22.04.2013 Views

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

Las estaciones de la imaginación - rodriguezalvarez.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

13. EL LADO FEO, ENGAÑOSO Y RIDÍCULO DE LO SERIO, LO BELLO Y LO PURO<br />

John Collier (1901)<br />

5<br />

10<br />

15<br />

20<br />

25<br />

30<br />

35<br />

40<br />

222<br />

EL RECLAMO<br />

A<strong>la</strong>n Austen, un tanto tembloroso, subió por unas sombrías y rechinantes<br />

escaleras <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> Pell Street, y mero<strong>de</strong>ó durante un tiempo por el oscuro<br />

rel<strong>la</strong>no hasta que encontró el nombre que quería, apenas <strong>de</strong>scifrable, escrito en<br />

una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s puertas.<br />

Al empujar<strong>la</strong>, tal y <strong>com</strong>o le habían dicho que hiciese, se encontró en una diminuta<br />

habitación, que no contenía más muebles que una simple mesa <strong>de</strong> cocina, una<br />

mecedora y una sil<strong>la</strong> ordinaria. En una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sucias pare<strong>de</strong>s marrones había un par<br />

<strong>de</strong> estanterías que contenían en total una docena <strong>de</strong> botel<strong>la</strong>s y tarros.<br />

Sentado en <strong>la</strong> mecedora, leyendo un periódico, había un viejo. A<strong>la</strong>n, sin <strong>de</strong>cir<br />

pa<strong>la</strong>bra, le a<strong>la</strong>rgó <strong>la</strong> tarjeta que le habían entregado.<br />

—Siéntese, Sr. Austen —dijo el viejo muy cortésmente—. Encantado <strong>de</strong> conocerle.<br />

—¿Es verdad que tiene usted cierta mezc<strong>la</strong> que tiene . . . ehhm . . . unos<br />

efectos extraordinarios? —preguntó A<strong>la</strong>n.<br />

—Mi querido amigo —contestó el viejo— mi stock* no es muy amplio, no<br />

vendo <strong>la</strong>xantes ni mixturas para dientes, pero a pesar <strong>de</strong> eso, es variado. Creo<br />

que nada <strong>de</strong> lo que vendo se pue<strong>de</strong> calificar precisamente <strong>de</strong> corriente*.<br />

—Bueno, el caso es que... —empezó A<strong>la</strong>n.<br />

—Aquí, por ejemplo... —interrumpió el viejo, alcanzando una botel<strong>la</strong> <strong>de</strong>l<br />

estante—. Aquí tenemos un líquido tan incoloro <strong>com</strong>o el agua, casi insípido*,<br />

<strong>com</strong>pletamente imperceptible en el café, vino o cualquier otro brebaje. También<br />

es bastante imperceptible en cualquier autopsia.<br />

—¿Quiere <strong>de</strong>cir que es un veneno? —exc<strong>la</strong>mó A<strong>la</strong>n, horrorizado.<br />

—Llámelo limpia-guantes si lo prefiere —dijo el viejo con indiferencia—.<br />

Pue<strong>de</strong> que incluso limpie guantes. Nunca lo he probado. Podría l<strong>la</strong>marse también<br />

limpia-vidas. <strong>Las</strong> vidas necesitan a veces una limpieza líquida.<br />

—No, no quiero nada <strong>de</strong> eso —dijo A<strong>la</strong>n.<br />

—Quizá sea lo mismo —dijo el viejo—. ¿Sabe cuál es su precio? Por una<br />

cucharadita, que es suficiente, pido cinco mil dó<strong>la</strong>res. Nunca menos. Ni un<br />

centavo menos.<br />

—Espero que todas sus mezc<strong>la</strong>s no sean tan caras —dijo A<strong>la</strong>n con aprensión*.<br />

—¡Oh, no, qué va! —dijo el viejo—. No sería correcto cobrar ese precio por<br />

un filtro <strong>de</strong> amor. Los jóvenes que necesitan el filtro no suelen tener cinco mil<br />

dó<strong>la</strong>res y si los tuviesen no lo necesitarían.<br />

—Me alegra oír eso —dijo A<strong>la</strong>n.<br />

—Creo yo —dijo el viejo— que cuando un cliente queda contento con un<br />

artículo, vuelve cuando necesita otro. Incluso si es más caro. Ahorrará, si es<br />

necesario.<br />

—Así que —dijo A<strong>la</strong>n— es cierto que ven<strong>de</strong> filtros* <strong>de</strong> amor.<br />

—Si no vendiese filtros <strong>de</strong> amor —dijo el viejo cogiendo otro frasco—, no se<br />

lo habría mencionado a usted. Sólo cuando uno se ve en <strong>la</strong> posición <strong>de</strong> servir<br />

pue<strong>de</strong> uno permitirse ser tan confi<strong>de</strong>ncial.<br />

—Entonces, esos filtros ..., —dijo A<strong>la</strong>n—. No son sólo ... sólo ... er ...<br />

—Oh, no —dijo el viejo—. Sus efectos son permanentes, y van más allá <strong>de</strong>l<br />

existencias en<br />

reserva<br />

ordinario<br />

sin sabor alguno<br />

temor<br />

mixtura, brebaje

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!