22.04.2013 Views

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

6. EL LADO OSCURO DE LO IDEAL: LOS DEMONIOS O LAS MÁQUINAS EN EL JARDÍN<br />

320<br />

325<br />

330<br />

335<br />

340<br />

345<br />

350<br />

355<br />

360<br />

100<br />

mezc<strong>la</strong>sen y acordasen con <strong>la</strong> <strong>de</strong>l hombre culpable, en homenaje al príncipe <strong>de</strong><br />

todo. Los cuatro pinos ardientes <strong>la</strong>nzaron sus l<strong>la</strong>mas más altas, y <strong>de</strong>scubrieron<br />

oscuramente sombras y rostros <strong>de</strong> horror entre el humo que coronaba a <strong>la</strong><br />

impía* asamblea. En el mismo instante, el fuego que ardía sobre <strong>la</strong> roca se hizo<br />

más rojo y formó una bóveda <strong>de</strong> luz sobre su base, don<strong>de</strong>, <strong>de</strong> pronto, se recortó<br />

una silueta. Sea dicho con toda reverencia, <strong>la</strong> figura tenía no poca semejanza,<br />

en su porte y maneras, con cierta grave dignidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s iglesias <strong>de</strong> Nueva<br />

Ing<strong>la</strong>terra.<br />

—¡Traed a los conversos! —gritó una voz que se extendió en ecos a través<br />

<strong>de</strong>l campo y fue a per<strong>de</strong>rse en los bosques.<br />

A estas pa<strong>la</strong>bras, Goodman Brown salió <strong>de</strong> <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong> los árboles y se<br />

aproximó a <strong>la</strong> congregación, por <strong>la</strong> que le hacía sentir una abominable fraternidad<br />

<strong>la</strong> simpatía <strong>de</strong> cuanto <strong>de</strong> malvado albergaba su corazón. Casi podría haber<br />

jurado que era <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong> su propio padre muerto <strong>la</strong> que le hacía señas para<br />

que avanzase, contemplándolo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un torbellino <strong>de</strong> humo; mientras una<br />

mujer, con sombrío gesto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación, extendía su mano para impedírselo.<br />

¿Su madre, acaso? Pero le fue imposible retroce<strong>de</strong>r, ni resistirse,<br />

siquiera <strong>de</strong> pensamiento, cuando el ministro y el buen diácono Gookin tomaron<br />

sus brazos y lo condujeron a <strong>la</strong> ardiente roca. Hacia allá fue también <strong>la</strong> esbelta<br />

forma <strong>de</strong> una mujer ve<strong>la</strong>da, conducida entre Goody Cloyse, <strong>la</strong> piadosa enseñante<br />

<strong>de</strong>l catecismo, y Martha Carrier*, que había recibido <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio <strong>la</strong><br />

promesa <strong>de</strong> ser reina <strong>de</strong>l infierno. Era una lozana bruja. Y allí estaban en pie<br />

los prosélitos*, junto al dosel <strong>de</strong> fuego.<br />

—Bienvenidos, hijos míos —dijo <strong>la</strong> oscura forma—, a <strong>la</strong> <strong>com</strong>unión <strong>de</strong><br />

vuestra raza. Habéis hal<strong>la</strong>do, en plena juventud, vuestra naturaleza y vuestro<br />

<strong>de</strong>stino. ¡Hijos míos, mirad tras <strong>de</strong> vosotros!<br />

Se volvieron; y, refulgiendo en su envoltura <strong>de</strong> l<strong>la</strong>mas, se presentaron ante<br />

sus ojos los infernales adoradores. Una sonrisa <strong>de</strong> bienvenida lucía oscuramente<br />

en todos los rostros.<br />

—Ahí —prosiguió el tenebroso personaje— están cuantos habéis venerado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> vuestros primeros años. Parecían más santos que vosotros y os avergonzaban<br />

<strong>de</strong> vuestros pecados, en contraste con sus vidas <strong>de</strong> recta y piadosa aspiración<br />

al cielo. Sin embargo, aquí están todos, en mi <strong>de</strong>vota asamblea. Esta noche se os<br />

permitirá conocer sus más recónditas acciones: cómo dignatarios <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia,<br />

con toda su b<strong>la</strong>nca barba, han susurrado pa<strong>la</strong>bras procaces a <strong>la</strong>s sirvientas <strong>de</strong> sus<br />

casas; cómo muchas mujeres, impacientes por enviudar, han dado a su marido un<br />

bebedizo al acostarse, <strong>de</strong>jándole dormir el último sueño en su regazo; cómo<br />

jóvenes imberbes han matado para heredar <strong>la</strong>s riquezas <strong>de</strong> sus padres; y cómo<br />

encantadoras muchachas —no os ruboricéis <strong>la</strong>s que me escucháis— han cavado<br />

pequeñas tumbas en su jardín y me han invitado, <strong>com</strong>o único huésped, al funeral<br />

<strong>de</strong> un niño. La simpatía que vuestros corazones humanos sienten por el pecado<br />

les permitirá <strong>de</strong>scubrir todos los lugares en <strong>la</strong> iglesia, <strong>la</strong> alcoba, <strong>la</strong> calle, el campo<br />

o el bosque don<strong>de</strong> se han <strong>com</strong>etido iniquida<strong>de</strong>s; y exultarán al contemp<strong>la</strong>r que<br />

toda <strong>la</strong> tierra es un mar <strong>de</strong> culpa, una enorme mancha <strong>de</strong> sangre. Y aún más.<br />

Podréis penetrar, bajo cada pecho, el hondo misterio <strong>de</strong>l pecado, <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong><br />

todas <strong>la</strong>s malda<strong>de</strong>s, que inagotablemente suministra más impulsos perversos <strong>de</strong><br />

infiel, pagana<br />

Juzgada y ahorcada en<br />

Salem en 1692. Confesó<br />

que el <strong>de</strong>monio había<br />

prometido hacer<strong>la</strong><br />

“reina <strong>de</strong>l infierno”.<br />

nuevos conversos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!