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Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

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20. LOS PRIMEROS ÉXITOS PARCIALES DEL HÉROE EN DESENMASCARAR LAS FUERZAS SOCIALES IMPOSTORAS<br />

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todos los <strong>de</strong> aquí; es <strong>de</strong> raza españo<strong>la</strong>, por eso está tan gordo. ¿Veis <strong>la</strong> cinta roja que lleva en <strong>la</strong><br />

pata? Es <strong>la</strong> mayor distinción que pue<strong>de</strong> conce<strong>de</strong>rse a un pato. Se <strong>la</strong> han puesto para que no se<br />

pierda, para que todos lo reconozcan, personas y animales. ¡Vamos, marchad bien! No metáis los<br />

pies para <strong>de</strong>ntro. Un patito bien educado anda con <strong>la</strong>s piernas abiertas; mirad cómo lo hago yo.<br />

Ahora inclinad el cuello y <strong>de</strong>cid: “¡Cuac!”.<br />

Los pequeños obe<strong>de</strong>cieron, y los <strong>de</strong>más patos <strong>de</strong>l corral los miraban, diciendo en voz alta:<br />

—¡Vaya! Más patos; <strong>com</strong>o si no fuéramos ya bastantes. ¡Uy, qué asco! ¡Fijaos en ese pollito! ¡A<br />

ese sí que no lo queremos!<br />

Y enseguida se a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntó uno <strong>de</strong> los patos gran<strong>de</strong>s, se <strong>la</strong>nzó sobre él y le dio un picotazo en el cuello.<br />

—¡Déjalo en paz! —chilló <strong>la</strong> madre—. No hace mal a nadie.<br />

—No, pero es tan gordote y tan feo —replicó el agresor— que hay que echarlo <strong>de</strong> aquí.<br />

—Tiene usted unos hijos muy hermosos, señora —dijo el viejo pato <strong>de</strong> <strong>la</strong> cinta roja—. Todos<br />

son guapos, menos ése, que no ha salido bien. Me gustaría que pudiese usted retocarlo.<br />

—Es imposible —contestó <strong>la</strong> madre—. Cierto que no es hermoso, pero tiene buen carácter y<br />

nada a <strong>la</strong> perfección; incluso me atrevería a <strong>de</strong>cir que nada mejor que todos los <strong>de</strong>más. Yo creo que<br />

al crecer mejorará <strong>de</strong> aspecto y que, con el tiempo, per<strong>de</strong>rá volumen. Estuvo muchos días en el<br />

huevo, y por eso ha salido <strong>de</strong>masiado robusto —y con el pico le acarició el pescuezo y le alisó el<br />

plumaje, añadiendo seguidamente—: A<strong>de</strong>más, es macho, y <strong>la</strong> hermosura no le importa tanto. Yo<br />

espero que llegará a ser fuerte y que se abrirá paso en el mundo. En fin, sus hermanos son<br />

encantadores. Ahora, hijos míos, portaos <strong>com</strong>o si estuvieseis en casa. Y si usted encuentra una cabeza<br />

<strong>de</strong> angui<strong>la</strong>, tráigame<strong>la</strong>.<br />

Y allí se quedaron los patitos, <strong>com</strong>o si estuviesen en su casa.<br />

Pero el pobre polluelo que había salido <strong>de</strong>l último huevo, <strong>com</strong>o era tan feo, no recibía sino<br />

picotazos y empujones, y era el b<strong>la</strong>nco <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bur<strong>la</strong>s <strong>de</strong> todos, no so<strong>la</strong>mente <strong>de</strong> los patos, sino<br />

también <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gallinas.<br />

—¡Es <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong>! —<strong>de</strong>cían todos; y el pavo, que se creía el emperador por haber venido<br />

al mundo con espolones, se henchía <strong>com</strong>o un barco con <strong>la</strong>s ve<strong>la</strong>s <strong>de</strong>splegadas y arremetía contra el<br />

patito, con <strong>la</strong> cabeza colorada <strong>de</strong> rabia. El pobre patito no sabía dón<strong>de</strong> meterse y se sentía<br />

<strong>de</strong>sgraciado por ser feo y porque todo el corral se bur<strong>la</strong>ba <strong>de</strong> él.<br />

Esto sucedió el primer día, pero <strong>la</strong>s cosas se pusieron aún peor en los siguientes. Todos<br />

acosaban al patito; sus hermanos mismos lo trataban mal y repetían continuamente:<br />

—¡Ojalá te atrapara el gato, bicho asqueroso!<br />

Y <strong>la</strong> madre <strong>de</strong>cía:<br />

—Quisiera per<strong>de</strong>rte <strong>de</strong> vista.<br />

Los patos lo picoteaban, <strong>la</strong>s gallinas lo golpeaban, y <strong>la</strong> muchacha encargada <strong>de</strong> repartir el pienso<br />

a los animales lo apartaba a puntapiés.<br />

Entonces <strong>de</strong>cidió huir saltando <strong>la</strong> cerca. Los pajarillos que estaban en <strong>la</strong> maleza se echaron a<br />

vo<strong>la</strong>r, asustados. “¡Huyen porque soy feo!”, pensó el patito. Cerró los ojos para no verlos y siguió<br />

su camino. Así llegó hasta el pantano gran<strong>de</strong>, don<strong>de</strong> habitaban los patos salvajes. Y allí pasó <strong>la</strong><br />

noche, cansado y dolorido.<br />

Por <strong>la</strong> mañana, los patos salvajes, al levantar el vuelo, vieron a su nuevo <strong>com</strong>pañero.<br />

—¿Qué será? —se preguntaron, y el patito, volviéndose en todas direcciones, los saludó lo<br />

mejor que supo.<br />

—¡Eres tremendamente feo! —le dijeron los patos salvajes—; pero no nos importa, con tal que<br />

no te cases con nadie <strong>de</strong> nuestra familia.<br />

¡Casarse! En eso estaba pensando el pobrecillo. Lo único que <strong>de</strong>seaba era que le permitiesen<br />

echarse en el cañaveral y beber agua <strong>de</strong>l pantano.<br />

Así transcurrieron dos días, al cabo <strong>de</strong> los cuales se presentaron dos gansos salvajes. No hacía<br />

mucho que habían salido <strong>de</strong>l cascarón; por eso eran tan <strong>de</strong>scarados.<br />

—Oye, <strong>com</strong>padre —le dijeron—, eres tan feo que nos gustas. ¿Quieres venirte con nosotros y<br />

ser ave <strong>de</strong> paso? Cerca <strong>de</strong> aquí, en el otro pantano, viven unas ocas salvajes encantadoras, casi<br />

todas solteras y que saben cantar muy bien. A lo mejor tienes éxito, a pesar <strong>de</strong> ser tan feo.<br />

“¡Pim, pam!”, sonaron dos disparos y los dos ánsares salvajes cayeron muertos en el cañaveral,<br />

y el agua se tiñó <strong>de</strong> sangre.<br />

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