22.04.2013 Views

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

13. EL LADO FEO, ENGAÑOSO Y RIDÍCULO DE LO SERIO, LO BELLO Y LO PURO<br />

45<br />

50<br />

55<br />

60<br />

65<br />

70<br />

75<br />

80<br />

85<br />

90<br />

mero* impulso casual*. Pero no lo excluyen. Oh, sí, ya lo creo. Definitiva y<br />

permanentemente. Para siempre.<br />

—Sorpren<strong>de</strong>nte —dijo A<strong>la</strong>n adoptando una postura <strong>de</strong> distanciamiento científico—.<br />

¡Qué interesante!<br />

—Pero consi<strong>de</strong>re también su <strong>la</strong>do espiritual —dijo el viejo.<br />

—Por supuesto que sí —dijo A<strong>la</strong>n.<br />

—La indiferencia —dijo el viejo— se trueca* en <strong>de</strong>voción. El <strong>de</strong>sprecio en<br />

adoración. Dé a <strong>la</strong> joven dama una medida <strong>de</strong> esto, su sabor es imperceptible en<br />

zumo <strong>de</strong> naranja, sopa o cócteles, y no importa lo alegre y voluble* que sea, el<strong>la</strong><br />

cambiará totalmente. No <strong>de</strong>seará otra cosa que estar a so<strong>la</strong>s con usted.<br />

—No puedo creerlo —dijo A<strong>la</strong>n—. Adora tanto <strong>la</strong>s fiestas.<br />

—Ya no le volverán a gustar —dijo el viejo—. Tendrá miedo <strong>de</strong> que usted<br />

conozca otras mujeres bel<strong>la</strong>s.<br />

—¿Quiere <strong>de</strong>cir que estará celosa <strong>de</strong> mí? —dijo A<strong>la</strong>n estupefacto*.<br />

—Sí, el<strong>la</strong> <strong>de</strong>seará serlo todo para usted.<br />

—Eso ya lo es. Lo malo es que eso a el<strong>la</strong> no le interesa.<br />

—Le interesará. Su <strong>de</strong>dicación a usted será plena. Usted será el único interés<br />

<strong>de</strong> su vida.<br />

—¡Maravilloso! —exc<strong>la</strong>mó A<strong>la</strong>n.<br />

—Querrá saberlo todo sobre Usted. Todo lo que le haya sucedido durante el<br />

día. Cada pa<strong>la</strong>bra. Querrá saber en qué está pensando usted, por qué sonríe <strong>de</strong><br />

repente, por qué se entristece.<br />

—¡Eso es amor! —volvió a exc<strong>la</strong>mar A<strong>la</strong>n.<br />

—Sí. ¡Cuántos cuidados le <strong>de</strong>dicará! Nunca permitirá que usted esté cansado,<br />

que le falte <strong>de</strong> beber o alimento. Si se retrasa una hora, se asustará. Pensará que<br />

ha sido asesinado o que le ha seducido una sirena.<br />

—No puedo imaginarme así a Diana —dijo A<strong>la</strong>n abrumado por <strong>la</strong> alegría.<br />

—No tiene por qué imaginarse nada —dijo el viejo—. Y, a propósito, dado<br />

que siempre hay sirenas*, si por cualquier casual usted se viese obligado, en<br />

alguna ocasión, a tener un pequeño <strong>de</strong>sliz*, no tiene que preocuparse. El<strong>la</strong> le<br />

perdonará <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo. Se sentirá muy herida, por supuesto, pero, al final,<br />

siempre le perdonará.<br />

—Eso no va a ocurrir—, dijo A<strong>la</strong>n con fervor*.<br />

—Por supuesto que no —dijo el viejo—. Pero si ocurriese no tiene por qué<br />

preocuparse. Nunca le abandonará. En absoluto y, por supuesto, jamás le dará el<br />

mínimo, el más mínimo motivo <strong>de</strong> preocupación.<br />

—Y, ¿cuánto cuesta este maravilloso filtro?<br />

—No es tan costoso <strong>com</strong>o el que limpia-guantes o el limpia-vidas, <strong>com</strong>o a<br />

veces lo l<strong>la</strong>mo. No. Éste cuesta cinco mil dó<strong>la</strong>res, ni un centavo menos. Hay que<br />

ser mayor <strong>de</strong> lo que usted es, para po<strong>de</strong>r darse satisfacción con una cosa así.<br />

Uno <strong>de</strong>be ahorrar para conseguirlo.<br />

—Pero, ¿y el filtro <strong>de</strong> amor?<br />

—¡Ah, eso! —respondió el viejo, abriendo el cajón <strong>de</strong> <strong>la</strong> mesa <strong>de</strong> cocina y<br />

sacando <strong>de</strong> allí un pequeño tarro un tanto sucio—. Esto sólo cuesta un dó<strong>la</strong>r.<br />

—No sé cómo expresarle mi agra<strong>de</strong>cimiento —dijo A<strong>la</strong>n, mientras observaba<br />

cómo rellenaba el frasco.<br />

—Me gusta que se que<strong>de</strong> satisfecho —recalcó el viejo —. Los clientes luego<br />

simple / pasajero<br />

cambia, torna<br />

mudable, cambiante<br />

asombrado<br />

otras mujeres (fig.)<br />

falta<br />

ardor, pasión<br />

223

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!