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Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

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20. LOS PRIMEROS ÉXITOS PARCIALES DEL HÉROE EN DESENMASCARAR LAS FUERZAS SOCIALES IMPOSTORAS<br />

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usted a pagarme pasado mañana?... ¡Magnífico! ¡Hasta pasado mañana seguiré sentado<br />

<strong>com</strong>o lo estoy ahora! (Se levanta, <strong>de</strong> pronto, <strong>de</strong> un salto). Pero yo le pregunto: ¿tengo o<br />

no tengo que pagar mañana esos intereses?... ¿Cree, acaso, que bromeo?<br />

POPOVA: Muy señor mío... Le ruego que no grite. Esto no es una cuadra.<br />

SMIRNOV: ¡Lo que le estoy preguntando no tiene <strong>la</strong> menor referencia con <strong>la</strong>s cuadras! ¡Le<br />

pregunto si tengo o no que pagar mañana esos intereses!<br />

POPOVA: ¡No sabe usted <strong>com</strong>portarse ante <strong>la</strong>s mujeres!<br />

SMIRNOV: ¡Sé perfectamente <strong>com</strong>portarme ante <strong>la</strong>s mujeres!<br />

POPOVA: ¡No! ¡No lo sabe usted! ¡Es usted un mal educado! ¡Un bruto! ¡<strong>Las</strong> personas<br />

correctas no hab<strong>la</strong>n así a <strong>la</strong>s mujeres!<br />

SMIRNOV: ¡Mire con lo que sale!... Pues, ¿cómo quiere que le hable?... ¿En francés, acaso?... (Con rabia<br />

y cortesía fingida). Madame... Je vous prie... ¡Qué felicidad me produce el que no me pague lo que<br />

me <strong>de</strong>be!... ¡Oh!..., pardon por haber<strong>la</strong> molestado... “¡Qué tiempo tan maravilloso hace hoy!...<br />

“¡Pues y ese luto!... “¡Qué bien le va a <strong>la</strong> cara!... (Se a<strong>com</strong>paña <strong>de</strong> gestos afectados).<br />

POPOVA: ¡No tiene usted nada <strong>de</strong> inteligente y, a<strong>de</strong>más, es grosero!<br />

SMIRNOV: (Remedándo<strong>la</strong>). “¡No tiene usted nada <strong>de</strong> inteligente y, a<strong>de</strong>más, es grosero!”... ¡Y es que no sé<br />

realmente <strong>com</strong>portarme ante <strong>la</strong>s mujeres!... ¡Pues bien, señora, sepa que en mi vida he visto muchas<br />

más mujeres que gorriones! ¡Tres veces me he batido en duelo, y siempre por culpa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres!<br />

¡A doce mujeres he <strong>de</strong>jado abandonadas; nueve me abandonaron a mí! ¡Sí, señora!... ¡Hubo un<br />

tiempo en el que yo me conducía <strong>com</strong>o un necio..., me arrojaba a los pies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s damas..., <strong>com</strong>ponía<br />

madrigales..., hacía chocar mis talones..., amaba, sufría, suspiraba mirando a <strong>la</strong> luna, me <strong>de</strong>rretía,<br />

me conge<strong>la</strong>ba, me quedaba cuajado!... ¡Amaba apasionadamente, frenéticamente, <strong>de</strong> todas maneras,<br />

¡diablos!, y char<strong>la</strong>ba <strong>com</strong>o una urraca sobre <strong>la</strong> emancipación! ¡La ternura <strong>de</strong> sentimientos me<br />

costó <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> mis bienes, pero ahora, se acabó!... ¡Ya no me engañarán más! ¡Basta!... ¡Los ojos<br />

negros, los ojos apasionados, los <strong>la</strong>bios color carmesí, los hoyuelos en <strong>la</strong>s mejil<strong>la</strong>s, <strong>la</strong> luna, los<br />

murmullos, el aliento tímido!... ¡Por nada <strong>de</strong> esto, señora, daría ahora ni un “grosch” <strong>de</strong> cobre!... No<br />

aludo a nadie que esté presente, pero <strong>la</strong> verdad es que todas <strong>la</strong>s mujeres son afectadas, presumidas,<br />

melindrosas, chismosas, embusteras, vanidosas, mezquinas, crueles, poseen una lógica abominable<br />

y, en re<strong>la</strong>ción con esta cosita (Se lleva <strong>la</strong> mano a <strong>la</strong> frente), permítame que le diga, en a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

sinceridad, que un gorrión vale mil veces más que un filósofo con faldas. Tomemos para ejemplo<br />

a uno <strong>de</strong> esos seres i<strong>de</strong>ales..., todo muselina, éter..., una medio diosa provista <strong>de</strong> un millón <strong>de</strong><br />

encantos... Mirémos<strong>la</strong>, sin embargo, al alma, ¿y qué es, en realidad?... ¡Un vulgar cocodrilo! (Ase<br />

con <strong>la</strong>s manos el respaldo <strong>de</strong> <strong>la</strong> sil<strong>la</strong>, que cruje y se rompe). Pero ¡lo que más indigna es que ese<br />

cocodrilo, sin saber por qué, se imagina que su obra <strong>de</strong> arte, su privilegio y su monopolio es <strong>la</strong><br />

ternura <strong>de</strong> sentimientos... ¡Y qué diablos! ¡Que me cuelguen <strong>de</strong> ese c<strong>la</strong>vo patas arriba!... ¿Acaso <strong>la</strong><br />

mujer es capaz <strong>de</strong> querer a nadie aparte <strong>de</strong> a sus pekineses?... ¡En el amor no sabe más que llorar y<br />

lloriquear! ¡Ahí don<strong>de</strong> el hombre sufre y se sacrifica, ahí el<strong>la</strong>, <strong>com</strong>o única manera <strong>de</strong> expresar el<br />

amor, solo sabe agitar más vivamente <strong>la</strong> co<strong>la</strong> <strong>de</strong> su vestido e intentar agarrarte por <strong>la</strong> nariz!... ¡Usted<br />

tiene <strong>la</strong> <strong>de</strong>sdicha <strong>de</strong> ser mujer, y por experiencia propia <strong>de</strong>be conocer <strong>la</strong> naturaleza femenina!... Pues<br />

bien..., dígame, con franqueza: ¿ha conocido en su vida una mujer sincera, fiel y constante?... ¡No!<br />

¡No <strong>la</strong> ha conocido!... ¡Solo <strong>la</strong>s viejas y <strong>la</strong>s feas son capaces <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad y <strong>de</strong> constancia! ¡Antes se<br />

encontraría un gato con cuernos o una chocha b<strong>la</strong>nca que una mujer constante!<br />

POPOVA: ¡Permítame! ¿Quién entonces, según usted, es fiel y constante en el amor? ¿No será el<br />

hombre, ciertamente?<br />

SMIRNOV: ¡Sí, señora, el hombre!<br />

POPOVA: ¡El hombre! (Ríe con risa sarcástica). ¡El hombre fiel y constante en el amor! ¡Qué<br />

novedad! (Acalorándose). ¿Y qué <strong>de</strong>recho le asiste para <strong>de</strong>cir eso? ¡Los hombres..., fieles y<br />

constantes! ¡Si le interesa saberlo, puedo <strong>com</strong>unicarle que <strong>de</strong> todos los hombres que he<br />

conocido y que conozco, el mejor fue mi difunto marido!... ¡Le amé apasionadamente, con<br />

todo mi ser, <strong>com</strong>o sólo pue<strong>de</strong> amar una mujer joven e inteligente! ¡Le entregué mi felicidad,<br />

mi vida, mis bienes!... ¡Sólo alentaba en su presencia! ¡Le invocaba <strong>com</strong>o una idó<strong>la</strong>tra..., y...!<br />

Pues bien... ¡El mejor <strong>de</strong> todos los hombres me engañaba constantemente con <strong>la</strong> mayor<br />

<strong>de</strong>svergüenza! ¡Después <strong>de</strong> su muerte, en su mesa encontré un cajón entero lleno <strong>de</strong><br />

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