>fenso. Se produce <strong>una</strong> reorganización,<br />

y ésta siempre significa <strong>una</strong> <strong>de</strong>sorganización parcial.<br />

Cada estructura parcialmente nueva <strong>de</strong>be a su vez y a su tiempo<br />

ser reemp<strong>la</strong>zada; si no, el pensamiento y el sentimiento pier<strong>de</strong>n<br />

su carácter espiritual y el hombre retroce<strong>de</strong> al reino animal.<br />

El auto<strong>de</strong>sarrollo es <strong>la</strong> única alternativa a ese retroceso: no es<br />

posible permanecer inmóvil.<br />

La frase <strong>de</strong> Hegel «el trabajo <strong>de</strong> lo negativo» 3 cubre esta<br />

<strong>de</strong>sgarradora tarea <strong>de</strong> autointerrogación y autoalteración. Trabajo,<br />

porque es arduo; negativo, porque es <strong>de</strong>structor. Y el<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> un ser humano que se mueve penosamente y por<br />

s Esta frase está tomada <strong>de</strong> Kierkegaard, quien sin embargo no hab<strong>la</strong>ba<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconciencia. Véase Kierkegaard, Edifying discourses, p. 10.<br />

1 «Preface to Phenomenology», p. 390 [p. 16].

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!