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LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

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Colorado, en Pueblo. Es la única institución del país donde se dictan cursos de<br />

esa naturaleza. Duran ocho semanas. Frank y Tom estuvieron fuera desde el 15<br />

de octubre hasta alrededor de Navidad. El estado paga una parte, el condado<br />

paga otra, y el gobierno de los Estados Unidos paga otra en virtud de la Ley de<br />

Administración de Justicia de 1971. Yo elegí a Harrison, que ahora es jefe de<br />

policía de Gates Falls, y a Frank. Este estuvo a punto de no ir porque le<br />

preocupaba la idea de que su madre se quedara sola. Sinceramente, creo que<br />

ella trató de persuadirle para que se quedase. Yo le convencí. Frank quiere ser<br />

un policía de carrera, y un curso de Policía Rural en el historial produce una<br />

excelente impresión. Recuerdo que cuando él y Tom volvieron en diciembre,<br />

Frank estaba bajo los efectos de una infección vírica y tenía un aspecto horrible.<br />

Había rebajado diez kilos. Afirmaba que en esa región de palurdos nadie sabía<br />

cocinar <strong>com</strong>o su madre.<br />

Bannerman se calló. Algo de lo que acababa de decir parecía inquietarle.<br />

–Se tomó una semana de permiso por enfermedad durante las fiestas y<br />

después se repuso –resumió Bannerman, casi a la defensiva–. Volvió<br />

aproximadamente el 15 de enero, cuando más. Verifique usted mismo las fichas.<br />

–No es necesario. Así <strong>com</strong>o no es necesario que le informe cuál deberá ser<br />

su próximo paso.<br />

–No –murmuró Bannerman. Se miró las manos–. Ya le advertí que usted<br />

posee una buena cabeza para esta profesión. Quizá tenía más razón de la que<br />

creía. O de la que deseaba tener.<br />

Levantó el auricular del teléfono y extrajo del cajón inferior de su escritorio<br />

una guía voluminosa con una cubierta lisa de color azul. Mientras la hojeaba sin<br />

levantar la vista, le dijo a Johnny:<br />

–Es una gentileza de la misma Ley de Administración de Justicia. Figuran los<br />

números de todos los sheriffs de todos los condados de los Estados Unidos.<br />

Encontró lo que buscaba e hizo la llamada.<br />

Johnny se revolvió en su asiento.<br />

–Escuche –dijo Bannerman–. ¿Hablo con el despacho del sheriff de<br />

Pueblo?... Está bien. Me llamo George Bannerman, y soy el sheriff del condado

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