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Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

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10. MUNDOS CERRADOS EN PERSPECTIVAS IGUALMENTE VÁLIDAS PERO ENCONTRADAS.<br />

90<br />

95<br />

100<br />

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120<br />

—Tengo sed.<br />

—¡Aguántate!” Ya <strong>de</strong>bemos estar cerca. Lo que pasa es que ya es muy noche<br />

y han <strong>de</strong> haber apagado <strong>la</strong> luz en el pueblo. Pero al menos <strong>de</strong>bías <strong>de</strong> oír si <strong>la</strong>dran<br />

los perros. Haz por oír.<br />

—Dame agua.<br />

—Aquí no hay agua. No hay más que piedras. Aguántate. Y aunque <strong>la</strong> hubiera,<br />

no te bajaría a tomar agua. Nadie me ayudaría a subirte otra vez y yo solo no<br />

puedo.<br />

—Tengo mucha sed y mucho sueño.<br />

—Me acuerdo cuando naciste. Así eras entonces. Despertabas con hambre y<br />

<strong>com</strong>ías para volver a dormirte. Y tu madre te daba agua, porque ya te habías<br />

acabado <strong>la</strong> leche <strong>de</strong> el<strong>la</strong>. No tenías llena<strong>de</strong>ro*. Y eras muy rabioso. Nunca pensé<br />

que con el tiempo se te fuera a subir aquel<strong>la</strong> rabia a <strong>la</strong> cabeza... Pero así fue. Tu<br />

madre, que <strong>de</strong>scanse en paz, quería que te criaras fuerte. Creía que cuando tú<br />

crecieras irías a ser su sostén*. No te tuvo más que a ti. El otro hijo que iba a<br />

tener <strong>la</strong> mató. Y tú <strong>la</strong> hubieras matado otra vez si el<strong>la</strong> estuviera viva a estas<br />

alturas.<br />

Sintió que el hombre aquel que llevaba sobre sus hombros <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> apretar <strong>la</strong>s<br />

rodil<strong>la</strong>s y <strong>com</strong>enzó a soltar los pies, ba<strong>la</strong>nceándolos <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do para otro. Y le<br />

pareció que <strong>la</strong> cabeza, allá arriba, se sacudía <strong>com</strong>o si sollozara.<br />

Sobre su cabello sintió que caían gruesas gotas, <strong>com</strong>o <strong>de</strong> lágrimas.<br />

—¿Lloras, Ignacio? Lo hace llorar a usted el recuerdo <strong>de</strong> su madre, ¿verdad?<br />

Pero nunca hizo usted nada por el<strong>la</strong>. Nos pagó siempre mal*. Parece que, en lugar<br />

<strong>de</strong> cariño, le hubiéramos retacado* el cuerpo <strong>de</strong> maldad. ¿Y ya ve? Ahora lo han<br />

herido. ¿Qué pasó con sus amigos? Los mataron a todos. Pero ellos no tenían a<br />

nadie. Ellos bien hubieran podido <strong>de</strong>cir: “No tenemos a quién darle nuestra<br />

lástima.” ¿Pero usted, Ignacio?<br />

Allí estaba ya el pueblo. Vio bril<strong>la</strong>r los tejados bajo <strong>la</strong> luz <strong>de</strong> <strong>la</strong> luna. Tuvo<br />

<strong>la</strong> impresión <strong>de</strong> que lo ap<strong>la</strong>staba el peso <strong>de</strong> su hijo al sentir que <strong>la</strong>s corvas* se<br />

le dob<strong>la</strong>ban en el último esfuerzo. Al llegar al primer tejabán*, se recostó<br />

sobre el pretil* <strong>de</strong> <strong>la</strong> acera y soltó el cuerpo, flojo, <strong>com</strong>o si lo hubieran<br />

<strong>de</strong>scoyuntado*.<br />

Destrabó difícilmente los <strong>de</strong>dos con que su hijo había venido sosteniéndose <strong>de</strong><br />

su cuello y, al quedar libre, oyó cómo por todas partes <strong>la</strong>draban los perros.<br />

—¿Y tú no los oías, Ignacio? —dijo—. No me ayudaste ni siquiera con esta<br />

esperanza.<br />

satisfacción<br />

1. Aunque se incluyen re<strong>la</strong>tivamente pocas imágenes visuales en este re<strong>la</strong>to, éstas bastan para formarse una i<strong>de</strong>a c<strong>la</strong>ra<br />

<strong>de</strong>l terreno árido que atraviesa <strong>la</strong> figura solitaria <strong>de</strong>l padre que lleva a espaldas a su hijo herido. Esto exige <strong>de</strong> nosotros<br />

<strong>com</strong>o lectores un esfuerzo imaginativo y una cooperación atenta a <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> configurar el paisaje, <strong>la</strong>s circunstancias y<br />

<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones que se establecen entre los personajes. Entresaca todas aquel<strong>la</strong>s imágenes que te parezcan esenciales.<br />

2. a) ¿Cuáles son los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> luna en el paisaje? ¿Qué ambiente provocan los cambios <strong>de</strong> luz?,<br />

b) ¿qué pone <strong>de</strong> manifiesto el escenario sobre los protagonistas?,<br />

c) ¿queda configurado el escenario <strong>de</strong> tal manera que lo exterior (físico o natural) y lo interior (mental) se i<strong>de</strong>ntifican?<br />

apoyo<br />

Siempre has sido<br />

un ingrato.<br />

llenado, apelmazado,<br />

atiborrado<br />

rótu<strong>la</strong>s, articu<strong>la</strong>ciones<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s rodil<strong>la</strong>s<br />

casa techada<br />

muro<br />

<strong>de</strong>sarticu<strong>la</strong>do, <strong>de</strong>smembrado<br />

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