22.04.2013 Views

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

16. PARODIA DE LOS SUPUESTOS VALORES INDIVIDUALES Y SOCIALES IDEALES<br />

45<br />

50<br />

55<br />

60<br />

65<br />

70<br />

75<br />

80<br />

85<br />

272<br />

De repente, el limpiabotas observa fijo el zapato, con un gesto contrariado,<br />

firme.<br />

—¿Oiga?...<br />

El hombre sigue sin hacerle caso. Sigue mirando lejos, indiferente. Tiene los<br />

ojos <strong>de</strong>spreocupados y grises y una extraña sonrisa involuntaria.<br />

—Perdone, señor... Sus zapatos están manchados.<br />

—¿De veras?<br />

—Sí.<br />

El limpiabotas los tiñe afanosamente. Hay una mancha <strong>de</strong> un rojo pardo*<br />

cerca <strong>de</strong> los cordones. Parece sangre. El limpiabotas ha asombrado los ojos con<br />

mucha intriga*.<br />

—No se va... Parece sangre. ¡Es raro que no se vaya!...<br />

—¿A ver?<br />

—¡Qué extraño!...<br />

—Déjeme ver.<br />

El hombre se ha mirado el zapato. Para hacerlo, tiene que levantar cómicamente<br />

<strong>la</strong> rodil<strong>la</strong>. Al fin, con sorpresa:<br />

—¿Dón<strong>de</strong>?<br />

—Cerca <strong>de</strong>l cordón.<br />

—No veo nada... ¡Oiga!, ¿me está tomando el pelo?<br />

—Señor, yo...<br />

Ahora, el limpiabotas ha reprimido una exc<strong>la</strong>mación. La mancha ha <strong>de</strong>saparecido,<br />

casi tan misteriosamente <strong>com</strong>o llegó.<br />

—¿Le aseguro!...<br />

—¡Limpie y déjese <strong>de</strong> cuentos!<br />

—Sí, sí...<br />

Otra vez, el limpiabotas se inclina reverente hacia el zapato. Lo cepil<strong>la</strong> con<br />

fruición*. Parece <strong>com</strong>o si estuviese rezando. En sus ojos hay un poco <strong>de</strong> sorpresa,<br />

<strong>de</strong> in<strong>com</strong>prensión.<br />

El zapato tiene personalidad propia. Con arrugas simétricas y afi<strong>la</strong>das, parece<br />

algo vivo, caliente. Sin embargo, el limpiabotas no se fija en eso. Está muy azorado*.<br />

Cepil<strong>la</strong> sin rechistar*.<br />

Descuelga el pitillo <strong>de</strong> <strong>la</strong> oreja. Ap<strong>la</strong>stado, vulgar. Lo encien<strong>de</strong> con preocupación.<br />

Mientras, el hombre ha vuelto a alejar <strong>la</strong> mirada. Sigue tranquilo. Sonríe aún<br />

involuntariamente.<br />

El limpiabotas aseguraría que <strong>la</strong> calle ha quedado vacía y solemne. Casi<br />

silenciosa. Con un silencio extraño y terrible. Pero no se atreve a <strong>com</strong>entarlo.<br />

Por fin, ha concluido. Ha tardado más con este zapato. Le ha nacido, <strong>de</strong><br />

repente, un cariño inexplicable por él. Es una mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>com</strong>pasión y miedo. No<br />

sabe a ciencia cierta por qué, ni cómo.<br />

Con indiferencia, el hombre busca <strong>la</strong> cartera. Le paga.<br />

—¡Gracias, señor!<br />

El hombre mira a un <strong>la</strong>do y a otro, con cierta in<strong>de</strong>cisión. Al fin, va hacia el<br />

bordillo.<br />

marrón<br />

asombro<br />

disfrute, p<strong>la</strong>cer<br />

asustado, aturdido<br />

<strong>de</strong>cir nada

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!