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LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

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segundos sin dejarle nada concreto, sólo una sensación. Pero uno de ellos...<br />

Fue en el caso de la mujer que le envió la bufanda con la esperanza de que<br />

descubriera lo que le había ocurrido a su hermano. Era una bufanda blanca,<br />

tejida, igual a otros muchos millones. Pero cuando la manipuló sintió que<br />

desaparecía repentinamente la realidad de la casa de su padre, y el ruido de la<br />

televisión se elevó y se amortiguó, se elevó y se amortiguó, en la habitación<br />

vecina, <strong>com</strong>o si fuera el bordoneo de los insectos estivales aletargados y el<br />

gorgoteo lejano del agua.<br />

Olores de madera en sus fosas nasales. Rayos de sol teñidos de verde que<br />

se filtraban entre grandes árboles añosos. Desde hacía más o menos tres horas<br />

la tierra estaba blanda, casi <strong>com</strong>o una ciénaga. Se asustó, se asustó mucho,<br />

pero conservó la cabeza. Si te perdías en los vastos territorios del Norte y te<br />

dejabas arrastrar por el pánico, sería mejor que tallaran tu lápida. Siguió<br />

avanzado hacia el Sur. Hacía dos días que se había separado de Stivy, Rocky y<br />

Logan. Habían acampado cerca de (pero esto no afloró, se hallaba en la zona<br />

muerta) un arroyo, pescando truchas, y él había tenido la culpa. Estaba<br />

condenadamente borracho.<br />

Entonces vio su mochila apoyada contra el borde de un viejo árbol que había<br />

derribado el viento y que ahora estaba tapizado de musgo, y entre el manto<br />

verde asomaban de trecho en trecho trozos de madera muerta, blanca,<br />

semejantes a huesos, y veía su mochila, sí, la veía, pero no podía recuperarla<br />

porque se había alejado unos pasos para echar una meada y se había metido<br />

en un terreno realmente blando, donde el fango le llegaba casi hasta el borde de<br />

la caña de sus botas, y cuando trató de retroceder, de hallar un tramo más seco<br />

para hacer sus necesidades, no pudo despegar los pies del suelo. No pudo<br />

despegarlos porque eso no era fango. Era... otra cosa.<br />

Se quedó allí, mirando en torno, buscando infructuosamente algo a lo cual<br />

pudiera aferrarse, casi riéndose de la estupidez que había <strong>com</strong>etido al meterse<br />

en una ciénaga mientras buscaba un lugar para mear.<br />

Se quedó allí, pensando al principio que debía de hallarse en una zona poco<br />

profunda de la ciénaga, que en el peor de los casos lo cubriría hasta arriba del

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