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Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

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5. LA SOCIEDAD DEL MUNDO IDEAL UTÓPICO<br />

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les dijo el hospe<strong>de</strong>ro, ya vemos que son uste<strong>de</strong>s extranjeros; no tenemos costumbre<br />

<strong>de</strong> verlos. Perdonadnos si nos hemos echado a reír cuando nos han<br />

ofrecido en pago <strong>la</strong>s piedras <strong>de</strong> nuestros anchos caminos. No tienen, sin duda,<br />

moneda <strong>de</strong>l país, pero no es necesario tener<strong>la</strong> para <strong>com</strong>er aquí. Todas <strong>la</strong>s<br />

hospe<strong>de</strong>rías insta<strong>la</strong>das para <strong>com</strong>odidad <strong>de</strong>l <strong>com</strong>ercio <strong>la</strong>s paga el gobierno. Han<br />

<strong>com</strong>ido mal aquí, porque es un pobre pueblo; pero por todos los <strong>de</strong>más lugares<br />

serán recibidos <strong>com</strong>o lo merecen.” Cacambo le explicaba a Cándido todos los<br />

discursos <strong>de</strong>l hospe<strong>de</strong>ro, y Cándido los escuchaba con <strong>la</strong> misma admiración y<br />

el mismo asombro con que su amigo Cacambo los refería. “¿Cuál es pues este<br />

país, se <strong>de</strong>cían uno a otro, <strong>de</strong>sconocido para el resto <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, y don<strong>de</strong> toda<br />

<strong>la</strong> naturaleza es <strong>de</strong> una especie tan distinta a <strong>la</strong> nuestra? Es probablemente <strong>la</strong><br />

tierra don<strong>de</strong> todo va bien: pues tiene que haber necesariamente una <strong>de</strong> esta<br />

especie. Y, por mucho que dijera el maestro Pangloss, a menudo me he dado<br />

cuenta <strong>de</strong> que todo iba mal en Vestfalia.”<br />

Lo que vieron en el país <strong>de</strong> Eldorado<br />

CAPÍTULO XVIII<br />

Cacambo le manifestó al hospe<strong>de</strong>ro toda su curiosidad; el hospe<strong>de</strong>ro le dijo:<br />

“Soy muy ignorante, y no me va mal; pero tenemos aquí a un anciano retirado<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> corte que es el hombre más sabio <strong>de</strong>l reino, y el más <strong>com</strong>unicativo.”<br />

Enseguida llevó a Cacambo a casa <strong>de</strong>l anciano. Cándido ya no tenía el papel<br />

principal y a<strong>com</strong>pañaba a su criado. Entraron en una casa muy mo<strong>de</strong>sta, puesto<br />

que <strong>la</strong> puerta sólo era <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ta, el revestimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pare<strong>de</strong>s sólo <strong>de</strong> oro, pero<br />

<strong>la</strong>brado con tanto gusto que ni los más ricos <strong>de</strong>smerecía. La antecámara sólo<br />

estaba, a <strong>de</strong>cir verdad, incrustada <strong>de</strong> rubíes y esmeraldas; pero el or<strong>de</strong>n con el<br />

que todo estaba arreg<strong>la</strong>do, bien <strong>com</strong>pensaba esta extrema sencillez.<br />

El anciano recibió a los dos extranjeros en un sofá acolchado con plumas <strong>de</strong><br />

colibrí, y mandó que les trajeran licores en vasos <strong>de</strong> diamantes; tras lo cual<br />

satisfizo su curiosidad en estos términos:<br />

“Tengo ciento setenta y dos años, y supe por mi difunto padre, escu<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l<br />

rey, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s asombrosas revoluciones <strong>de</strong>l Perú <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que había sido testigo. El<br />

reino en el que estamos es <strong>la</strong> antigua patria <strong>de</strong> los Incas, <strong>de</strong> <strong>la</strong> que salieron muy<br />

impru<strong>de</strong>ntemente para ir a sojuzgar* a otra parte <strong>de</strong>l mundo y que fueron al fin<br />

<strong>de</strong>struidos por los españoles. Los príncipes <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia que se quedaron en su<br />

país natal* fueron más pru<strong>de</strong>ntes; or<strong>de</strong>naron, con el consentimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> nación,<br />

que ningún habitante saliera ya nunca <strong>de</strong> nuestro pequeño reino; y es lo<br />

que ha conservado nuestra inocencia y nuestra felicidad. Los españoles han<br />

tenido confusa noticia <strong>de</strong> este país, y lo han l<strong>la</strong>mado Eldorado; y un inglés,<br />

l<strong>la</strong>mado el caballero Raleigh*, incluso se ha acercado a él hace unos cien años;<br />

pero <strong>com</strong>o estamos ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> rocas inabordables* y <strong>de</strong> precipicios, hemos<br />

estado hasta ahora al cubierto <strong>de</strong> <strong>la</strong> rapacidad* <strong>de</strong> <strong>la</strong>s naciones <strong>de</strong> Europa, que<br />

tienen un inconcebible furor* por <strong>la</strong>s piedras y el fango* <strong>de</strong> nuestra tierra, y<br />

que, por conseguirlos, nos matarían a todos hasta el último.”<br />

dominar, someter<br />

originario<br />

marino inglés (1522-<br />

1618)<br />

infranqueables<br />

inaccesibles<br />

ambición<br />

pasión / barro

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