08.05.2013 Views

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Su hijito se curará, pensó Johnny. Tengo que decírselo sin falta.<br />

–Doctor Brown, ¿dónde están las tarjetas que me han enviado con buenos<br />

deseos? ¿O nadie se acordó de mí?<br />

–Unas pocas preguntas más –replicó el doctor Brown parsimoniosamente–.<br />

¿Recuerda cómo se llama su madre?<br />

–Claro que sí. Vera.<br />

–¿Su apellido de soltera?<br />

–Nason.<br />

–¿El nombre de su padre?<br />

–Herbert. Herb. ¿Y por qué le dijo que no debían enterarse los periodistas?<br />

–¿Su dirección postal?<br />

–Distribución Rural número 1, Pownal –contestó Johnny inmediatamente, y<br />

luego se interrumpió. Una expresión de cómica sorpresa le cruzó por el rostro–.<br />

Quiero decir... bueno, ahora vivo en Cleaves Milis, en North Main Street 110.<br />

»¿Por qué demonios le he dado la dirección postal de mis padres? No vivo<br />

con ellos desde los dieciocho años.<br />

–¿Y qué edad tiene ahora?<br />

–La encontrará en mi carné de conducir –respondió Johnny–. Quiero saber<br />

por qué no he recibido tarjetas de mis amigos. ¿Cuánto tiempo hace que estoy<br />

en el hospital, al fin y al cabo? ¿Y qué hospital es éste?<br />

–Este es el Eastem Maine Medícal Center. Y ya nos ocuparemos de<br />

responder sus restantes preguntas si usted me permite.<br />

Brown estaba sentado junto a la cama en una silla que había acercado desde<br />

el rincón... el mismo rincón donde Johnny había visto antes el pasadizo que<br />

llevaba a otra parte. Tomaba notas sobre un tablero, con un tipo de pluma que<br />

Johnny no recordaba haber visto antes. Tenía un grueso tubo de plástico y una<br />

punta fibrosa. Parecía un extraño híbrido de estilográfica y bolígrafo.<br />

El sólo mirarla reavivó aquel temor informe, y Johnny cogió repentinamente la<br />

mano izquierda del doctor Brown con la suya, sin pensarlo dos veces. Su brazo<br />

se movió dificultosamente, <strong>com</strong>o si tuviera adosadas unas pesas invisibles de<br />

treinta kilos: un par por debajo del codo y otro par por encima. Apresó la mano

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!