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LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

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encontrará muerta de un infarto, en la cama, en lugar de encontrar su maldito<br />

huevo escalfado! ¡Porque tú le haces trabajar demasiado!<br />

Sonrió con una suerte de agria mueca triunfal. El infame secreto había salido<br />

a la luz.<br />

–Durante todo el día, durante toda la noche, con turnos rotativos,<br />

persiguiendo borrachos en medio de la noche y cualquiera de ellos podría tener<br />

un calibre 32 bajo el asiento, y corriendo a las tabernas y burdeles donde se<br />

reúne la gentuza, ¡pero a ti qué te importa! ¡Creo saber qué pasa en esos<br />

tugurios llenos de rameras baratas a las que les encantaría contagiarle una<br />

enfermedad incurable a un chico decente <strong>com</strong>o mi Frank por el precio de una<br />

botella de cerveza.<br />

Su voz, la del instrumento de cañas, se henchía y bordoneaba. Como<br />

contrapartida, a Johnny le retumbaba y le palpitaba la cabeza. Deseaba que se<br />

callara. Sabía que era una alucinación, consecuencia del agotamiento y la<br />

tensión de esa noche espantosa, pero tenía la impresión cada vez más nítida de<br />

que la que estaba plantada allí era su madre, y de que en cualquier momento se<br />

desentendería de Bannerman y empezaría a ponderarle a él el talento<br />

maravilloso que le había conferido Dios.<br />

–Señora Dodd... Henriette... –empezó a decir Bannerman pacientemente.<br />

Entonces ella se volvió hacia Johnny y lo miró con sus ojillos porcinos, entre<br />

astutos y estólidos.<br />

–¿Quién es éste?<br />

–Un colaborador especial –se apresuró a responder Bannerman–. Henriette,<br />

yo asumo la responsabilidad de despertar a Frank.<br />

–¡Ooooh, la responsabilidad! ––canturreó ella con una soma monstruosa,<br />

zumbona, y Johnny <strong>com</strong>prendió finalmente que estaba asustada. El miedo<br />

emanaba de ella en oleadas palpitantes, fétidas... y esto era lo que empeoraba<br />

su jaqueca. ¡La reees-pon-sa-bi-li-daaad! ¡Qué importante eres, sí, mi Dios!<br />

¡Bueno, no permitiré que despierten a mi chico en medio de la noche, George<br />

Bannerman, así que tú y tu colaborador especial pueden irse a la mierda!<br />

Nuevamente trató de cerrar la puerta y esta vez Bannerman terminó de abrirla

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