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Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

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19. PRIMEROS ATISBOS DEL RE-SURGIR VITAL FRENTE A LA RESISTENCIA NATURAL Y LA INERCIA SOCIAL<br />

Joseph Heller (1923)<br />

5<br />

10<br />

15<br />

20<br />

25<br />

30<br />

356<br />

XLII<br />

YOSSARIAN<br />

Yossarian, el protagonista <strong>de</strong> esta nove<strong>la</strong>, siguiendo ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l Ejército <strong>de</strong>l Aire,<br />

se encuentra en Italia durante <strong>la</strong> Segunda Guerra Mundial <strong>com</strong>o piloto. Como tal, se le<br />

asignan misiones <strong>de</strong> bombar<strong>de</strong>o en <strong>la</strong>s que, al igual que sus <strong>com</strong>pañeros, pone constantemente<br />

en peligro su vida. En el capítulo quinto intenta, sin conseguirlo, que el médico<br />

Daneeka le dé <strong>de</strong> baja por incapacidad para vo<strong>la</strong>r. A medida que <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> avanza<br />

hacia este último capítulo se pone cada vez más en evi<strong>de</strong>ncia que Trampa 22 (Capítulo<br />

XL) es una operación diseñada para dar a <strong>la</strong>s autorida<strong>de</strong>s militares el control absoluto<br />

sobre <strong>la</strong>s acciones <strong>de</strong> los pilotos, obligándolos a vo<strong>la</strong>r en misiones <strong>de</strong> bombar<strong>de</strong>o don<strong>de</strong><br />

y cuando sus superiores quieran. La operación se vuelve tanto más absurda e ilógica<br />

cuanto que su único propósito es mantener <strong>la</strong> autoridad absoluta <strong>de</strong> los <strong>com</strong>andantes<br />

militares.<br />

—Dice el coronel Korn —<strong>com</strong>entó el <strong>com</strong>andante Danby dirigiéndose a Yossarian con una<br />

sonrisa afectada y satisfecha— que el trato sigue en pie. Está saliendo todo muy bien.<br />

—De eso nada.<br />

—Que sí —insistió el <strong>com</strong>andante Danby con benevolencia—. Que va todo mucho mejor.<br />

Fue un golpe <strong>de</strong> suerte que esa muchacha estuviera a punto <strong>de</strong> matarte. Ahora el pacto se<br />

pue<strong>de</strong> ejecutar a <strong>la</strong> perfección.<br />

—Yo no hago pactos con el coronel Korn.<br />

El efervescente optimismo <strong>de</strong>l <strong>com</strong>andante Danby se <strong>de</strong>svaneció al instante, y <strong>de</strong> inmediato<br />

empezó a sudar copiosamente por <strong>la</strong> frente.<br />

—Pero tú hiciste un trato con él, ¿no es cierto? —preguntó lleno <strong>de</strong> angustia—. ¿Acaso no<br />

llegasteis a un acuerdo?<br />

—Rompo el acuerdo.<br />

—Pero lo sel<strong>la</strong>steis con un apretón <strong>de</strong> manos. Le diste tu pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> honor.<br />

—Rompo mi pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> honor.<br />

—¡Vaya por Dios! —suspiró el <strong>com</strong>andante Danby, tratando <strong>de</strong> enjugarse sin éxito su<br />

abrumada frente con un pañuelo b<strong>la</strong>nco sin <strong>de</strong>splegar—. Pero, ¿por qué, Yossarian? Te están<br />

ofreciendo un acuerdo estupendo.<br />

—Un trato infame, Danby. ¡Un trato odioso!<br />

—¡Santo Dios! —exc<strong>la</strong>mó quejumbroso el <strong>com</strong>andante Danby, pasándose <strong>la</strong> mano por sus<br />

cabellos oscuros, cortos y rizosos que ya estaban <strong>com</strong>pletamente anegados en sudor—. ¡Santo<br />

Dios!<br />

—Danby, ¿no crees, <strong>de</strong> verdad, que es un trato odioso? ¿Que da náuseas?<br />

El <strong>com</strong>andante Danby reflexionó un momento.<br />

—Sí, supongo que es odioso —concedió muy a pesar suyo. Sus ojos globosos, exoftálmicos,<br />

parecían enloquecidos—. Pero, ¿por qué lo aceptaste si tanto te <strong>de</strong>sagradaba?<br />

—Lo acepté en un momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad —fue <strong>la</strong> salida <strong>de</strong> Yossarian, cargada <strong>de</strong> <strong>de</strong>so<strong>la</strong>da<br />

ironía—. Trataba <strong>de</strong> salvar mi vida.<br />

—¿Ya no quieres salvar tu vida?<br />

—Por eso no les permitiré que me man<strong>de</strong>n a más misiones.<br />

—Entonces que te envíen a tu casa, y no correrás ya peligro alguno.<br />

—Que me man<strong>de</strong>n a casa porque ya he vo<strong>la</strong>do en más <strong>de</strong> cincuenta misiones —argumentó Yossarian—<br />

, y no porque me apuña<strong>la</strong>ra esa chica o porque me haya convertido en un hijo <strong>de</strong> perra testarudo.

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