22.04.2013 Views

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

16. PARODIA DE LOS SUPUESTOS VALORES INDIVIDUALES Y SOCIALES IDEALES<br />

Pedro Espinosa Bravo<br />

5<br />

10<br />

15<br />

20<br />

25<br />

30<br />

35<br />

40<br />

EL LIMPIABOTAS<br />

—¿Limpio, señor?<br />

El hombre ha mirado con un poco <strong>de</strong> curiosidad al limpiabotas.<br />

El limpiabotas no es ni alto, ni bajo, ni joven, ni viejo. Es f<strong>la</strong>co y rugoso* al<br />

sol. Lleva una boina sucia y un pitillo —a lo chulo— en <strong>la</strong> oreja.<br />

El hombre se mira ahora los zapatos. Unos zapatos corrientes* y negros, algo<br />

polvorientos y cansados. Por fin, va hacia el limpiabotas. Y apoya un pie sobre <strong>la</strong><br />

banqueta.<br />

El limpiabotas se ha dado por aludido. Enseguida, esgrime el cepillo en el<br />

aire, con una exacta voltereta. Y <strong>com</strong>ienza a tantear el terreno.<br />

—¿Le pongo tinte?<br />

—Bueno...<br />

El sol revienta* contra <strong>la</strong> pared que sirve <strong>de</strong> fondo. Se enrojece en sus<br />

<strong>la</strong>drillos. Y cae, al fin, suciamente en <strong>la</strong> acera, cerca <strong>de</strong>l limpiabotas. Es esa hora<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong> en <strong>la</strong> que el sol empieza a tener importancia.<br />

El limpiabotas sigue arrodil<strong>la</strong>do frente al cliente.<br />

Le ha mirado <strong>de</strong> manera furtiva. Y:<br />

—Bonito sol, ¿eh?<br />

—Bonito...<br />

—Aquí, en esta esquina, siempre da el sol. Es una suerte. Hay mucha luz...<br />

—Sí.<br />

El limpiabotas se ha dado cuenta <strong>de</strong> que molestaba. Y no continúa. Se limita<br />

a cepil<strong>la</strong>r con más fuerza y rapi<strong>de</strong>z. Se ca<strong>la</strong> otro poco <strong>la</strong> boina. Oscura, gastada,<br />

irónica*. Y ap<strong>la</strong>sta los <strong>la</strong>bios con <strong>de</strong>sprecio.<br />

Ha pasado una mujer. Alta y provocativa <strong>com</strong>o el vino. Contonea* ligeramente.<br />

El limpiabotas:<br />

—¡Anda!; ya...<br />

(Aquí una retahí<strong>la</strong> <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bras inconfundibles e inescuchables.)<br />

—¡Anda, qué mujer!<br />

El hombre parece más alto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el suelo. No es joven, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego. Pero<br />

tiene el pelo negro y profundo. Aún sigue sin hab<strong>la</strong>rle, sin inmutarse. Mira hacia<br />

lo lejos, hacia el final <strong>de</strong> <strong>la</strong> calle, hacia el final <strong>de</strong> alguna parte, con una seriedad<br />

respetable. Quizá, por eso, el limpiabotas ha <strong>de</strong>cidido cal<strong>la</strong>r <strong>de</strong> nuevo. Y continúa<br />

sacando brillo a <strong>la</strong> piel arrugada <strong>de</strong>l zapato.<br />

Por cierto, ya ha terminado. Lo mira satisfecho. Con orgullo <strong>de</strong> artista. Y<br />

solicita el otro pie al cliente.<br />

—Estos zapatos... Estos zapatos han andado ya mucho... ¡Buenos zapatos!,<br />

¿eh?...<br />

—Des<strong>de</strong> luego.<br />

—Van a quedar <strong>com</strong>o charol.<br />

—Eso espero.<br />

arrugado por<br />

ordinarios<br />

rompe con fuerza<br />

incongruente<br />

pavonea<br />

271

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!