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LA ZONA MUERTA - www.moreliain.com

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Después de las noticias de las diez, Roger preguntó:<br />

–¿Está dispuesto a mitigar un poco su predicción, Johnny?<br />

–No.<br />

El boletín meteorológico pronosticaba chubascos aislados con tormentas<br />

a<strong>com</strong>pañadas de aparato eléctrico, aclarando después de la medianoche.<br />

La rúbrica sistemática del bajo de K. C. y la Sunshine Band ;legó a través del<br />

suelo.<br />

–La fiesta se está poniendo bulliciosa –<strong>com</strong>entó Johnny.<br />

–No se trata de eso –replicó Roger, sonriendo–. Es el alcohol. Spider<br />

Parmeleau se quedó dormido en el rincón y alguien le arrastra <strong>com</strong>o si fuera un<br />

carrito para transportar cerveza. Oh, por la mañana tendrán la cabeza <strong>com</strong>o un<br />

bombo,<br />

–No lo dude. Recuerdo mi propia fiesta de graduación,..<br />

«Aquí tenemos un boletín de la sala de noticias de VMTO» anunció la radio.<br />

Johnny, que estaba barajando, esparció los naipes por el suelo.<br />

–Cálmese. Probablemente se trata de un secuestro, en Florida.<br />

–No lo creo –contestó Johnny. El locutor prosiguió:<br />

«Según las últimas informaciones, el peor incendio de la historia de New<br />

Hampshire se ha cobrado la vida de más de setenta y cinco jóvenes en la ciudad<br />

fronteriza de Somersworth. El incendio se declaró en un restaurante y bar<br />

llamado Cathy's. Cuando <strong>com</strong>enzó el fuego, se estaba celebrando una fiesta de<br />

graduación. El jefe de bomberos de Somersworth, Milton Hovey, les dijo a los<br />

periodistas que no existen sospechas de que se trate de un incendio intencional.<br />

Parece casi seguro que la tragedia fue causada por un rayo».<br />

Las facciones de Roger Chatsworth estaban perdiendo el color. Se quedó<br />

muy erguido en la silla de la cocina, con los ojos fijos en un punto situado por<br />

encima de la cabeza de Johnny. Sus manos descansaban fláccidamente sobre<br />

la mesa. Desde abajo llegaba el bullicio de las conversaciones y las risas, que<br />

ahora se mezclaba con el ritmo trepidante de Bruce Springsteen.<br />

Shelley entró en la habitación. Miró a su marido, a Johnny, y nuevamente a su<br />

marido.

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