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LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

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honorarios íntegros por adelantado (sin lugar a devolución).<br />

Cuando le tocó el turno a Greg Stillson, éste se levantó, metió los pulgares en<br />

las presillas de sus vaqueros y dijo, al parecer: «Supongo que ustedes saben<br />

que desde que entregué mi corazón a Jesús adquirí el don de hacer llover.<br />

Antes, me revolcaba en el pecado y en las formas de vida pecaminosas. Ahora<br />

bien, una de las formas de vida pecaminosas es la que hemos presenciado esta<br />

noche, y esa versión del pecado se escribe sobre todo con el signo del dólar».<br />

Los hacendados se interesaron. Incluso a los diecinueve años Stillson era una<br />

suerte de hipnotizador histriónico. Y les había formulado una oferta que no<br />

podían rechazar. Puesto que era un cristiano regenerado y puesto que sabía<br />

que el amor al dinero era la causa de todo el mal, él haría llover y después le<br />

pagarían lo que consideraran justo por su trabajo.<br />

Lo eligieron por aclamación, y dos días más tarde estaba arrodillado en la<br />

parte posterior de una camioneta abierta, circulando lentamente por las<br />

carreteras principales y secundarias del centro de Oklahoma. Vestía un gabán<br />

negro y un sombrero de predicador de copa baja, e invocaba la lluvia mediante<br />

un par de altavoces conectados a la batería de un tractor. La gente acudía por<br />

millares para verlo.<br />

El desenlace fue previsible pero satisfactorio. Durante la tarde del segundo<br />

día que Greg consagró a su trabajo los cielos se encapotaron, y a la mañana<br />

siguiente llovió. La lluvia duró tres días y dos noches, las crecidas mataron a<br />

cuatro personas, el río Greenwood arrastró casas enteras con las gallinas<br />

posadas sobre los techos, los abrevaderos se llenaron, el ganado se salvó, y la<br />

asociación de hacendados y ganaderos de Oklahoma resolvió que<br />

probablemente eso habría sucedido de todos modos. En la asamblea siguiente<br />

hicieron una colecta para pagarle a Greg, y el joven hacedor de lluvia recibió la<br />

fabulosa suma de diecisiete dólares.<br />

Greg no perdió la <strong>com</strong>postura. Utilizó los diecisiete dólares para publicar un<br />

anuncio en el Herald de Oklahoma City. El anuncio explicaba que más o menos<br />

lo mismo le había sucedido a un cierto cazador de ratas en la ciudad de<br />

Hamelin. En razón de su fe cristiana, proseguía el anuncio, Greg Stillson no era

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